La escuela de amor de Rosalinda
El CDN estrena la versión del italiano Marco Carniti de 'Como gustéis' El montaje de la comedia de William Shakespeare mezcla verso y canciones
Harold Bloom asegura que Falstaff es al honor lo que Rosalinda al amor: su mejor analista. Para el hegemónico crítico estadounidense entre ambos personajes shakesperianos se disputa el título al mejor maestro. Y es que más de cuatro siglos después de su nacimiento, no hay mejor escuela de amor que la que ofrece el personaje femenino de Como gustéis, esa mujer ingeniosa, imaginativa e inteligente capaz de seducir a cualquiera. “Rosalinda es Hamlet con falda”, asegura el italiano Marco Carniti, cuya versión de la comedia se estrena hoy en la sala Valle Inclán del Centro Dramático Nacional (CDN) con la actriz Beatriz Argüello en la piel de la joven y sabia enamorada. “Un gran papel que es una especie de milagro”, escribe Bloom en Shakespeare, la invención de lo humano sobre un personaje que, en palabras de Carniti, es "eterna fuente de inspiración, nos reta con su reflexión sobre la relación entre poder y naturaleza".
El montaje que estrena el CDN es una versión de tres horas y media (el original llega a las cinco) con un fuerte ingrediente musical: los actores recitan pero también cantan. “Pero no es un musical”, aclara Carniti, “es una obra musical para actores, las composiciones musicales están para amplificar lo que ocurre y se dice en escena”. Para el director italiano Como gustéis es una obra "rara", que arranca como una tragedia para convertirse "en una comedia sobre la búsqueda de la identidad”.
Los cambios de identidad sexual de Rosalinda en busca del amor, el bosque de Arden como espacio filosófico y la locura y la fantasía como única salvación, Cómo gustéis lleva dentro algunos de los pasajes más famosos de la obra de Shakespeare. Del famoso monólogo de Jacques sobre las siete edades del hombre (“El mundo es un teatro, y todos los hombres y mujeres meros comediantes”) a los ambiguos juegos sexuales entre Rosalinda y su prima Celia. “Shakespeare nos dice que para encontrarnos tenemos que perdernos y el bosque es la metáfora del lugar donde el hombre se encuentra a sí mismo”, continúa Marco Carniti, “Plantea que el amor, la imaginación, la creación y la locura con la única salvación de una naturaleza humana que está podrida”.
“En esta obra Shakespeare despliega su desprecio por la corte”, apunta el actor Pedro Miguel Martínez (en la piel de los duques Fernando y Federico), “y muestra su alabanza de la aldea, alejada de los núcleos de corrupción. Él nos dice que hay que escoger lo que de verdad merece la pena”. “Y Rosalinda”, explica Beatriz Argüello, “huérfana de padre y en un lugar hostil para ella encuentra su espacio de libertad a través del disfraz, de las máscaras que ocultan máscaras. Encuentra su espacio de libertad, se reinventa siempre a tiempo, y junto a su pupilo Orlando, a quien ama, enarbola su canto de vida y amor”.
Babelia
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