10 momentos mágicos de Hoskins

Secundario de lujo. Una frase de las más tópicas en el argot del cine, pero que sienta como guante de seda a Bob Hoskins, fallecido hoy a los 71 años de edad en Londres. Ha sido gánster para Coppola, detective privado en un mundo de dibus y el número 2 del Capitán Garfio en el Peter Pan madurito de Spielberg. No ganó el Oscar, aunque estuvo nominado por su papel protagonista en Mona Lisa (1986) de Neil Jordan. 114 interpretaciones a lo largo de cinco décadas de carrera que arrancó en el mundillo de la televisión con la serie The main chance.

Pennies from heaven (1974)

La década de los 70 fue para Hoskins la década de la pequeña pantalla. Uno de sus papeles protagonistas lo tuvo en los 6 episodios que duró la comedia Pennies from heaven, en la que interpretó a Arthur Parker, un músico que vendía sus partituras y soñaba con musicales imposibles que reflejaban sus frustraciones con la vida.

El largo viernes santo (1980)

A pesar de no haber contado nunca con un físico imponente, a Bob Hoskins, como a Joe Pesci, la personalidad le ha valido ganarse un puesto de oro en el mundillo de chulos y matones de la mafia cinematográfica. El largo viernes santo le ofreció la oportunidad de gozar con un monólogo bravucón en su final que supuso uno de los momentos álgidos de su carrera.

Brazil (Terry Gilliam, 1985)

No hay género que le falte a Bob Hoskins en los 80 en el que no dejara su impronta en una película de leyenda. También la ciencia ficción, con la brillante y estrambótica Brazil de Terry Gilliam. Hoskins interpretó a Spoor, un peculiar fontanero de la visión orwelliana del Monty Python más ilustre.

Cotton Club (Francis Ford Coppola, 1986)

La otra gran película de gángsters amén de la saga El Padrino fue este espectacular musical, célebre por un montaje en paralelo que fusionaba metralletas y claqué. A Hoskins le tocó interpretar un dúo entre cómico y melancólico de capos con Fred Gwynne, el Frankenstein de la familia Monster original. La secuencia en la que ambos se despiden porque Gwynne tiene que ir a la cárcel.

Mona Lisa (Neil Jordan, 1986)

La primera y única vez que Hoskins rozó el Oscar a mejor actor protagonista fue con esta cinta de Neil Jordan en la que comparte cartel con Cathy Tyson y Michael Caine. Un expresidiario que debe lidiar con el oficio de chófer para una prostituta de altos vuelos fue el rol que lo tuvo al borde de quedarse con el calvo de oro. 

¿Quién engañó a Roger Rabbit? (Robert Zemeckis, 1988)

Como muchos secundarios, Hoskins tuvo que conformarse muchas veces con pedacitos de gloria en grandes películas que otros protagonizaban. Pero Robert Zemeckis, el niño bonito de Spielberg en los 80, le dio la oportunidad de interpretar el papel humano principal —un detective privado que odia los dibujos animados y que se ve obligado a trabajar para ellos— en una de las películas más innovadoras de la historia de los efectos visuales.

Hook (Steven Spielberg, 1991)

"¡Smee! ¡Smee! ¡Smee!". Ser siervo del Capitán Garfio exige paciencia numantina. Hoskins lo supo llevar en esta ambiciosa superproducción de Spielberg compensando con la comida, como se ve en esta secuencia.

El viaje de Felicia (Atom Egoyan, 1999)

Hoskins sumó a su ramillete de directores a Atom Egoyan con esta cinta que protagonizó en el papel del mánager de un cátering que dedica todo su tiempo a estudiar las grabaciones de un chef televisivo. Pero bajo la superficie, el Joe Hilditch de Hoskins oculta a un depredador sexual.

Last Orders (Fred Schepisi, 2001)

Hacer dúo con Michael Caine es irresistible. En Last Orders Hoskins es uno de los amigos de Jack Dodd (Caine), un hombre que murió como vivió, con una sonrisa, y que les pide a su vieja pandilla una última voluntad: que tiren sus cenizas al mar. Al hacerlo, rememoran su amistad con Dodd.

Blancanieves y la leyenda del cazador (Rupert Sanders, 2012)

La despedida para este gran actor, antes de retirarse porque el parkinson ya no le permitía seguir ampliando su filmografía, la hizo como enano en un blockbuster con la Bella de Crepúsculo Kristen Stewart en el papel principal, una de las dos versiones de Blancanieves con las que Hollywood reinterpretó al personaje. La película fue un moderado éxito en taquilla, recaudando casi 300 millones de euros con un presupuesto en torno a los 120 millones, y su secuela tiene fecha prevista de estreno para 2016. Por desgracia la magia de Hoskins estará ausente de ella.