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100 años de Sir Alec Guinness, el actor de los mil y un rostros

A un siglo de su nacimiento, TCM recuerda al intérprete Fue protagonista de filmes como El puente sobre el río Kwai y Lawrence de Arabia

Foto: tcm | Vídeo: CANAL TCM

Le llamaron “el actor de los mil rostros” y con razón. Fue, por ejemplo, el inolvidable Coronel Nicholson en El puente sobre el río Kwai; el Príncipe Feisal en Lawrence de Arabia; el hermanastro bolchevique del Doctor Zhivago o el inquietante profesor Marcus en El quinteto de la muerte. El pasado 2 de abril se cumplieron 100 años de su nacimiento y TCM le recuerda durante todos los domingos del mes emitiendo algunos de sus mejores trabajos.

Alec Guinness tenía un talento infinito para la actuación y, a lo largo de seis décadas, se metió en la piel de todo tipo de personajes. Interpretó al Papa Inocencio III, a Adolf Hitler, al emperador Marco Aurelio, a Sigmund Freud, pero también al inventor de un tejido que no se puede manchar o romper en El hombre del traje blanco. Su vida, sin embargo, no comenzó de manera fácil. Su madre era soltera y siempre se negó a dar a conocer el nombre de su padre.

Alec se acostumbró desde niño a la soledad y solo cuando fue a la escuela, descubrió que un nuevo mundo, el de la actuación, se abría ante sus ojos. Con 20 años, cuando todavía era estudiante de Arte Dramático, debutó en el teatro y, paso a paso, comenzó a destacar en distintas producciones. "Llegar al teatro temprano, alrededor de las siete. Ponerme una bata y maquillarme; charlar unos minutos con mis compañeros y luego, de manera inconsciente, comenzar a asumir una personalidad que se quedaría conmigo hasta la caída del telón. Eso era todo lo que quería de la vida", escribió en una ocasión.

En 1939 participó en la adaptación teatral de la novela de Charles Dickens Grandes esperanzas. La obra fue todo un éxito. Uno de los espectadores era un joven director llamado David Lean, que una vez finalizada la guerra, le contrató para rodar la adaptación cinematográfica.

En el cine Alec Guinness comenzó haciendo comedias para los famosos estudios Ealing. De aquella época destacan títulos como Ocho sentencias de muerte, en la que interpretó a otros tantos personajes, incluida una mujer; Oro en barras, por la que fue candidato al Oscar por primera vez; El quinteto de la muerte o El hombre del traje blanco. En 1951 los distribuidores lo eligieron como la estrella británica más popular.

A las órdenes de David Lean cosechó sus mayores éxitos, y eso que la relación entre los dos no fue nunca del todo buena. Por su papel en El puente sobre el río Kwai consiguió el Oscar al mejor actor en 1958, aunque no pudo recoger el premio personalmente. En 1980 le concedieron una segunda estatuilla, esta vez honorífica, por haber llenado la pantalla con una galería de personajes inolvidables.

Pero fue gracias a su participación en La Guerra de las Galaxias, a finales de los años 70, cuando se hizo inmensamente popular ante los ojos de una nueva generación de espectadores. Alec Guinness nunca dio demasiada importancia a su presencia en la trilogía de George Lucas, ni a su papel del maestro Obi-Wan Kenobi. “Es una película asombrosa como espectáculo y técnicamente muy brillante. Las escenas de batalla al final duran demasiado tiempo y algunos de los diálogos se pierden por el ruido”, escribió en su diario. En una ocasión un joven fan de la saga le pidió que le firmara un autógrafo diciéndole que había visto la película más de cien veces. Alec Guinness le estampó su rúbrica pero le hizo prometer que no viera el film nunca más. “Va a tener un efecto negativo en tu vida”, le dijo.

Murió el 5 de agosto del año 2000 de un cáncer de hígado. Tenía 86 años y atrás quedaba toda una vida dedicada al cine y al teatro, habiendo hecho disfrutar y soñar a varias generaciones de espectadores de todo el mundo.

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