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OBITUARIO

Pedro Díez del Corral, secundario brioso y eficaz

Su papel más recordado es el del niño enamorado de ‘Del rosa al amarillo’, aunque participó en decenas de obras clave del cine español reciente

Pedro Díez del Corral, durante el rodaje de 'Celia' (1993).
Pedro Díez del Corral, durante el rodaje de 'Celia' (1993).

El actor Pedro Díez de Corral falleció el sábado pasado en Madrid, su ciudad natal, a los 63 años, tras una larga y penosa enfermedad. Su rostro fue habitual en muchas películas en las que intervino con brío y eficacia aunque no hicieran olvidar su primer personaje, el niño de once años, tímido y enamorado, en la película de Manuel Summers Del rosa al amarillo (1963), con la que también inició su carrera el director y por la que obtuvo la Concha de Plata del festival de San Sebastián.

Tentado desde entonces por el veneno del cine, Pedro Díez del Corral profesionalizó su vocación apareciendo enseguida en algunas comedias blancas dirigidas por Pedro Lazaga (Los chicos del Preu, No le busques más pies…) hasta que su prematuro rostro de adulto le permitió interpretar personajes secundarios de mayor enjundia, a las órdenes, entre otros, de Mario Camus (La joven casada), José Luis Borau (Hay que matar a B.), Fernando Colomo (Tigres de papel), Fernando Fernán Gómez (Mi hija Hildegart), José Luis Garci (Las verdes praderas), Jaime Camino (Dragon Rapide), Manolo Matji (La guerra de los locos), Vicente Aranda (El Lute, mañana seré libre), Enrique Urbizu (Todo por la pasta), Pedro Almodóvar (Tacones lejanos), o Pilar Miró (Beltenebros), además de en varias series de televisión, entre las que pueden destacarse Celia, de José Luis Borau, Los jinetes del alba, de Vicente Aranda, y un capítulo de Hospital central, que fue la última vez que apareció en pantalla. Su profesionalidad le permitió realizar una carrera fértil y variada, interrumpida ocasionalmente por su temprana enfermedad, a pesar de la cual fue reclamado con frecuencia por los directores. Aunque nunca llegara a convertirse en un actor popular reconocido por el público, algo que por otra parte él tampoco pretendió, Díez del Corral siempre era una garantía.

En 2003 se vio obligado a abandonar definitivamente la profesión, lo que le supuso un duro golpe, ya que el cine había sido y seguía siendo el motor de su vida. Sin embargo, debió de estimularle que en Internet hubiera muchos que seguían preguntándose por su paradero. No en vano, a lo largo de cuarenta años, Del Corral había trabajado con buena parte de los directores más reconocidos del cine español y en su haber figuran algunas películas que han hecho historia.

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