Ver el desamor con banda sonora

Ilustraciones que cuentan historias de amor y desamor con su propia banda sonora. Es la incursión a la literatura que hace la diseñadora Paula Bonet (Vila-real, 1980) pocos meses después de que su cartel para un festival de cine en Valencia fuera arrancado por sus seguidores de los centenares de muros de la ciudad.

Ahora estas historias conforman “una sucesión de hechos concretos o de nombres propios o de verbos, o de capítulos de un manual de anatomía deshojado como una flor, interrelacionados caóticamente entre sí”. Bonet recurre así a una cita del escritor Roberto Bolaño para presentar su debut literario. No es que haya abandonado sus ilustraciones, que le han granjeado centenares de miles de seguidores y coleccionistas en las redes sociales convirtiéndose en un fenómeno viral; es que ha combinado su talento para dibujar con su pasión por la escritura para narrar “un fragmento” de su vida a través de imágenes y palabras.

40 relatos componen Qué hacer cuando en la pantalla aparece The End (Lunwerg) en un formato grande y muy cuidado que se presenta mañana en Madrid. Primero, explica la autora, “ha sido el texto y después la ilustración, a excepción de un relato en el que aparece un fragmento de un poema de María Leach. En este caso, el texto de María condicionó totalmente la historia”.

No se trata de un volumen de relatos ilustrados, como se hace tradicionalmente, sino, aclara ella, de un conjunto de ilustraciones que cuentan historias acompañadas de palabras. “Mi formación es pictórica”, cuenta Bonet, “y aunque tenga gran debilidad por la literatura (justamente por eso, por mi debilidad), también le tengo muchísimo respeto”.

El respeto lo ha ido acumulando a lo largo de sus lecturas, de escritores como Javier Marías, Siri Hustvedt, Rosa Montero, Paul Auster o J. M. Coetzee y artistas multidisciplinares como Miranda July. “Me he inspirado en hechos autobiográficos, pero hay mucha literatura. Me he permitido muchas licencias, y estoy segura de que algunas de las partes implicadas contarían la misma historia de un modo totalmente distinto. Así que podría decirse que estas historias son mi versión de los hechos, posiblemente distorsionada por el paso del tiempo”, comenta Bonet, una de las jóvenes diseñadoras más pujantes del actual panorama español.

Hace unos meses, el cartel con una de sus soñadoras y bellas ninfas, que anunciaba la celebración del festival de mediometrajes La Cabina, prácticamente desapareció de los muros de Valencia, arrancados por sus admiradores y coleccionistas. Bonet esboza una explicación de su gran predicamento en Internet, donde solo en su página de Facebook cuenta con 170.000 seguidores: “Más del 70% de las personas que siguen mi trabajo son mujeres de entre 20 y 35 años, justo mi perfil. Así que entiendo que cuando reciben mi obra se identifican con ella, perciben el mundo o sienten de un modo parecido al mío. Seguramente habremos vivido situaciones similares y tanto esas mujeres como yo habremos intentado explicárnoslo de algún modo. Yo lo hago con imágenes, y las imágenes son muy fáciles de consumir, sobre todo ahora mismo a través de Internet. Así que estas mujeres, cuando ven una imagen que les llega, se la guardan y la hacen suya, y a mí me parece precioso que lo hagan, porque al final, le dan otra entidad y un uso a algo que yo he creado para mí, íntimamente, y que no tendría ningún sentido que se quedara guardado en una carpeta”.

En sus relatos, habla también de cosas que pasan en la carretera 340 y en la autopista AP-7. Ambas discurren paralelas al mar Mediterráneo y conectan Barcelona —donde la ilustradora reside en la actualidad— con Vila-real, su población natal, y con Valencia, la ciudad donde estudió y vivió algunas de sus historias de amor y desamor.

Qué hacer cuando en la pantalla aparece The End es un libro que habla de finales, explica la autora. “Pero también de principios”, añade, “creo que es un libro en el que se cuestionan las decisiones, las relaciones de pareja; en el que aparecen personajes que están muy perdidos pero que pueden encontrarse en un abrir y cerrar de ojos gracias al azar, o perderse totalmente. Son los relatos de alguien que intenta aferrarse a la vida y experimentar lo que ésta le ofrece. A veces acierta, a veces se equivoca, a veces se enamora de la persona correcta, a veces no. En la mayoría de las situaciones se mueve por impulsos y entonces, en ciertos casos, acaba siendo presa de las consecuencias de esos impulsos que deberían haberse tenido que pensar dos veces”.

También la música se abre paso en el libro de relatos e ilustraciones. La obra incluye una lista de Spotify con las canciones que sugiere la autora para acompañar su lectura. La selección de temas de artistas como Neil Young, Tom Waits, Sigur Rós, Eels, The Smiths, Nacho Vegas, La Costa Brava, Wilco, Death Cab for Cutie o Fountains of Wayne habla de un gusto alternativo.

Ilustradora de libros, revistas, diarios y locales, pintora de murales urbanos, Bonet se muestra nerviosa y expectante por la aparición de su primer libro escrito e ilustrado por ella. Sus modelos para los dibujos fueron caras conocidas y cercanas a ella. Sus dudas ante sus escritos pasaron por el filtro de amigos escritores y artistas, que le aportaron su opinión. Y encontró cierta tranquilidad cuando una de sus escritoras favoritas, Rosa Montero, lo leyó y su juicio “calmó” sus nervios.