Postales desde Doha

Pocas ciudades en el mundo han experimentado un cambio tan acelerado y radical como Doha, la capital catarí. Lo que en sus orígenes fue una pequeña villa beduina en poco más de una década se ha transformado en un gigantesco escaparate de impresionantes edificios firmados por las grandes estrellas de la arquitectura. Su skyline nada tiene que envidiar a la de las grandes capitales del mundo. Faraj Daham (Doha, 1956), uno de sus artistas más conocidos, ha fundido su pasado y su presente en una serie de obras en las que quiere dar voz a los habitantes de esta peculiar ciudad. Con formato de tarjeta postal y mezclando diferentes técnicas, Daham dedica una veintena de cuadros a reflexionar sobre su lugar de nacimiento. La exposición Ciudad, que hasta el 26 de enero se puede ver en La Casa Árabe de Madrid, es una poliédrica reflexión sobre el concepto de ciudad como un organismo vivo y en movimiento a partir siempre de la mirada del hombre que la habita.

Faraj Daham plantea que pese a su impresionante apariencia, lo importante de Doha son las personas que la habitan y que en ella trabajan, independientemente de sus lugares de origen. Fotógrafo y pintor, en cada una de las obras se mezclan retazos del pasado con imágenes del presente impresas sobre unos ojos cuya mirada es el punto central de cada cuadro. Los sellos y matasellos de los diferentes países de los que procede una gran parte de los actuales habitantes de Doha, le sirven al artista para documentar el cosmopolitismo de su ciudad.

Como explica él mismo en el catálogo de la exposición, “junto al crecimiento de la ciudad, que va de la mano de su desarrollo económico, político y social, está emergiendo un nuevo estilo de vida resultado de la diversidad cultural, sólidamente vinculado a todo lo material, tangible y palpable que se da sobre el terreno”. La metamorfosis se exhibe en las fotografías. En el texto de quienes escriben la historia, se condensa la nostalgia y la añoranza de una vida que se fue.