Un paseo por el exotismo ajeno

Una gran parte de la historia de la fotografía moderna está ligada a la historia de la publicidad. Así ocurre con los fotógrafos franceses vinculados al Studio Zuber (embrión de la futura Alliance Photo de la que se nutriría Magnum). Compatibilizaban su búsqueda de escenarios no contaminados con sofisticados trabajos para las grandes firmas de alta costura. Denise Bellon, Pierre Boucher, Pierre Verger y René Zuber fueron los principales artistas vinculados a ese movimiento y una parte de sus trabajos más representativos se exponen hasta el 25 de enero en la madrileña galería Casa sin fin (Doctor Fourquet, 11) bajo el título El espejismo exótico.

Los nuevos flâneurs, inspirados por Baudelaire, sí, pero también por Benjamin, pasean sus cámaras procedentes de París por e el norte de África, Grecia o Guatemala para retratar escenas casi fantasmales en las que una pequeña ermita o un animal doméstico son los protagonistas de composiciones tan elegantes como las que realizarían para la casa Chanel.

Eran buscadores de una filosofía propia y lo mismo les servía el desierto más árido que las selvas más frondosas, los pantanos o las montañas. Viajaban para explorar en el inconsciente, en lo más primitivo de cada uno, una intención que les aproxima a los artistas presurrealistas.

En la exposición, junto a una docena bellísimas de copias de época de temas calificables de etnográficos, se puede ver una selección de las revistas en las que estos mismos artistas publicaban sus fotografías publicitarias; una aparente contradicción que se disuelve a la vista de la voluntad investigadora que todos ellos muestran en su trabajo, sin importar el soporte.

Esta muestra continúa el trabajo iniciado por la inquieta galería de origen cacereño y sede en Madrid con la exposición Sospechosos, de otros flâneurs, aquellos berlineses: Erika Groth-Schmachtenberger, Friedrich Seidenstücker, Cami Stone, Peter Weller, Paul Wolff.