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Columna
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“Lo que me preocupa más es el tiempo que me queda”

Toni Catany entregó en junio de este años una carta abierta al Consell de Mallorca expresando la desazón y malestar porque no avanzaba su proyecto de fundación centro internacional

Imagen con la que Catany rubrica la carta.
Imagen con la que Catany rubrica la carta.

El camino ha sido largo. Es lejana aquella primera reunión con Lluc Tomàs, entonces alcalde de Llucmajor, para manifestarle mi disposición a facilitar que mi obra y mi archivo quedaran en mi pueblo y evitar la dispersión. Desde entonces, y durante todo el proceso, siempre se me ha hecho creer que las diversas instituciones que tienen competencias sobre la cultura en la isla, que es mi casa, tenían una voluntad inequívoca y consensuada de comprometerse con un proyecto que tenía que garantizar, por un lado, la integridad de mi archivo y, de la otra, mi implicación personal y activa en la creación de un Centro Internacional de Fotografí. Durante estos años y los que iban a venir, creo que podría haber aportado mi experiencia, mis conocimientos fotográficos y mis contactos internacionales con otros importantes fotógrafos y artistas.

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Cubierta una gran parte de este camino, además, se me había hecho creer que ya se contaba con los recursos económicos para materializar el proyecto de Fundación - Centro Internacional de Fotografía. Hoy, la verdad, es que me cuesta mucho aceptar que estos recursos, este dinero [4,3 millones de euros] que teóricamente ya había sido concedido y tenía una finalidad concreta y clara, la de ser el punto de partida de un proyecto ilusionante y ambicioso, haya, de manera inexplicable, desaparecido, o que no podamos disponer ahora para avanzar en la construcción de este nuestro proyecto colectivo.

Ahora, además, y desde la última vez que nos reunimos las instituciones implicadas y yo, se me pide tiempo, cuando personalmente, lo que me preocupa más es, precisamente, el tiempo. El tiempo que me queda y el que ya no podré dedicar, por mor de este retraso (para mí tan difícil de entender), a implicarme activamente en la fundación y en la realización del proyecto inicial.

Porque tengo mis necesidades. Tengo una casa [en Llucmajor, cedida para el centro] que puede caer cualquier día. Una casa que esperaba fuera parte de una idea y que se está deteriorando porque, en la espera infructuosa, tan sólo no me he podido ocupar de la idea, creyendo como creía que la Fundación y el Centro Internacional de Fotografía serían, algún día, una realidad. Ahora mismo no tengo en Llucmajor, un casa propia ('ca meva') habitable ( debo hospedarme en casa de los amigos), y no tengo hogar. Esperaba tener ser parte de otra de ‘casa’ mucho más grande.

Me pedís tiempo, y cómo que cada día en tengo menos, he decidido que me quiero arreglar mi casa para habitarla, para cuando quiera permanecer en Llucmajor. No tiene para mí sentido, ahora, constituir la Fundación Toni Catany mientras no exista el compromiso de una materialización inmediata o inminente del proyecto sobre el cual, quiero recordarlo, habíamos llegado todas las partes a un acuerdo.

Mis objetivos, en cuanto a garantizar la integridad de mi archivo fotográfico y para ubicarlo, siempre que sea posible, en mi pueblo, se mantienen. Pero si sólo me podéis ofrecer un posible o incierto futuro os debo decir que ahora, a mí, me preocupa el presente y vivir en las mejores condiciones mis días últimos.

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