Asombros en cascada
Estudio de J. Moravec
28 Rijen 1925
Los tres últimos meses del año nos auguran una catarata de grandes placeres ajedrecísticos: al Gran Premio de París, actualmente en juego, hasta el 5 de octubre, y el Europeo de edades en Budva (Montenegro, hasta el 9), seguirán la final del Campeonato de Rusia (Nizhny Nóvgorod, del 4 al 15), el Torneo Entre Faros en Costa da Morte (A Coruña, 5 al 14), la Final de Maestros de Bilbao (7 al 12), la Copa de Europa de Clubes (Rodas, 19 al 27), el Mundial Anand-Carlsen (Chennai, 9 al 29 de noviembre)… Y también hay una catarata de belleza en el final artístico del diagrama. La victoria blanca parece imposible a todas luces. Clavar el peón negro con Tb7 es inútil por Rc6, y el avance b7 tampoco sirve, por la sencilla maniobra Rc6–Rb6–Ra7. Por supuesto, cambiar el peón de b6 por el de c7 conduce a tablas, porque un peón de torre no sirve para ganar salvo que el rey defensor esté muy lejos, y no es el caso. Pero las piezas están dispuestas de tal forma que esconden una solución mágica, impresionante, con una serie de trucos que el lector difícilmente olvidará: 1 Td8+!! (si 1 b7 Rc6 2 Rb3 Rb6, seguido de Ra7, y tablas; y si 1 Tb7 Rc6 2 Txc7+ Rxb6, tablas) 1 ..Rxd8 2 b7 (la situación ha cambiado tanto que ahora la derrota negra parece inevitable; sin embargo, aún quedan varias maravillas por disfrutar) 2 ..Tb4!! 3 Rxb4 c5+ 4 Rb5!! (tras 4 Rxc5 Rc7 sería tablas, porque el peón de torre no sirve para ganar si el rey defensor ocupa la casilla de coronación) 4 ..Rc7 5 Ra6! Rb8 6 Rb6 c4 7 a4 c3 8 a5 c2 9 a6 c1=D 10 a7 mate.
Correspondencia: ajedrez@elpais.es
Babelia
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