Metallica se sale de la pantalla

Se presentaron al mundo en 1983 como un cuarteto melenudo, ruidoso y agresivo. Después conquistaron el trono del metal para más tarde reciclarse como rockeros duros con colaboraciones esporádicas sorprendentes como la Orquesta Sinfónica de San Francisco. Ahora, Metallica prueba suerte en la industria cinematográfica de la mano de Metallica 3D. Through the never, un largometraje que se estrenará a finales de septiembre en Estados Unidos y que se llegará a las salas españolas el 11 de octubre.

La película, escrita y dirigida por Nimród Antal —director de Predators y Kontroll— y protagonizada por Dane DeHaan —Cruce de caminos y The amazing Spider-Man 2—, narra la aventura de Trip, un joven ayudante de la banda encargado de cumplir una misión urgente encomendada por la banda. Aturdido por un accidente a la salida del estadio donde Metallica ofrece un macroconcierto, Trip queda atrapado en un feroz enfrentamiento entre manifestantes y policías. “Está basada ligeramente en un libro [de Paulo Coelho] llamado El alquimista. Es una historia sobre un viaje, sobre acabar en situaciones inesperadas, resistir, lo que eso te hace y cómo luchas”, explica Lars Ulrich, batería y fundador del grupo, al teléfono desde Kuala Lumpur.

El nuevo proyecto del gigante musical capaz de vender 105 millones de discos en el mundo y alzarse con nueve Grammy, según la banda, obedece a una inquietud patente en su carrera que ha oscilado desde sus orígenes en el trash metal hasta la grabación de un disco con el cantante Lou Reed, pasando por un concierto con música clásica de acompañamiento. “Queremos crear constantemente nuevas experiencias para nuestros fans. No sabemos mucho de cine, así que nos quisimos retar a nosotros mismos”. La idea de dar el salto a la gran pantalla rondaba la cabeza del cuarteto desde mediados de los años noventa, aunque se descartó por la dificultad técnica. “Las cámaras eran demasiado grandes. La idea resurgió hace unos tres años. El rodaje del documental Some kind of monster [del que se han comprado cerca de un millón de copias] fue una gran experiencia. Decidimos que hacer algo más dramático, narrativo y con un concierto sería más interesante”.

El desarrollo de la trama, filtrado hasta ahora con cuentagotas, ocupará un lugar “secundario” en el filme, donde el diálogo se sacrificará en favor de un hilo musical casi constante, que se convertirá en un doble compacto a finales de septiembre. “Sería incómodo poner y quitar la música para que haya diálogo. Así que suena continuamente”, defiende el artista de origen danés. “No digo que sea mejor o peor, es simplemente cómo estas se han mezclado”.

Para el rodaje de Metallica 3D. Through the never, Charlotte Huggins, productora del largometraje y de títulos como Viaje al centro de la Tierra, puso en contacto al grupo con James Cameron y Vince Pace, quienes les dotaron de un equipo y tecnología de cámaras avanzados. Armadas con este material, la película ha sido rodada durante cinco días en Vancouver y Edmonton (Canadá) con 24 cámaras. “El uso del 3D no es una cuestión hortera de mástiles o estatuas que sobresalen y rozan tu cara, sino de una inmersión, de estar en ese mundo, como en Avatar. Queremos que subas al escenario con Metallica, que sientas que te salpica el sudor”, describe.

El equipo técnico y la tecnología los ha proporcionado James Cameron

Junto al amplio despliegue de medios, la banda construyó un escenario para la ocasión de 70 metros de largo por 19 de ancho, donde se acumulan pantallas LED, elementos pirotécnicos y láseres, entre otros componentes. El objetivo de esta especie de navaja suiza, como lo definió el cantante James Hetfield, se centraba en rescatar la simbología de sus numerosas giras. Para ello, Metallica recupera una descomunal estatua de la justicia de 10 metros, un foso para serpientes o ataúdes de más de dos toneladas suspendidos en el aire. “Es un guiño a escenarios y la representación teatral anterior y de intentar estar lo más cerca posible al público”, comenta el batería al que le agrada ser visto. “Lo que más me gusta de tocar en directo es eso. Te sientes expuesto y vulnerable. Es emocionante”. Ulrich afirma sentirse aún como aquel joven de 18 años. “Todo empieza con un plan sencillo y crece hasta ser enorme. Nunca pretendimos que fuese así”, dice entre risas. “A menudo parece un sueño, algo que no está pasando. Alguien te va a despertar y tienes que ir a trabajar otra vez”.