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CONVERSACIONES BÁRBARAS: FALETE

“Si oigo ‘maricón’ en tono despectivo, saco la ‘recortá’ en cero coma dos”

El cantante carga contra la telebasura por haber "degenerado en esta cosa tan guarra" "El maricón más grande que ha dado España es mi madre", afirma el artista andaluz

Daniel Verdú
Falete posó así, en Sevilla, tras la entrevista.
Falete posó así, en Sevilla, tras la entrevista.GORKA LEJARCEGI

Nos cita en el restaurante La Raza del parque de María Luisa. Llega puntual, con una especie de túnica blanca y sus bonitas sortijas en los dedos. Esas que se limpia siempre antes de actuar con el traje. Justo después de darle un beso a un santo de escayola y de fumarse un cigarro. Le acompañan dos amigos. Desde el primer minuto es amabilísimo. Rápido, con enorme desparpajo y completamente de verdad. Falete habla de todo y todo el tiempo a los ojos. Es un punto y aparte. Hasta le pedimos hacernos una foto.

Pregunta. ¿Falete se nace o se hace?

Respuesta. Falete nace, se reproduce, muere y no se volverá a repetir.

P. Todo de nacimiento, ¿eh?

R. Hombre, no será de un accidente de moto. El que pretenda plagiar o ser lo que no es termina hundiéndose en la mierda. Pero la mentira está de moda en el arte, la política o el matrimonio.

P. En la política sobre todo.

R. Ha existido siempre, pero vivíamos bien y no prestábamos atención.

P. ¿Un país de chorizos?

R. Eso dicen. A los chorizos hay que colgarlos para que se sequen y después comerlos.

P. ¿Qué mensaje le mandaría a la cárcel al extesorero del PP?

R. Feliz año nuevo, Bárcenas.

P. ¿Usted no tiene cuentas en Suiza?

DNI urgente

Rafael Ojeda Rojas, Falete, cantante de flamenco y copla (Sevilla, 9-1-1978). Su padre era Falín, miembro del grupo Cantores de Híspalis. Su debut discográfico llegó en 2004 con Amar duele.

R. Lo único que tuve ahí fue a mi padre, que cantaba mucho. Y los primeros patines de bota que me trajo de ahí.

P. Su madre le parió a los 15.

R. A los hijos hay que tenerlos joven para disfrutarlos. A mí me criaron en el respeto y en ser yo mismo para todo. Mi madre tiene ahora 51 años, y es una amiga más. Pero cuando me tiene que decir “me cago en tu puñetera madre” es la primera. Yo le digo la sargento.

P. Para pararle a usted se necesita temperamento.

R. O me pegas 20 tiros con una ametralladora o me hablas de una manera muy clara que yo te entienda. Si me vienes con tonterías, vete al carajo.

P. En la portada de su último disco, ¿va de Madame Butterfly o de geisha?

R. Una mezcla. Tenía que ser algo diferente. Un día de joda les dije a los de la discográfica: “¿Y si me visto de japonesa?”.

P. No le veo a usted muy geisha con los hombres.

R. Para nada. Yo no serviría para ser una geisha. Mi carácter, mi sangre, mi raza… no me permitiría ser tan sumiso. Puedo dar amor como todo el que quiera darlo, pero geisha no.

P. ¿Cómo le gustan los hombres?

R. Que me den libertad, sobre todo en mi trabajo. La profesión es algo muy personal. Quiero mirarles a los ojos y ver la sinceridad. No me gustan con una doble vida o doble personalidad.

P. Pues lo lleva claro.

R. Ese hombre sería perfecto, pero no existe.

P. ¿Se acuerda cuándo descubrió que le gustaban los hombres?.

R. Eso nace contigo. Con 12 años entré un día en casa como las locas. Mi madre estaba haciendo gazpacho, con el cuchillo en la mano pelando tomates y le dije: “Que soy maricón”. Y ahí terminó. Pero no era una necesidad. Desde niño, yo llevaba esa bandera.

P. ¿Ni un poco de discusión?

El que pretende ser lo que no es termina hundiéndose en la mierda”

R. No, por Dios. El maricón más grande que ha dado España es mi madre. Los maricones la adoran por eso. Imagínate cómo es Doña Isabel.

P. Pues el flamenco parece un mundo poco gay.

R. A mí no me han censurado nunca ni ha habido ningún gueto alrededor de mí. No he sentido el rechazo en ningún sector, ni en el del flamenco, siendo machista como es. Mis leyes me las pongo yo. Me tienen que respetar.

P. ¿Hay mucho flamenco en el armario?

R. Mucho. Dentro y fuera. Pero es como todo. El maricón es una cosa muy antigua.

P. En el fútbol no sale ni uno.

R. Cuestión de pelotas. Es más fácil darle la patada a la pelota que enseñar lo que hay. A mí me encanta la gente que se muestra al mundo con dos pelotas.

P. ¿Usted cómo va de eso?

R. Me sobran. Las llevo en un canasto porque me pesan mucho. Y eso es gracias a la educación que he tenido.

P. ¿Le preocupa la vejez?

R. Me encanta. Me gustaría peinarme la cabeza blanca y envejecer junto a la gente que quiero.

P. ¿Nada de cirugía entonces?

R. Si se me quedara la cara como el acordeón de María Jesús y mi espíritu estuviera joven… por qué no un pinchacito. A mi me encantaba tocarle las carnes a mi abuela Carmen. Le pedía que me enseñara las tetas. Tenía los pechos blancos, blancos y una piel completamente limpia.

P. ¿De verdad que su abuela le enseñaba las tetas con 80 años?

R. Sí, es que eran dignas de ver. Me encantaba sobarla.

P. ¿Alguna vez ha echado de menos unas?

A mí me encanta la gente que se muestra al mundo con dos pelotas"

R. No. Fíjate si me gustan tan poco las mujeres para eso, que cuando nací no le cogí la teta a mi madre ni un día.

P. ¿Quiere tener hijos?

R. Hubo una época que sí. Pero por mi trabajo estoy mucho tiempo fuera de casa y no les podría dar lo que quiero. Así que decidí que no.

P. ¿Usted cree en Dios?

R. Muchísimo. Pero las cosas impuestas no me gustan. Soy cristiano, pero no de ir a misa o comulgar por cojones. Eso es una falsedad muy grande cuando te lo imponen. Yo rezo, y cuando me da el punto hablo con Dios como con un amigo.

P. ¿Se cansó de la televisión?

R. Siempre he estado hasta los huevos de la televisión. Me jode que de unos años atrás haya degenerado en esta cosa tan guarra. El arte se ha deteriorado por una serie de hijos de puta que vienen a llenar el estómago de su puta nación haciendo daño a los demás.

P. Igual usted fue un poco ingenuo en algún momento.

R. Nunca he participado en eso. Te meten porque a ellos les sale de los cojones. Pero mi cuerpo lo ha resistido y el mal no ha durado 100 años.

P. Este año ha sido el gran hit de la tele.

R. Pero de guay. Y felicito a Antena 3 por haber quitado la mierda de en medio y optar por el entretenimiento.

P. ¿A quién le vendría bien tirarse del trampolín?

R. A muchos. Para refrescar la memoria y lavar maldades. A muchos otros, directamente los tiraba de un precipicio con piedras en los pies. Me subleva el que vive en el odio e infama.

P. Algunos dicen que es usted el Antony Hegarty español.

R. Me han hablado tanto de ese maricón... Y yo que no le pongo cara… Pero me han dicho que es un pedazo artista. Lo único que sé es que es mariquita como yo.

P. ¿Todavía tiene a su loro Tarantos?

R. Me va a enterrar el muy cabrón. Es malísimo. Habla mucho, ladra, maulla, hace el sonido del microondas… Me llama maricón.

P. ¿El loro le llama maricón?

R. Maricón en mi casa es como buenos días. Es una palabra común y muy bonita. Pero si la oigo en tono despectivo, me vuelvo crazy y saco la recortá en cero coma dos.

P. ¿Hay algo malo de ser Falete?

R. Nada, nada. Ser Falete es un gustazo.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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