El novillero Noé Gómez del Pilar tomará la alternativa el 27 de agosto
El joven pasará a la condición de matador de toros en la plaza toledana de Añover del Tajo Juan José Padilla será el padrino y Eugenio de Mora actuará como testigo
El novillero madrileño Noé Gómez del Pilar accederá a la condición de matador de toros el próximo día 27 de agosto, en la plaza toledana de Añover del Tajo. Juan José Padilla será el padrino de la ceremonia, y Eugenio de Mora actuará como testigo. Los tres lidiarán una corrida de la ganadería de Luis Algarra.
Finaliza así, de manera sorprendente y extraña, la exitosa carrera novilleril de este joven, que despertó las ilusiones de los aficionados en la feria de San Isidro de 2012, y que, poco a poco, ha visto cómo su trayectoria se ha ido desinflando hasta el punto de que se ha visto obligado a aceptar la alternativa en una plaza de tercera categoría ante la posibilidad de eternizarse en el escalafón inferior.
El caso de Gómez del Pilar es un ejemplo palmario de la situación que padece la novillería actual ante la drástica disminución de festejos; jóvenes con posibilidades que deben elegir entre doctorarse sin la experiencia necesaria o exponerse a que su nombre desaparezca para siempre.
Noé Gómez Rodríguez nació en Madrid el 10 de octubre de 1988. Ingresó en la Escuela de Tauromaquia Marcial Lalanda de Madrid en 2003, pasó tres años como novillero sin caballos y debutó con picadores en 2009 tras proclamarse triunfador en el certamen de La Oportunidad en 2008 en el Palacio de Vistalegre de Madrid.
Se presentó en la plaza de Las Ventas el 11 de abril de 2010 ante novillos de Fidel San Román y cortó una oreja del sexto de la tarde. Posteriormente, hizo de nuevo el paseo en el coso madrileño el 18 de julio, en el Ciclo de Novilladas Nocturnas del verano.
Su actuación más importante fue la del 28 mayo de 2012, en plena feria de San Isidro, ante dos novillos de Guadaira con los que sorprendió a la afición y se convirtió en uno de los triunfadores indiscutibles del ciclo. Destacó por su concepción clásica del toreo, su inteligencia y su facilidad en el manejo de los engaños.
Lo que parecía una carrera meteórica hacia el escalafón superior se fue diluyendo con el paso del tiempo y la escasez de triunfos de importancia. Volvió este año a la feria madrileña y no le acompañó la suerte. Esta temporada solo ha sumado tres tardes, y ahora probará fortuna como matador de toros desde una plaza en la que un triunfo tiene escasa repercusión.
Babelia
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