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Lo que queda de Los Ramones

El baterista Marky Ramone presenta dos películas sobre el cuarteto neoyorquino y actúa en directo con su grupo Blitzkrieg

Diego A. Manrique
Marc Steven Ball "Marky Ramone", baterista de los Ramones.
Marc Steven Ball "Marky Ramone", baterista de los Ramones.Samuel Sánchez

Hay trabajos peores. Marc Steven Ball (Brooklyn, 1956), alias Marky Ramone, ejerce de embajador de un grupo técnicamente fracasado. Ayer le tocaba presentar dos películas sobre The Ramones en Transmissions 2013, festival de cine musical que se desarrolla hasta el domingo en La Casa Encendida madrileña. En la terraza del centro cultural, aprovechó para anunciar los próximos conciertos con su actual banda, Blitzkrieg, en Murcia (28 de junio), Barcelona (5 de julio), Cáceres (10), Vigo (11), Madrid (13), Bilbao (16) y Villena (16 de agosto).

 Marky lleva el peinado y el uniforme: playeras, vaqueros rotos, camiseta. Afable, se pone en pose automáticamente ante los fotógrafos. Aunque algunos de los presentes saben que tiene mecha corta. Por ejemplo, se levantó y se marchó cuando se le entrevistaba en directo para el programa "Carne cruda", en 2011, ante una pregunta sobre la moralidad de explotar la obra de un grupo que, después de todo, comenzó con otro baterista, Tommy Elderyi.

Conviene reconocer que Marky se halla en una situación delicada: defender el legado de un grupo cuyos principales miembros -Joey, Johnny y Dee Dee Ramone- murieron en pocos años. Pero, atención, resulta que la marca sigue haciendo dinero, por el merchandising y los derechos de sincronización; hasta los discos están comercialmente vivos.

Se trata de uno de los misterios del punk: los Ramones no alcanzaron, ni de lejos, el éxito que cabe imaginar en un grupo que creó escuela y ha ingresado en la mitología del rock. Para Marky, fue un problema de percepción: "no nos pillaron el chiste, la industria no nos tomó en serio. Y las radios estadounidenses se negaron a pincharnos, preferían el escapismo de la disco music. Tuvieron que pasar veinte años para que se atrevieran a programar a nuestros discípulos, Green Day o The Offspring. Nos alegramos por ellos, claro, pero resultó descorazonador".

También urge recordar que The Ramones era un grupo imposible. Por asuntos de faldas, el cantante no se hablaba con el guitarrista; éste alardeaba de posiciones políticas ultraconservadoras ("de todas las personas posibles, Johnny celebró su ingreso en el Rock & Roll Hall of Fame dando las gracias al presidente Bush, fue bochornoso"). Haciendo la guerra por su cuenta, estaba el bajista Dee Dee Ramone, más preocupado por la búsqueda de sustancias.

Hoy, Marky Ramone atribuye su longevidad personal a su fobia hacia las drogas: "he visto lo que hacen a las personas, así que no tiene mérito la abstinencia. Algún cigarrillo de marihuana es lo único que consumo". Igualmente importante resultó, explica, la ética laboral que heredó de su padre, un estibador: "historias parecidas a las que contaba Elia Kazan en La ley del silencio eran las que oíamos en casa. Pelear para poder trabajar, enfrentarse a matones sindicales y esquiroles".

Aparte, estaba el abuelo, "que fue chef en el Copacabana, cuando era el principal club de Nueva York. Tenía grandes anécdotas sobre estrellas de Hollywood y, bueno, sobre algún gánster." Se basó en sus enseñanzas para lanzar su propia salsa para espaguetis, una ocurrencia que despertó la curiosidad mediática en 2009. El moderno músico de rock debe pillar cualquier oportunidad que le pase por delante: "también ayudé a diseñar una línea de ropa punky para Tommy Hilfiger."

Entre las películas programadas por Transmissions 2013, está Ramones raw, que se nutre esencialmente de 400 horas de vídeos caseros grabados por Marky. "La vida en un grupo con tantas tensiones internas, obligado a actuar constantemente, tenía mucho de disparate y se me ocurrió que aquello debía grabarse. Entre otras razones, el sacar una cámara hacía que se terminaran las discusiones y que comenzara el cachondeo. Tenía sus riesgos: me rompieron dos o tres cámaras".

Aparte de girar con el repertorio ramoniano, Marky presenta un programa de radio, Punk Rock Blitzkrieg, para Sirius XM, la emisora estadounidense por satélite: "intento poner un poco de variedad pero fácilmente lo podría dedicar enteramente a bandas actuales que suenan como los Ramones. Las hay en todo el mundo, desde Japón a Rusia. ¿Conoces a Attaque 77? Son argentinos y suenan formidables"

Con todo, Marky Ramone hizo un hueco en su calendario para acudir a algunas sesiones del juicio a su antiguo productor, Phil Spector, eventualmente condenado por homicidio. No les unía una amistad íntima, asegura, pero desconfiaba de la versión del fiscal y decidió presentarse ante la ausencia de apoyo de la industria musical: "pregunté en Los Ángeles y todos se lavaban las manos. Era 'malo para la imagen', decían, y me sentí avergonzado por semejantes colegas."

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