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Pixar regresa con ‘Monstruos University’

Se estrena 'Monstruos University', precuela del filme de Pixar de 2001 La película cuenta cómo se conocieron sus dos protagonistas, Mike y Sully

Vídeo: TOMMASO KOCH / LUIS ALMODÓVAR
Tommaso Koch

Imaginen que llegan con retraso. Mucho retraso. ¿Qué harían? Caminar más rápido, acelerar, incluso correr a la desesperada. Pero, claro, ¿y si eres un caracol? Entonces se acabó. Porque por mucho que el pobre animalito se apresure para no llegar tarde al comienzo de las clases, todo lo que consigue es correr a cámara ya no lenta, sino inmóvil. Por lo menos, al baboso y amarillo estudiante le queda ser uno de los más hilarantes protagonistas de la película de animación Monstruos University, segundo capítulo de la saga de Pixar sobre estos seres peculiares, que se estrena hoy en España.

Repleto de guiños a la primera entrega (Monstruos SA), el filme llega 12 años después del original pero para contar el antes. En 2001 el público descubrió ese mundo agradablemente monstruoso donde el enorme y peludo James Sullivan y su ayudante, la bola verde Mike Watzowski, se dedicaban a salir de los armarios de los niños y asustarlos a muerte. Y los espectadores se enamoraron tanto de Boo (la entrañable pequeña con trenzas que se colaba en sus vidas y repetía “¡gatito!”) que la película recaudó casi 220 millones de euros solo en EE UU.

Boo ya no está, y para sustituirla –si es posible- los estudios de Pixar han añadido a la historia decenas de criaturas delirantes. Y luego, como no, regresan los dos protagonistas. “Empezamos a debatir que lo más interesante era profundizar en la relación entre Mike y Sully. Para ello lo mejor era volver al pasado, a la primera vez que se encontraron”, asegura Kori Rae, productora del filme e histórica de Pixar. Así, la 14ª películas de los multipremiados y elogiados estudios de animación está ambientada en la universidad donde los dos monstruos aprendieron cómo se aterroriza a los pequeños humanos.

Viñeta exclusiva de Juan Carlos Navarro para los lectores de EL PAÍS.
Viñeta exclusiva de Juan Carlos Navarro para los lectores de EL PAÍS.

Para Buscando a Nemo, los de Pixar navegaron en un submarino. Para Cars, se subieron a unos bólidos. Esta vez, en cambio, la documentación fue algo más aburrida. “Volvimos al submarino. Fue una decisión un poco rara. No, en realidad visitamos varias universidades por el país y nos fijamos en los estudiantes y en los edificios”, bromea Don Scanlon, al debut como director en solitario tras ser artista de storyboard de Cars y Toy Story 3, y co-dirigir con el gran jefe de Pixar, John Lasseter, el corto Mater y la luz fantasma.

“Todos hemos temido a los monstruos de niños. Es algo con el que tenemos una extraña relación de miedo y amor. Pero lo que más me gusta de Mike y Sully es que están tan humanizados que a veces son casi aburridos”, añade Scanlon. En el fondo, a lo largo de los años, Pixar ha vertido humanidad en lámparas, peces, juguetes y robots. De ahí que hacerlo con un monstruo sea sí distinto, pero no más complejo. Juan Carlos Navarro, animador alicantino que ya trabajó en Cars 2 y Brave, cuenta que “tienen unas formas muy variadas y entra en juego mucha imaginación. Pero lo importante es darle el alma”.

Muchas almas, en concreto, ya que Monstruos University retrata el mundo estudiantil en todas sus facetas, con hermandades, competiciones, malotes y pringados. “El lugar pasa a ser un personaje más de la película, en masa”, agrega Navarro. Y, en él, caben también muchos de esos detalles marginales y personajes secundarios como el caracol que han hecho la fortuna de Pixar. “Se enseña la película en proceso a todos los artistas. Tenemos la oportunidad de aportar ideas y algunas nos hacen mucha gracia a todos y se quedan”, explica el animador español.

Un boceto de Navarro para el personaje de Mike.
Un boceto de Navarro para el personaje de Mike.JUAN CARLOS NAVARRO

Más en general, las ocurrencias del equipo se tienen en cuenta a lo largo de toda la creación. “Tenemos bastante libertad. El director te dice lo que quiere de un plano, pero tu aportas tu visión y luego él la puede corregir o depurar”, relata José Ramos, director técnico de iluminación español de los estudios estadounidenses. Y, en efecto, la fórmula le funciona a Pixar desde hace años. Desde su debut con Toy Story en 1995, la compañía ha producido decenas de cortometrajes y spin offs, se ha llevado unos 20 oscar, ha sido comprada por Disney por 6.000 millones y ha alcanzado un facturado –ejem- monstruoso.

Aunque, últimamente, está empezando a surgir alguna voz crítica. La principal defiende que los creadores de Up y Wall-E ya solo hacen secuelas. Scanlon responde más bien a medias: “Somos afortunados por haber llegado a hacer tantas películas. Antes no teníamos ni siquiera tantos personajes como para poder indagar más en sus historias”. Lo cierto es que la secuela submarina de Nemo, Buscando a Dory, también está preparada y llegará en 2015.

Justo después de los titulares de crédito de la película, en cambio, llega una sorpresa. Toca esperar un rato, cierto. Pero es que, por mucho que corra, un caracol va despacio.

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Sobre la firma

Tommaso Koch
Redactor de Cultura. Se dedica a temas de cine, cómics, derechos de autor, política cultural, literatura y videojuegos, además de casos judiciales que tengan que ver con el sector artístico. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Roma Tre y Máster de periodismo de El País. Nació en Roma, pero hace tiempo que se considera itañol.

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