Unidos por el humor y la manera de observar el mundo
María Galiana y Juan Echanove convierten en una joya teatral Conversaciones con máma de Santiago Carlos Oves
Vistos sobre el papel, son dos populares actores que se han juntado en una obra de teatro. Vistos sobre el escenario son mucho más. Pocas veces se ha visto en escena una pareja con tanta química, y ya puestos, con tanta física entre ellos. Algo que consiguen transmitir sin sexo, sin tragedias, sin llantos, sin aspavientos, sin crímenes pasionales…. Tan sólo interpretando una de tantas relaciones normales, casi vulgares, entre un (buen) hijo cincuentón y una (dulce y lúcida) madre octogenaria. Una relación, la materno filial, que desde hace siglos se considera como la más sólida, firme y estable que se puede dar entre dos seres humanos. Salvo excepciones, y esta no es una.
Conversaciones con mamá, es un montaje teatral, basado en el guión de la película del mismo nombre de Santiago Carlos Oves, en el que Juan Echanove (también director) y María Galiana, además de mantener un duelo actoral de altos vuelos, dan una lección de dignidad teñida de ideología y de ternura. Él tiene mujer, dos hijos, una hermosa casa, dos coches y una suegra que atender. Mamá se las arregla sola y sobrelleva su vejez con dignidad. Él ha luchado porque su vida se sostenga sobre la frágil base de las comodidades. Pero se ha quedado en paro y sólo le queda convencer a su madre para que venda la casa en la que vive y con ese dinero él hacer frente a su hipoteca. Ella es una mujer inteligente, lúcida, con un fino sentido del humor que trata de enseñarle que la vida es algo más y que hay otras maneras de vivirla. Y que además no se la cuela ni su hijo.
Cuando a Echanove le llegó la primera versión de esta función, que realizó hace tiempo el dramaturgo Jordi Galcerán (El método Gronholm, Burundanga) a partir de la película argentina, le pareció el texto perfecto para ellos dos: “No tenemos tendencia a dejarnos influir por los personajes que interpretamos, nuestra vida es de otra manera, podemos jugar a personajes que no tienen que ver con nosotros, de lo contrario sería un regodeo y acabaríamos en algo melifluo y blandito y nos impediría utilizar lo que más nos une a María y a mí: una observación del mundo de alrededor nuestro y el sentido del humor; no tenemos ningún problema en reírnos de nosotros mismos y un proyecto así, que deseamos que tenga mucho recorrido, se afronta desde ese parámetro o estas abocado a pasarlo mal”. Y tienen recorrido para rato. De momento, tras estrenarse el día 5 en Alicante, viajará a Mahón, Sevilla, Granada, Murcia, Las Palmas, Fuerteventura, Vitoria, Donostia y en otoño Madrid y otras grandes plazas, sin descartar en el futuro un paseo por Latinoamérica.
Y lo que venga, porque no sufren nada haciendo este trabajo: “Nos lo pasamos estupendamente”, apunta María, y Echanove añade, “hay otra cosa, cuando trabajas con una persona de edad tiendes a sobreproteger al compañero, procuras que todo le sea fácil, como es lógico, pero resulta que Galiana es alérgica a la sobreprotección, así que Dios me libre de sobreprotegerla, porque me mete dos hostias; sólo hay que tratarla como un compañero de ruta que fuera de mi misma edad”. Galiana le escucha con sonrisa sardónica y remata la perorata: “En algunas cosas soy mucho más joven que él”.
Lo cierto es que a María le parece estupendo que una mujer octogenaria tenga novio, como su personaje. Mientras Echanove confiesa: “Si me dice mi madre [octogenaria y viuda hace pocos años] que se ha echado novio lo llevaría muy mal; supongo que me desmontaría mi vida, y no me puedo imaginar que me diga ‘el domingo ven a casa que vas a conocer a Gregorio’”, hace un silencio en el que se le nota donde lleva su pensamiento y espeta “¡no puede ser!”.
Ambos coinciden es considerar que la obra es de claro contenido social. En este país también hay mucha gente que tiene que vender el 4x4: “Para ellos es una tragedia, porque han vivido un mundo de juguete, del que no saben desprenderse, toda su ilusión se ha volcado en una vida de objetos, no en una vida de emociones… y mientras cumplen el expediente con una madre”.
A los dos les impresiona el que la obra habla de cómo las personas mayores, que tendrían que estar descansando, son ahora responsables de los parados más jóvenes de su familia: “No entendemos que un estado de bienestar no sea capaz de impedir que esos ancianos sean los motores, con sus casas y sus pobres pensiones de mierda, que mantienen a la familia, hacinados en un piso, no se puede pedir un esfuerzo físico, material, psíquico a los que se han ganado descansar; lo que más nos preocupa es la situación de ancianos obligados a tirar del carro”, dicen. Galiana habla del gran contraste que se ve en entre un hombre que tiene todo, y quiere conservarlo, y una madre que no puede poner gallina en el caldo porque está cara.
Galiana y Echanove estaban condenados a trabajar juntos porque la actriz ha luchado para que así fuera. “He hecho todo lo posible por ligármelo, le he perseguido por media España y he cultivado su amistad; siempre pensaba ‘qué ilusión y regalo tan grande sería hacer una función con Juan’. Y terminé diciéndoselo”, dice la actriz quien reconoce que para ella el teatro ha sido todo un descubrimiento. Su recorrido es corto en este oficio, ya que ella ha sido profesora. “Juan me ha descubierto la posibilidad de un disfrute de emociones extraordinarias que no conoces hasta que no haces teatro; yo no intentaba hacer teatro, lo que intentaba es hacer el teatro que Juan hace; la clave reside, más que en pasarlo bien, en entregarse y comprometerse, lo sé porque he dado clase 45 años y eso nunca lo perdí”..
Por su parte Echanove habla de que le atrajo de la obra el sentido del humor: “Pero lo fundamental que hizo comprometerme, fue una frase que le suelta la madre al hijo ‘no te da vergüenza que lo mismo que tu pensabas a los veinte años ahora lo piense un hombre muy mayor”. Además están los rasgos azconeistas (de Rafael Azcona) en este texto al que Galcerán y los actores le han provisto de una sólida carpintería teatral que en la película no estaba.
El proyecto, abordado en un descanso de la popular serie Cuéntame en la que ambos trabajan, es una producción de Pentacion Espectáculos, La llave maestra y Focus que ha contado con escenografía y vestuario de Ana Garay e iluminación de Juan Gómez Cornejo.
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