Maria Tallchief, la bailarina que enamoró a Balanchine
Destacó como primera diva del New York City Ballet y contribuyó a fundar el ballet de Chicago
La bailarina norteamericana Maria Tallchief murió el pasado 11 de abril en Chicago a los 88 años. Su nombre completo era Elizabeth Marie Tall Chief y había nacido el 24 de enero de 1925 en Faifax, Oklahoma, hija de padre indio Osage y madre de origen escocés. Fue de las primeras artistas amerindias en llegar a la categoría de estrella del ballet norteamericano junto a su hermana Marjorie (Denver, 1927) y a Rosella Hightower (1920-2008) que era de origen Choctaw. Musa del coreógrafo George Balanchine y su esposa entre 1946 y 1950, año en que se divorciaron, siguieron trabajando juntos hasta 1962; fue también junto a su hermana fundadora del Chicago City Ballet en 1981.
Maria Tallchief se trasladó con su familia en 1933 a Los Ángeles donde comienza su formación en Hollywood con Ernest Belcher y Bronislava Nijinska, que la convierte su protegida artística desde los 12 años, viendo ya todo su potencial. En su formación también influyeron notablemente David Lichine y Pierre Vladimirov. Debuutó en Hollywood Bowl y a los 17 años ya estaba en los Ballets Russes de Montecarlo haciendo giras; allí con 21 años, Balanchine (que le llevaba 20 años) la encuentra y se casan, convirtiéndola en su fuente de inspiración y creado para ella muchos papeles como El pájaro de fuego (1949); El lago de los cisnes (1951), el hada de Azúcar de Cascanueces (1954) o la Eurídice de Orfeo (1948). En ella está el germen del perfil de la bailarina ideal balanchiniana, sus proporciones, su técnica depurada, su rapidez ejecutoria y brío, dibujaron ese estilo y gran parte de la virtuosística del estilo balanchiniano se gestó sobre esta bailarina en roles como Sylvia Pas de deux (1950), Sinfonía escocesa (1952), Pas de Dix (1955) y Allegro brillante (1956). Tempo musical, ataque, línea en el espacio y control de los acentos: eso era ella en su modelado ejemplar. En 1952 bailó una versión de La muerte del cisne de Pavolva para un filme en Hollywood: The million dollar mermaid haciendo gala de su port de bras legendario. También hizo la Ellida de Lady from the sea y Miss Julie, ambos de Birgit Cullberg. Bordó la Carolina de Jardin aux Lilas de Antony Tudor o Etudes de Harald Lander; su fuerte en concierto era el pas a dos de El cisne negro y entre sus partenaires habituales estuvieron Eric Bruhn, André Eglevsky y Peter Van Dyk.
En sus comienzos, a los 18 años, Maria apareció en Chopin Concerto de Nijinska y el crítico John Martin escribió en The New York Times que “allí estaba seguro el material de una ballerina’”. No se equivocaba, y un año después, Alexandra Danilova le presenta en un estudio a Balanchine. Eso cambió su vida. Primero bailó de Balanchine Danses concertantes, Ballet imperial, Mozartiana y La sonámbula, además de El beso del hada. Entre 1946 y 1948 Maria estaba en el pequeño grupo que funda el Ballet Society y hace la bailarina de Simphony in C. Era el germen del New York City ballet [NYCB]. Maria además de la asociación a Balanchine en el NYCB hizo una brillante carrera de estrella internacional. En 1947 viajaron juntos a la Ópera de París, donde deslumbró con su técnica y su porte. En 1953, el presidente Eisenhower la declaró “Mujer del Año”. En 1953 bailó “El lago de los cisnes” en el Teatro alla Scala de Milán y también en el Real Ballet Danés de Copenhague. Regresó a los Ballets de Montecarlo en 1954 y esporádicamente al American Ballet Theratre hasta 1965; se retiró oficialmente de la escena ese año en la Ópera de Hamburgo.
En 1974 Tallchieff regló la escuela de ballet de Ópera Lírica de Chicago, ampliándola hasta ser una entidad independiente adscrita a la Scholl of American Ballet de Nueva York. Fundó el Chicago City Ballet con Paul Mejia como coreógrafo y Suzanne Farell y el propio Balanchine como asesores, debutando la primera temporada en 1981. María se mantuvo como directora artística hasta 1987. En 2005 publicó sus memorias.
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