Triunfo grande de Castaño, que corta tres orejas a dos ‘miuras’ en Castellón
El diestro Javier Castaño protagonizó una gran tarde de toros al abrir la Puerta Grande tras cortar tres orejas a dos astados de Miura, de muy buen juego
Urdiales se las vio en primer lugar con un "victorino" encastado y exigente con el que anduvo muy firme para conseguir hacerse con la situación a base de aguante, valor y colocación. Así logró muletazos de notable mérito e incluso de muy buena expresión por naturales. Perdió premio por culpa de los aceros. El cuarto fue otro "victorino" con guasa por lo rápido que se orientó a pesar de su aparente sosería, lo que se dice un toro con peligro sordo. Urdiales volvió a estar firme y valiente a carta cabal, solventando airosaente la papeleta, aunque no tuvo su tarde con la espada, por lo que todo quedó en una vuelta al ruedo.
El primer "miura" de Castaño nada tuvo que ver con el típico animal de esta legendaria divisa y, lejos de ser el toro fiero y complicado, fue, sin embargo, dócil y muy toreable. Así consiguió el salmantino cuajar una faena de alta nota en la que hubo hasta pasajes desmayados y de mucho gusto. Cortó una oreja.
Dos toros de Victorino Martín, dos de Miura y otros dos de Cuadri. Corrida muy bien presentada en conjunto: todos los toros en tipo en función de su encaste y con matices en cuanto a su comportamiento.
Diego Urdiales: dos pinchazos, media y tres descabellos (ovación tras aviso); y pinchazo y casi entera (vuelta al ruedo tras aviso).
Javier Castaño: estocada (oreja); y gran estocada (dos orejas).
Eduardo Gallo: tres pinchazos, estocada trasera y tres descabellos (silencio); y dos pinchazos, estocada y cuatro descabellos (silencio tras aviso).
La plaza tuvo tres cuartos de entrada.
En el quinto vino el lío gordo con otro "miura" de una bravura y una clase digna de mención. Castaño volvió a estar en maestro en cuanto a la lidia, luciendo mucho al toro en el caballo, donde cumplió un gran tercio de varas, y con la muleta estuvo de ensueño en una faena emocionante y a más, con pases de muchos quilates sobre ambas manos por el temple, la hondura y la ligazón. Labor rotunda y compacta que, tras una gran estocada, fue premiada con las dos orejas.
Gallo tuvo un primer "cuadri" que apenas le dio opción por descastado y falto de fuerzas, por lo que la faena del salmantino apenas llegó a trascender. Y con el sexto, un "cuadri" complicado como pocos, tampoco Gallo tuvo tela que cortar y para más inri se atascó en la suerte suprema.
Babelia
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