El ‘Retrato de la madre del artista’ ocultaba un inédito
La restauración de un óleo de Picasso descubre un dibujo
De perfil, medio adormecida, con la cabeza inclinada y los párpados cerrados, como si descansara tras una jornada agotadora. Así pintó Picasso con 15 años a su madre María en 1896, en Retrato de la madre del artista, una de las obras más representativas de la producción del joven pintor. La obra ha sido sometida a un proceso de restauración y estudio exhaustivo en el Museo Picasso de Barcelona, donde se expone. Tras retirar el cartón que daba rigidez a la pintura en pastel, ha quedado al descubierto un dibujo al carbón inédito: un personaje masculino fumando en pipa, pintado de forma invertida respecto a la figura de la madre.
Para Reyes Jiménez, jefa de restauración del museo, “no hay duda de que la pintura desconocida es anterior a la de su madre, ya que en caso contrario habría destruido la pintura al pastel en el momento de realizarse”. La especialista mantiene que el personaje con pipa es semejante “en técnica, interpretación del claroscuro y papel usado” a Busto de caballero del siglo XIX, otra obra propiedad del museo. Este dibujo presenta dos marcas en sus vértices superiores: a la derecha un 2 y a la izquierda las iniciales IB, “posiblemente perteneciente al visto bueno de su profesor en A Coruña, Isidoro Brocos, por lo que los dos se tratan de ejercicios de formación”. El dibujo inédito, según la restauradora, denota que Picasso tenía un gran control de la difícil técnica del pastel ya en Galicia, “por lo que en esta ciudad ya había alcanzado un nivel de conocimiento pictórico mayor de lo que pensábamos”, subraya.
Según Jiménez, mientras que el modelo de inspiración del busto del caballero fue una terracota datada en 1878 en Sevilla, para el personaje de la pipa, Picasso se habría basado directamente en una pintura o un grabado.
Retrato de la madre del artista, es una de las 921 obras que el propio Picasso donó en 1970 al museo de Barcelona con pinturas que su familia, su madre, hermana y sobrinos, tenían en la ciudad, la mayoría integrada por óleos y dibujos de su etapa infantil y juvenil. “Con el tiempo el cuadro se ha deformado por las tensiones provocadas por el soporte y estaba en peligro de fractura y de supervivencia”, explicó Jiménez. Ahora, se ha eliminado el soporte secundario, aplanado las deformaciones y reintegrado las pérdidas del material del soporte y del color.
Hasta el 7 de abril las tres obras: el original restaurado, su reverso y el otro dibujo de formación, se pueden ver en una presentación excepcional, en la sala neoclásica del palacio del Baró de Castellet, uno de los edificios que conforman el Museo Picasso. La estancia, fechada en el siglo XVIII y decorada a la moda afrancesada que el barón descubrió tras un viaje a San Petersburgo, es uno de los pocos ejemplos conservados de este estilo en Barcelona. También se ha restaurado recientemente, tras invertir 30.000 euros. Tras la exposición, la pintura volverá a su lugar de exhibición habitual y la parte trasera solo se podrá ver de forma excepcional.
La primera comunión, el primer gran lienzo académico pintado en 1895 por Picasso, y la serie de Las Meninas, serán las siguientes obras que pasarán, cuando se encuentre financiación, por el taller de restauración. El Museo Picasso nació en 1963, ahora hace 50 años. El aniversario coincide con el cambio de estatus de este centro dedicado a la exhibición y estudio de la obra del genial pintor malagueño, sobre todo de su etapa de formación. El pasado 21 de diciembre, el pleno municipal aprobó, con el apoyo de todos los grupos, cambiar que la gestión del centro pase directamente del ICUB a una fundación llamada Fundación Museo Picasso de Barcelona. En los próximos días se constituirá el patronato en el que estarán representados el Ayuntamiento (que seguirá conservando la titularidad de los edificios y de las 3.800 obras de la colección permanente) y la Fundación Barcelona Cultura, compuesta por una veintena de grandes empresas españolas como La Caixa, Telefónica o Repsol.
Babelia
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