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Pablo Berger: “No tengo vocación de ser un director de culto”

Entrevistamos al director de 'Blancanieves' , a las tres de la mañana, apenas una hora después de recibir el último de sus diez Goyas

Rocío García
Pablo Berger, tras recoger su premio.
Pablo Berger, tras recoger su premio.Carlos Álvarez (Getty Images)

Al filo de las tres de la madrugada de hoy, la sonrisa de Pablo Berger no podía ser más amplia. Se le salía del rostro. Diez Goyas consiguió su segundo largometraje, Blancanieves, esa aventura maravillosa rodada en blanco y negro y muda. “Diez Goyas, es una pasada”, reconocía en una casi vacía sala de prensa dos horas después de finalizar la gala, en la que su película fue la gran triunfadora. Estaba feliz pero especialmente por el último galardón que recogió, el de mejor película. “Todos los demás premios están asignados a un nombre y el de película es para todo el equipo. También para el público que ha comprado una entrada y ha apostado por ella y para los críticos y los medios de comunicación que la han defendido. El cine es sumar. Lo decimos muchas veces, pero es la verdad. Los cineastas no somos artistas plásticos, ni escritores, nosotros trabajamos en equipo, sin el equipo no somos nada”.

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Berger, al que su mujer japonesa, vestida con un bonito kimono en tonos claros, le esperaba paciente a la salida, conoce las dificultades. No sabe si estos premios le ayudarán para arrancar su próximo proyecto, pero el tesón nunca le abandonará. Por algo es de Bilbao. “Cuando llegué de Estados Unidos con el guion de Torremolinos 73 bajo el brazo, creí que iba a ser llegar y besar el santo y tardé seis años en hacer la película. Creí que, después del éxito de Torremolinos 73, mi próximo proyecto lo tendría listo en dos o tres años y he tardado ocho en hacer Blancanieves. No sé lo que voy a tardar en hacer la próxima, pero yo no tengo vocación de ser un director de culto, como Terrence Malick o Víctor Erice, a los que admiro profundamente. Para mí tres años es el tiempo perfecto para una persona como yo que escribe, dirige y produce. Sí espero que los productores confíen en mí y en mis locuras. De alguna manera, pienso que el espectador va siempre por delante de la producción y que los directores que trabajamos con el corazón y no con la cabeza intuimos de alguna manera que determinados proyectos van a llegar al corazón de la gente. Yo estaba convencido de ello con Blancanieves.

Espero que los productores confíen en mí y en mis locuras

Espera el realizador ayudar de alguna manera a estos realizadores o guionistas que llevan tiempo luchando por un proyecto, ser algo así como una bombona de oxígeno. Claro que él, dice, viene de una familia en la que siempre le inculcaron que todo es posible. A pesar de todas las dificultades, Berger confesó que nunca pensó en tirar la toalla porque cuando uno flaqueaba, había otro del equipo que tiraba de todos.

Blancanieves, que se estrenó hace tres semanas en Francia con 80 copias y próximamente lo hará en Estados Unidos y Japón, está todavía a mitad de camino. O en eso confía su realizador. “Es una película comercial y quiero que llegue al mayor número de gente posible. Todavía no he tirado la toalla porque, además, quiero hacer una minigira con orquesta en directo, siguiendo el diseño inicial del filme”. En España se va a aumentar el número de copias y de pases en las salas. “Quiero que se duplique la taquilla de mi película, pero no por cuestiones económicas, sino porque me siento un trabajador y voy a seguir viviendo en mi apartamento de 69 metros cuadrados en Madrid, de alquiler”.

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