Baile mágico del rey
Estudio de F. Poljánec
Wiener Schachzeitung, 1924
Aviso: usted será incapaz de encontrar la solución salvo que domine las sutilezas más profundas de los finales de reyes y peones. Recomendación: a pesar de todo, estudie atentamente la posición del diagrama antes de reproducir la solución con calma; aprenderá conceptos muy útiles en la práctica de torneos, y además quedará extasiado por la enorme belleza de la composición.
A primera vista, y dada la enorme fuerza de los tres peones centrales, las blancas sólo pueden ganar si logran un ataque de mate o de gran ganancia de material. Pero la mejor manera de empezar el ataque es dar el jaque de caballo en e5, el rey negro va a e6, y no hay mate que valga. Sin embargo, es justo ahí donde nace la maravillosa idea de Poljánec, que dejará estupefactos a la inmensa mayoría de los lectores: 1 Ce5+ Re6! (las demás sí conducen al mate; por ejemplo: si 1 ..Re8 2 Dh5+ Rd8 3 Dg5+ Re8 4 Dg8+ Re7 5 Df7+ Rd6 6 Df6 mate) 2 Dh6+! Rxe5 3 Dxa6 bxa6 4 b5! Rd6 5 bxa6 Rc6 (y parece que se acabó la fiesta: con los peones blancos controlados, la masa negra avanzará sembrando el terror; "como mucho, las blancas quizá arranquen un empate", pensará el lector que desconozca los secretos más sibilinos de este tipo de posición. Sin embargo, el enunciado del diagrama sigue siendo válido: las blancas ganan, y la idea básica es que el rey negro no puede moverse) 6 Rd2! (única) 6 ..d4 (¿y ahora qué hacemos?) 7 Rd1!! (única; todas las demás pierden) 7 ..e3 8 Re2! (única otra vez) 8 ..c3 9 Rd3 e2 10 Rxe2 c2 11 Rd2 d3 12 Rc1, y las blancas ganan. Correspondencia: ajedrez@elpais.es
Babelia
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