La fiesta latinoamericana

A pesar de que en América Latina empezaron a saltar tibiamente las encuestas sobre lo mejor de la música de este año signado por el sacudón espiritual, a partir de la semana próxima, si el bendito Calendario lo permite, ya se conocerá lo más representativo de 2012. Si bien es cierto que en este lado del charco no hubo nada que se le compare al Gangnam Style, del surcoreano Psy, al tiempo que el insufrible Ai se eu te pego, de Michel Teló, mostró sus ganas de extender la mano dura de su éxito, arraigándose en radios y en la banda de sonido de la fiesta hasta julio último, la escena sonora de la región parece haber comenzado a evidenciar el recambio en sus propuestas y exponentes. Aunque ciertamente la metamorfosis dilató en llegar, los mismos nombres de siempre ahora alternan en el dial o en las listas de ventas con artistas que hasta recién ostentaban la chapa de “revelación” o que incluso ni tuvieron chance de deambular por el rubro. Así que los mayas no estaban errados cuando se referían a la transformación que se avecina.

Artistas

Después de librar sus propias batallas en el intrincado y sabroso territorio del groove, el colombiano Mario Galeano (Frente Cumbiero) y el inglés William Holland (Quantic) se juntaron para llevar adelante una suerte de Buena Vista Social Club del heraldo musical de Colombia al reunir a algunos de los artistas más emblemáticos de ese país para fundar la academia del jolgorio: Ondatrópica. Al mismo tiempo, este año, a ocho de la aparición de su último disco de estudio, se produjo el regreso al ruedo de uno de los grandes responsables de la renovación estética del acervo sonoro de la nación cafetera, Carlos Vives. El 2012 también fue escenario para que el conjunto uruguayo El Cuarteto de Nos recogiera finalmente el título de “referente consagrado del pop rock latinoamericano”, además de que postuló al combinado chileno Astro, nigromante de un sonido poderoso, fresco y hitero a lo MGMT y Passion Pit, y a los mexicanos 3BallMTY, colectivo de DJs que recogen nada más que elogios con su tribal guarachero, como sus revelaciones.

Discos

Con su segundo elepé de estudio, Elegancia tropical, el grupo bogotano Bomba Estéreo nuevamente deja constancia de su condición de cabecilla de la actual escena de su país, y ratifica el gran momento que vive la música contemporánea colombiana. No obstante, nada de esto hubiera sido posible sin el aporte de figuras del tamaño de Juanes, quien este año obtuvo el Grammy Latino al Mejor Álbum del Año por su MTV Unplugged, producido por Juan Luis Guerra. En 2012, Café Tacvba regresó con nuevo material, El objeto antes llamado disco, un trabajo que, a pesar de que redime el eje de la propuesta del cuarteto mexicano desde sus comienzos, sintetiza el actual escenario latinoamericano: el encuentro entre tradición y modernidad. Hace unos meses, la dupla argentina de funk Illya Kuryaki & The Valderramas despertó de un letargo de una década, y de qué manera. Chances es, sin duda, uno de los mejores trabajos que ha dejado esta temporada el terruño rioplatense, al igual que Piazzolla Play Piazzolla, de Escaladrum, el grupo que lidera Daniel “Pipi” Piazzolla.

Sencillos

Si bien ya era la gran rapera latinoamericana, bastó que Thom Yorke recomendara su disco anterior, 1977, para que Ana Tijoux se transformara en un fenómeno mundial. Volver, tema incluido en su más reciente álbum, La bala, es una buena muestra de que la MC chilena disfruta de su mejor momento. Lo mismo sucede con el productor y músico uruguayo Juan Campodónico, quien tras labrar el éxito de otros artistas de la región finalmente se hizo cargo de su debut solista, Campo, del que se desprende La marcha tropical, una cumbia con garra charrúa. Después de tres EPs, la cantautora Carla Morrison lanzó su primer elepé, Déjenme llorar. El tema que le da título, y sin la menor intención de tornarse en una hipérbole, tiene abobado a todo el continente. Y es que es muy difícil resistirse ante tanta dulzura. Al igual que de la de sus paisanos, la dupla mexicana Jesse & Joy, cuya canción ¡Corre! se convirtió en un suceso inesperado. Pero el fenómeno que ya se veía venir era el del sencillo Hasta que salga el sol, de Don Omar, lo que lo reivindica como el reguetonero más exitoso de 2012.

Conciertos

Luego de tres años sin actuar en su país, a partir de la prohibición que estableció el otrora alcalde de San Juan, Jorge Santini, Calle 13, el pasado fin de semana, tocó ante su gente. Veinticinco mil espectadores presenciaron el cierre de la gira Entre los que quieran, que mantuvo a la dupla rodando por el mundo a lo largo de dos años. En 2012, la edición chilena del Lollapalooza y el mexicano Vive Latino se alzaron como los festivales musicales latinoamericanos más impactantes de la región, mientras que el cantautor argentino Fito Páez celebró los 20 años de su disco El amor después del amor con un tour que lo llevó por las principales capitales del continente. Además, el conjunto mexicano de pop rock Maná estableció un récord en Estados Unidos al llenar 11 veces el Staples Center de la ciudad de Los Ángeles, desplazando la marca de Britney Spears. También destacaron en la nación norteamericana, de entre las estrellas latinas, la serie de shows de J.Lo y Enrique Iglesias, y el tour Gigant3, que reunió a Marc Anthony, Chayanne y Marc Antonio Solís.

Ritmos

Días atrás, destacó la prohibición del gobierno cubano de pasar reguetón en los medios de la Isla, debido a su contenido vulgar, situación que aprovechó la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española para sugerir el cambio de grafía de “reggeatón” a “reguetón”. Si bien el género boricua sigue siendo uno de los más perseguidos por la sociedad de habla hispana, en los últimos tiempos provocó desde mutaciones artística como moombahton (en Europa fue una de las reinas del verano) hasta instalarse en el pilar del tropical bass, escena de la que también forman parte la changa tuki de Venezuela, el tribal guarachero de México, el dembow de República Dominicana, el baile funk de Brasil y la nü cumbia no sólo en Colombia, sino del resto de América Latina. Y es que la manifestación artística de raigambre tradicional de la nación cafetera se ha convertido en el caballito de batalla de la asonada cultural contemporánea de la región, lo que le ha permitido tener una revelación fresca al mundo y, al mismo tiempo, disfrutar de uno de los mejores momentos de su historia.