James Ellroy: “La escritura no es ningún exorcismo”
El escritor, autor de 'L. A. Confidential', conversa sobre literatura, las elecciones en Estados Unidos y la vida
Llueve y el día está oscuro como una tumba, pero James Ellroy (Los Ángeles, 1948) sale de un coche negro vestido de manga corta, con una camisa floreada, camina como si fuera un explorador, se adentra en el Café Gijón con sigilo, mirando sin pudor a las mujeres. Cuando se sienta en el lugar en el que antaño se situaba aquí una tertulia de actores, escritores y jueces, Ellroy ladra como un perro (“los perros me entienden, yo soy un perro grande y feo”), grita contra Obama (“¡es un cantamañas!”), certifica su fe cristiana y manifiesta su desdén por el mundo. Él es el famoso autor de L. A. Confidential, además de un libro a partir de la memoria del asesinato de su madre, que murió en tenebrosas circunstancias cuando él tenía diez años (Mis rincones oscuros) y otros textos que son la base de su explícito orgullo como escritor.
Pregunta. Escritor policíaco… ¿Por qué no solo escritor?
Respuesta. A la gente le gusta poner calificativos a lo que uno escribe. No sé en qué sección de las librerías ponen mis libros, y en el fondo me da igual si los ponen en la serie policiaca o en la de literatura.
P. Porque usted tampoco va a las librerías.
R. No. Tampoco voy al cine, no veo televisión, no tengo teléfono celular, no uso computadora. Paso del mundo. Me he comprado una casa tranquila y silenciosa, de paredes oscuras. Y ahí escribo, en un cuaderno blanco. Solo tengo una vida interior, y tumbado, a oscuras, pienso. Viajo por la historia de América a mi propio ritmo mental y organizo grandes narraciones. Tengo un marco amplio, es el marco de la Historia, el marco de los personajes de la vida real, el de los personajes de ficción. Comprimo ese marco hasta contenerlo en las páginas de una novela… ¿Ha visto pasar esa chica tan guapa?
P. La he visto. ¿Cuál es el chispazo de su escritura?
R. ¡Eh, chica, you are beautiful! ¡¡¡Ven!!! Ah, el chispazo. Cuando escribí cada uno de mis libros tuve en la cabeza el orden cronológico de los asuntos que quería describir, conozco los acontecimientos de la vida real, vivo dentro de ese contexto, paso del mundo que hay a mi alrededor, así que me integro del todo para vivir más ávidamente en el pasado.
P. Está fuera del mundo, pero ahora está en la literatura…
R. He leído tan solo un puñado de libros. Y no leo porque escribo tan bien… Me gusta pensar, me gusta escuchar música clásica, me gusta estar solo.
P. ¿Qué le hacen a usted sus propios libros?
R. He aprendido cosas específicas sobre mí escribiendo, y sé que afectan a mi vida, pero no creo que la literatura sea ningún exorcismo. Y como escribo series de libros, cuando acabo uno me siento incendiado, quiero continuar.
P. Habla con los perros, duerme con ellos. ¿Y con la gente, cómo se lleva?
R. Yo no tengo una visión de la vida actual. Esto la gente no lo entiende. Yo no pienso en la violencia. Me aíslo de ella. Soy adinerado. Vivo en un buen barrio. No disfruto de la miseria. Desprecio el nihilismo. No me va el rock and roll. Vivo dentro de mí mismo y paso del mundo. Vale: soy bueno con la gente, hola qué tal, tengo buenos modales. Pero en general vivo solo para crear. Así que mi propósito no es describir el mundo actual, diseccionar el mundo actual. No soy un crítico de la América de hoy, mi propósito es crear los dramas de la América histórica.
P. Mire lo que dice hoy la portada de EL PAÍS: Estados Unidos vuelve a soñar… Obama…
R. Obama, ¡grrrrrrrrr!
P. ¿Qué quiere decir con grrrrrrrrr?
R. ¿No sabe qué significa grrrrrrrrr? Usted sabe lo que significa…
P. Entonces, ¿no debemos pensar que abre una expectativa incluso para nosotros?
R. No sé, señor, no sé. Como le digo, sólo sé tres o cuatro cosas.
P. En una entrevista leí que usted apoyaba a Obama…
R. ¡Estaba de broma! He apoyado a Romney…
P. ¿Por qué piensa que perdió?
R. ¿Qué? ¡Porque la gente está llena de mierda y está atraída por Obama porque es un cantamañas! Ustedes deberían tener más fe en Romney, él es mejor para América, mejor para el mundo libre… Pero dejemos eso, hablemos de mí y de mis libros…
P. Usted es un escritor célebre, también fuera de su país. ¿Cómo se lleva con la fama?
R. Me gusta la fama, no es que sea una estrella de cine, pero esa joven que pasa por aquí es hermosa, qué hay, cómo estás… Ya sabes, empiezas a pensar: ¿se acostará conmigo? Pienso así porque soy un escritor famoso. Y piensas, bueno, le llevo treinta años, pero soy famoso. ¡Eso es combustible, tío!
P. Eso es lo externo. ¿Y su alma? ¿Cómo es su alma?
R. Soy cristiano. Creo en la divinidad de Jesucristo. Creo en el Reino del Cielo y la Tierra, y en que existe un continuum entre el cielo y la tierra. Sé que nuestro tiempo en la tierra parece largo, pero es bastante breve. Siento las emociones con mucha intensidad.
Tengo muy pocos amigos. Me gustan las mujeres con avaricia. Me gusta pensar que si me otorgo a mí mismo la suficiente soledad, el mundo vendrá a mí. Cultivo el anhelo. Todos mis mundos nacen del anhelo, el anhelo romántico de Beethoven. Es el desear a determinadas mujeres, a un conjunto de mujeres, y el no poder tenerlas. Después de todos estos años, comprendo que el amor lo que hace es tropezar mucho más que terminar. Todo esto vive dentro de mí y me permite crear mundos, lo que constituye el amor que le devuelvo a la gente. Es mi legado humano antes de pasar a otro mundo, y es un legado significativo. Tengo 64 años, y estoy muy sano, y mi intención es escribir muchos más libros.
P. Escribió un libro en el que parece aventar la historia terrible de su madre. ¿Se sintió aliviado?
R. Lo escribí, y luego escribí otro, sobre las mujeres y yo. No. No hay exorcismo. Está dentro de mí, no sale nunca. Mira, la literatura nace así. Mi amigo Jaime de Campo, el editor de Vintage Books, me enseñó una hermosa foto que aparece en un libro. Es un libro de su compatriota Carlos Ruiz Zafón. Es de Barcelona, está tomada en algún momento de años treinta . Hay coches en segundo plano. Es una bonita calle de Barcelona. Es invierno. Está lloviendo, y en primer plano, en una acera estrecha, hay una mujer, no puedes verla. ¿Quién era? Eso es todo. Ahí estoy capturando lo desconocido femenino. Es sexo. Es romanticismo. Es Beethoven.
P. Es literatura, el punto de partida.
R. Yeah, man.
P. Ha venido a hablar de coches y literatura [invitado por la Fundación Barreiros y por Mapfre]… ¿Cuál es su relación con los coches?
R. Amo los coches, tengo uno muy veloz, necesita mucha gasolina… ¿Vendrá a escuchar lo que diga? ¡Gracias por el café!
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