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El Picasso más íntimo y español

La casa del artista en Málaga expone el legado del fondo fotográfico realizado por Juan Gyenes

Pablo Picasso (Málaga,1881 - Mougins, 1973) ha sido retratado hasta la saciedad. No solo por ser el artista más determinante del siglo XX. David Douglas Duncan, Man Ray, Lee Miller, Irving Penn, Cartier-Bresson, Robert Doisneau, Cecil Beaton o Robert Capa son solo unos cuantos nombres de los muchos que fueron seducidos por la fuerza y el atractivo del español. Su intimidatoria mirada oscura, sus escasas y cálidas sonrisas o la determinación de sus movimientos, hacían de él un personaje de irresistible atractivo para las cámaras. Además, a él le gustaba posar y jugar delante del objetivo. Disfrazado o semidesnudo, el resultado siempre era impactante.

Incuestionado y famoso desde muy pronto, las exposiciones dedicada a su obra se suceden una temporada tras otra en los museos más importantes del mundo. Lo mismo ocurre con las muestras dedicadas a fotografías del artista. Trabajando en su estudio, contemplando un espectáculo o cenando con sus amigos, su imagen no se agota. La última iniciativa llega en forma de exposición y de libro en la casa-museo en las que transcurrió la infancia del artista en Málaga. Es el legado del fondo fotográfico, 291 negativos y 18 diapositivas, realizado por Juan Gyenes durante diferentes encuentros con el pintor. Son imágenes en las que se desvela un Picasso íntimo, familiar en sucesivos encuentros con personajes españoles de la cultura y del espectáculo como el bailarín Antonio, el torero Luis Miguel Dominguín o Lucía Bosé .

La exposición está estructura en torno a los diferentes encuentros que Picasso tuvo con Gyenes . El primero ocurrió en La Galloise en Vallauris en 1954. La última fotografía está fechada en 1990 y fue tomada en el lugar en el que fue enterrado el artista, en Vauvenargues, en la Provenza francesa. En las sucesivas sesiones, se ve al Picasso más íntimo en su entorno familiar. En una de las imágenes, Picasso posa junto a su hijo Pablo, quien sacaba varios palmos a su famoso padre. “Mira como ha crecido mi Arlequín”, dice la cartela de la fotografía. En diferentes fiestas en el campo o en los toros se le ve con Francisco Rabal, a Luis Miguel Dominguín o Antonio El Bailarín, a quien aplaude y abraza en diferentes instantáneas, visiblemente fascinado con el baile del artista.

Su ochenta cumpleaños fue una gran fiesta con notable presencia española. Se celebró con corrida de todos de lujo. Domingo Ortega y Luis Miguel Dominguín aparecen dedicándole sus faenas y él, con la camisa desabrochada y sonrisa de agradecimiento, responde al gesto amistoso de los toreros. Pero todavía quedaba por retratar el momentazo de la fiesta: las malagueñas que Picasso se marcó con Lucía Bosé acompañados a las palmas por Nati Mistral.

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