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'UNA BOTELLA EN EL MAR DE GAZA'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La ecuación irresoluble

Este filme que habla del conflicto palestino-israelí renunciando a lo melodramático es una película perfecta para proyectar en institutos

En un momento clave de Los condenados, de Isaki Lacuesta, un plano sostenido sobre el rostro de Bárbara Lennie permitía a la actriz desgranar un pertinente e incendiado discurso sobre las herencias ideológicas: un mensaje que cuestionaba la licitud, en suma, de tener que cargar con el peso de las batallas de los padres. Una botella en el mar de Gaza, película de Thierry Biniti que adapta la novela homónima, de fondo autobiográfico, de Valèrie Zenatti, es un trabajo radicalmente distinto a Los condenados, pero en él también emerge ese impulso de ruptura generacional como único camino para seguir adelante ante lo que se antoja una ecuación irresoluble. En este caso, la ecuación irresoluble por excelencia en el mapa geopolítico global: el conflicto palestino-israelí. Biniti y Zenatti, que firman juntos el guión, proponen también otra aproximación, que, a primera vista, se puede antojar bastante más peligrosa: la mirada sentimental; es decir, unas dosis de factor Romeo y Julieta, debidamente matizado para reducir al absurdo la patológica perpetuación del conflicto —o, por lo menos, para enfrentarla a la relatividad de esos afectos que no saben de patria, raza, ni religión—.

Hablar de tema tan espinoso bajo el prisma, ingenuo y bienintencionado, del amor adolescente puede sonar a disuasoria cursilería, incapaz de descifrar la letra pequeña del polvorín, pero la película anula los primeros temores: no, esto no es un Crepúsculo palestino-israelí. Biniti renuncia a golpes de efecto melodramáticos y logra crear una ilusión de verdad, a la hora de contar esta relación epistolar entre una joven judía, empeñada en establecer lazos de comunicación —y comprensión— con el Otro, y su interlocutor palestino, atrapado en el claustrofóbico tejido de una resistencia que deriva en odio cristalizado. El resultado es una película perfecta para proyectar en institutos.

Una botella en el mar de Gaza

Dirección: Thierry Biniti.

Intérpretes: Agahte Bonitzer, Mahmud Shalaby, Hiam Abbass.

Género: drama. Israel-Canadá, 2011.

Duración: 100 minutos.

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