Pop contra los euroescépticos
El festival Santa Teresa South Pop de Isla Cristina reivindica el europeísmo musical en tiempos de crisis
Van un francés, un sueco, un danés, un irlandés, un austriaco y un español y se ponen a hacer música… Y no, esto no es un chiste: es el quinto Santa Teresa South Pop de Isla Cristina (Huelva), un festival que este fin de semana ha servido de paréntesis al esplín de la Eurozona juntando a una docena de artistas que tienen más fe en el Viejo Continente que los señores grises de la troika y el Eurogrupo. “Nosotros lo hacemos mucho mejor que los políticos. Lo nuestro es europeísmo musical”, cuenta Valdomero Gordillo, de la promotora y sello musical Green Ufos, cerebro del festival.
El irlandés Níal Conlan, bajista de la banda Delorentos y típico discípulo de las becas Erasmus, va más allá: “Lo que está pasando aquí estos días en Isla Cristina es igual que si una banda de Nueva York y otra de California tocasen en Chicago. ¿Qué diferencia hay?”. Algo más mayor, el danés Jeppe Kjellberg, del grupo WhoMadeWho (la sensación del festival) se suma a la tesis: “Existe un sentimiento europeo al margen de los políticos. Yo lo noto. Somos como una gran familia muy diversa”. Muy diversa y muy tocada por la crisis. “Sí, sabemos que España está fastidiada”, dice Kjellberg. “Si quieres gente jodida por la crisis, pregunta a un irlandés”, añade Conlan.
De entre todas las citas musicales del verano, el Santa Teresa South Pop tiene a gala el cultivar una especie de Estado del bienestar festivalero. Aquí el público convive durante dos días con los artistas en un limbo de cuatro estrellas y playa. Un parque municipal con praderas de césped, arboledas y un anfiteatro permanente acoge las actuaciones. Hay guardería para los retoños del pop y largas horas de baño solar junto a la piscina.
Mantener con salud esta clase media del pop es un factor de cohesión cultural y un reto. “El marketing anglosajón arrasa con todo, pero nosotros sabemos que las bandas de aquí suenan igual de bien que cualquier otra y hay que darlas a conocer, esto va más allá de la oportunidad de negocio, que la hay, claro”, cuenta Valdomero Gordillo.
Al negocio no ayudan ni el contexto de desánimo ni medidas controvertidas, como el aumento de 13 puntos en el IVA de los conciertos. Santi Cotes, uno de los organizadores, comenta que todo lo que se vendió desde el 1 de septiembre, fecha de entrada en vigor del incremento, ha sido asumido por la promotora. Un millar de abonos en total y una concurrencia de unas 1.300 personas son las cifras de la edición de este año. Más o menos como en 2011. Una buena inyección económica para la localidad pesquera de Isla Cristina (20.000 habitantes).
Las asturianas Nosoträsh, los navarros El Columpio Asesino y los onubenses The Strangers pusieron la cuota española el segundo día, pero la gente se entendió igual de bien con los austriacos Francis International Airport, con los suecos Friska Viljor o con el francés H-Burns. “Esta canción habla sobre criarse en una pequeña ciudad de Suecia y conseguir salir de ella. Seguro que en España es igual”. El menudo Stefan Storm, del dúo The Sound of Arrows, presentaba así el sábado ante un millar de almas su canción Into the clouds tras arriesgarse a traducir el nombre de la banda: “Somos el sonido de las flechas”. Este sueco es un gran admirador del griego Vangelis y está fascinado con Sigüenza... Gustos y debilidades que enumera con naturalidad. Al fin y al cabo de lo que se trata aquí es de compartir esas grandes (y pequeñas) vivencias universales. De eso va la música pop. Y Europa.
Babelia
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