Bloc Party vuelve casi crudo
La banda inglesa liderada por Kele Okereke desmiente rumores de separación y presenta ‘Four’ su nuevo trabajo tras cuatro años de silencio colectivo
Kele Okereke tiene presencia física. Es un muchachote alto y fornido, con exquisitos modales británicos y que tartamudea nerviosamente al contestar. Se sienta cómodamente en un sillón del hotel Dómine de Bilbao dispuesto a explicarse y a defender la salida de Four, su cuarto disco con Bloc Party (el pasado 20 de agosto), la misma banda con la que debutó en 2005 (Silent Alarm) y de la que él mismo alimentó rumores de separación durante estos últimos cuatro años de silencio. Okereke lanza, de entrada, ese lugar común de tantos y tantos músicos durante la promoción de nuevo material: “Es nuestros disco más honesto”. Sin embargo, Pitchfork –esa publicación considerada por algunos como la Biblia, la Tora y el Corán juntos del fenómeno indie- suspende con una puntuación de 4,9 esta nueva entrega cocinada en la ciudad de Nueva York. “Odio el término indie”, asegura Okereke. “Cuando pienso en indie siempre me viene a la cabeza ese montón de bandas de mierda que salen como champiñones en Londres y que están mucho más preocupadas de su corte de pelo o de si sus pantalones son lo suficientemente pitillo, en lugar de hacer música honesta de verdad. Por supuesto hay bandas denominadas indies que me gustan, pero creo que el término hoy no tiene nada que ver con lo que significaba hace 20 años”.
Aclarado el término, volvamos al de honestidad. “En nuestras tres entregas anteriores hay demasiado trabajo de estudio, de edición y posproducción. Así que esta vez nos propusimos hacer algo mucho más crudo, en el sentido de no cocinado, más directo y menos artificial”, explica el músico con la mirada perdida en el edificio del Guggenheim de Frank Gehry. “Es totalmente intencionado. Era un reto para nosotros. Se trataba de hacer algo grande, pero sin contar con las muletas de los overdubs y los efectos de estudio. Algo grande simplemente por su calidad musical sin más”.
Okereke habla de un trabajo ya terminado, cocinado. Pero en 2010, en una entrevista con New Musical Express, el músico dejó caer que Bloc Party podría no volver nunca. Tras el lanzamiento de Intimacy en 2008 y dos años de silencio, la cosa tal vez consistió en una estrategia de marketing, pero el culebrón duró casi un año más, incluido el lanzamiento de The Boxer, el primer trabajo en solitario del guitarrista y cantante. “Probablemente fue una tontería de las mías. Mira, tiendo a decir mentiras premeditadamente en las entrevistas y mentiras de las grandes. Te ves a ti mismo diciendo las mismas cosas una y otra y otra vez y se convierte en un aburrimiento total. También creo que a veces trato de hacer mi vida más interesante de lo que realmente es. Pero no es algo que me preocupe. Generalmente digo la verdad… En ese caso ellos (NME) decidieron hacer de aquello una historia enorme. En parte era una cosa absurda, pero sabía bien lo que iba a pasar después de aquello. Se montó una buena”.
En plena bronca mediática, Okereke decidió dejar Londres para irse a vivir a Manhattan, previo paso por Berlín. En la mudanza tal vez también tuvo algo que ver su salida del armario en una entrevista en el número de febrero de 2010 de la revista Butt en la que reconoció que sus padres, nigerianos ultracatólicos, le habían echado de casa al confesarles su homosexualidad. “Vivo en el West Village desde hace ahora un año. Es un lugar estratégico de la ciudad, prácticamente lo tienes todo al alcance y andando. Es un gran barrio para vivir y está siendo un periodo muy interesante de mi vida. Decidí mudarme allí porque estoy escribiendo un libro. Es una colección de pequeñas historias. Aún tengo que terminarlo. He estado enfrascado en su escritura durante los últimos tres años y necesitaba un lugar sin distracciones, donde centrarme en la escritura para poder llevar a cabo esta aventura. Mi próximo trabajo será un libro”.
Se titulará Midnight in a bycicle (Medianoche en una bicicleta) y asegura que es muy complicado explicar de qué trata: “Básicamente son mis experiencias en Nueva York, trata de la interacción entre la gente que he conocido allí; hay ecos que pillas al vuelo por las calles e historias de personajes reales que me he encontrado… Pero todavía me siento demasiado pegado al proyecto como para poder lanzarme a una definición concreta del libro”.
¿Le tienta convertirse en escritor y dejar el mundo del rock? “Simplemente con el paso del tiempo me he dado cuenta de que necesito otros modos diferentes de expresión. Otra forma de tratar de llegarle al público. De veras, ha pasado mucho tiempo y ahora no me enfrento a la música como lo hacía cuando era más joven. Ahora se ha convertido en Mi Trabajo y cuando escucho música siempre estoy tratando de deconstruirla… No sé, quería buscar otros universos de inspiración y de creatividad. De sentirme yo mismo. Tal vez cuando termine el libro y me encuentre de promoción con él, lo vea de otra manera, pero ahora lo siento como algo muy mío y muy nuevo”, asegura Okereke.
¿Pero habrá Bloc Party para mucho tiempo? “Es una decisión que tomaremos al final de este año. Uno de los problemas fundamentales que hemos tenido ha sido haber trabajado casi sin parar durante prácticamente seis o siete años. Haciendo disco, gira, estudio, composición, disco, gira… Es una espiral peligrosa. Si hay próximo disco será porque queramos hacerlo, ya no tendremos la presión de la obligación de un contrato. Y es bueno tener el horizonte así de claro para tomar las decisiones de una forma lo más sincera posible. Si continuamos inspirados seguiremos”.
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