¿Qué fue antes: Sidonie o Vetusta Morla?
El trono de la tercera jornada del Sonorama queda desierto El grupo pamplonés El Columpio Asesino se alza con la medalla de plata
Antes de finiquitar el interrogante del titular con un rápido vistazo a Wikipedia –si es que alguno alberga duda-, habría que plantearse el poder democratizador del cartel del Sonorama, que no es solo cuestión de tamaño de letra. Los chicos de Vetusta Morla y los veteranos de Sidonie se enfrentaron anoche, sin ellos saberlo, a una batalla de cifras y emociones, sin percatarse que en el escenario pequeño El Columpio Asesino, como buen alumno delincuente, les miró de frente, sin achantarse, emulando una de esas competiciones infantiles de aguantar la risa.
Vetusta Morla desgranó su último trabajo Mapas, intercalado con sus canciones himno de Un día en el mundo. Contaban con la fuerza todopoderosa del cantante Pucho, una culebrilla incansable que entrega cuerpo y voz en cada tema, hasta tal punto que en un momento de la noche tropezó y quedó K.O. durante unos segundos en el suelo.
El grupo madrileño fue el primero del trío en duelo en subirse al escenario. El espectáculo es el mismo que se repitió durante cinco noches en La Riviera de Madrid y en tantas otras plazas que han visitado desde que publicaran nuevo trabajo a finales del año pasado. Un directo enérgico, en completa comunión con el público que parece saber qué hacer y cómo en cada momento, y que incluso cuando les falla el guion previsto –como en el momento en que Pucho decidió interpretar a capella Piensa en mí- reacciona en medio segundo porque no está dispuesto a perderse ni un minuto del show.
Para cuando la traca de percusión de los vetustos llegó a su fin, El Columpio Asesino comenzó con su sesión de guitarras electrónicas, que en ocasiones marcan un ritmo hipnótico acunado por la áspera y contundente voz de Álvaro Arizaleta y Cristina Martínez. Venían de triunfar en la última edición de los premios de la música independiente (UFI) y como ya advirtieron en una de las ocasiones que recogieron premio: “si lo hubiéramos sabido, hubiéramos empezado con los estribillos antes”. Toro, Perlas y Dime que nunca lo has pensado fueron la constatación de que el segundo escenario del festival se les ha quedado pequeño, ya sea por gracia de los estribillos, los galardones o las modas cíclicas.
Sidonie reclamó rápido su sitio para que a nadie se le olvidara que antes de que la vieja Morla echara a caminar o los UFI se convirtieran en termómetro del paciente pop, ellos ya estaban ahí. Salieron muy elegantes –chaquetas y camisas-, brindaron como caballeros con el público y presentaron a su nuevo compañero El Fluido García: un astronauta con chilaba que vigiló desde una gran lona todo el concierto. Eso sí, tras la introducción, hubo aclaración. Sonorama tenía nuevo amigo, pero los antiguos también iban a tener su lugar.
En un viaje lisérgico, con tintes de psicodelia que se colaban entre las plantas que decoraban el escenario, Marc Ros, Axel Pi, Jesús Senra –animador de este periplo interestelar- y su nuevo compañero de gira David T. Ginzo, exguitarra de Anni B Sweet, echaron mano de experiencia y sacaron también a pasear por la explanada del festival Fascinado, Costa Azul, El incendio, incluso al pueril Giraluna. Y como a perro viejo anoche no les ganaba nadie, cuando el cóctel parecía a punto, decidieron recuperar una de las versiones con las que abarrotaron la Plaza del Trigo un día antes, Kids de MGMT, convertida en un juego de indios y vaqueros.
Que no se enfaden los seguidores de The Dandy Warhols. Tuvieron su hueco entre tanto artista patrio. Acababan de llegar y ya se habían comido “tres tipos de animales” y bebido “cuatro botellas gran reserva”, explicaba el cantante de la mítica banda de Portland, Courtney Taylor-Taylor. Salieron con la señal de la calavera para interpretar un nuevo álbum con el que han vuelto a escuchar a The Velvet Underground. Empezaron la tarde con nocturnidad y psicodelia, todos bien juntitos al filo del escenario. “Nosotros siempre triunfamos, tenemos un sonido que no se parece a nada”, contaba minutos antes Taylor. Aunque lo cierto es que fue con Bohemian like you cuando aquello de verdad explotó. La canción que una compañía de móviles decidió usar en un anuncio y por la que muchos justifican la carrera de The Dandy Warhols, es decir, un one hit wonder.
Si la consistencia del pop español será cíclica o terminará durando lo mismo que un me gusta en Facebook o un retuit es cuestión de tiempo, crisis o más concretamente, del poder del IVA a partir de septiembre. ¿Qué será del fenómeno fan con tanto recorte?
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