“Para los jóvenes primero es encontrar trabajo y luego el romanticismo”
Fue una de las mayores estrellas de principios de los ochenta Ofrece su único concierto en España en el Starlite Festival
En su momento fue un ídolo de masas. Poseer su primer disco, ese con una carátula en con fondo verde turquesa y un flamenco rosa de perfil con una pata recogida, llegó a considerarse como cierto epítome del buen gusto en cuestiones musicales. Aquel álbum se titula Christopher Cross (1979), —el nombre del propio artista— y de alguna forma marcó el hedonismo del principio de la década de los 80. Ese disco contenía éxitos tan rotundos como Say you’ll be mine, Sailing, Ride like the wind, Never be the same yI Really Don't Know Anymore y fue un acontecimiento de disco que lo situó, de lejos, como el mejor nuevo artista del principio de la década. Tanto que consiguió una repercusión récord al ser agraciado con 5 premios grammy, cuatro de ellos en las categorías más importantes: mejor grabación, mejor nuevo artista, mejor álbum y mejor canción.
Cuando todo aquello ocurrió, Cross tenía 29 años y era un joven con toda su carrera por delante. Un joven artista que apostó por el romance, por las baladas sofisticadas con una voz aguda y aterciopelada absolutamente reconocible. Ahora, aquel muchacho tiene ya 61 años y regresa a España para participar en el Starlite Festival de Marbella donde actuará el próximo 27 de julio. ¿Qué ha pasado, además de los años, durante todo este tiempo para que lo que era moda haya pasado a considerarse clásico? “Los jóvenes están viviendo en este momento una época totalmente distinta a la que viví yo cuando era joven. El futuro de las nuevas generaciones es algo más que incierto. No saben si van a poder encontrar trabajo, si van a conseguir una casa en la que vivir, independizarse… Y eso crea una ansiedad y un nerviosismo que no deja espacio para el romanticismo. Creo que ellos están intentando expresar otras ideas y sentimientos. Probablemente hoy un joven te dirá: ‘Mira, cuando encuentre el dinero, entonces, podré plantearme buscar el romance’, asegura el músico desde Austin (Texas), su ciudad natal, al otro lado del teléfono.
Cross vivió, además, el final de una época dorada, aquella en la que pudo compartir un Oscar a la mejor canción con compositores como Burt Bacharach, Carole Bayer Sager y el magnífico Peter Allen, un músico casi olvidado que salió del armario tras su divorcio de Liza Minnelli. La propia Liza protagonizó Arthur junto al genial Dudley Moore, y la canción ganadora se tituló Arthur's Theme (Best That You Can Do) o como la bautizaron los americanos: La canción que te atrapa entre la luna y New York City. “Para mí es una maravilla haber sido influenciado por un grupo de cantautores como Michael McDonald, Joni Mitchell, Jackson Browne, James Taylor o Linda Ronstatd. Pero todo tiende a ser cíclico, la historia, la moda y por supuesto la música. Puede que llegue un momento en el que cese este interés por la electrónica y el dance, o el nuevo punk y es bueno tener nuevas canciones que estén ahí por si alguien necesita ir a encontrarlas y convertirnos en un soplo de aire fresco de alguna manera. Eso puede pasar”.
Después de ofrecer su único concierto en España, Cross cumplirá con casi una tradición en su vida: visitar Hiroshima en agosto. “Tocaré allí en el memorial de la paz por las víctimas de la bomba. Para mí es una oportunidad muy conmovedora. Crecí en Japón hasta que tuve cinco años. Mi padre era médico en la armada y vivimos en Tokio. Suelo volver una vez al año. Tocaré con la sinfónica de Hiroshima y con músicos que tenían familiares que murieron víctimas de las bombas”, explica el músico.
Cross afrenta este concierto en España con su último disco debajo del brazo titulado Doctor faith de 2011. No editaba un nuevo disco de estudio desde 1998, ¿Qué fue lo que pasó? “Comencé un proceso de divorcio en 2007 y eso siempre supone un gran choque emocional. Tuve que mudarme, compartir el tiempo con los niños y todas esas cosas. Fue una excusa para tomarme un descanso compositivo, pero realmente no he tenido casi tiempo de echar de menos el negocio de la música. Cuando no estoy grabando, siempre estoy de gira. Pero es increíble, tras mi divorcio estoy más creativo que nunca. He escrito muchísimo durante el proceso de separación y ahora mismo tengo 15 o 16 canciones y estoy grabando un disco nuevo”.
En este nuevo disco hay una canción que se titula I’m too old for this. ¿Está usted demasiado viejo ya para el negocio de la música? “Mucha gente cree que trata de eso, pero no. Trata de las trampas de nuestros políticos, sobre todo visto desde el punto de vista de un Estadounidense. Tenemos al presidente Obama, pero muchos estamos muy descontentos con las maniobras de nuestro Congreso. Y ¿qué se puede esperar de una sociedad que está más pendiente de lo que hagan las hermanas Kardashians en su reallity show que de cualquier otra cosa? Hemos construido un país en crisis en el que el gran espejo de los jóvenes son estas personas que se hacen famosas por haber hecho nada. Y mientras, se permiten leyes como las de la inmigración en Arizona que criminaliza a los inmigrantes sin documentos y considera sospechosos de crímenes a todos los que por su aspecto puedan parecer inmigrantes. De eso trata esa canción. Estoy muy viejo para toda esa porquería”.
Babelia
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