_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Metro a metro

David Trueba

Según la retórica política, el caso Dívar iba a reforzar al Poder Judicial. Eso predijo el ministro del ramo. Y así ha sido. Vayan ustedes al mercado y se encontrarán a gente preocupada por la economía o aterrada porque la selección juega sin delantero centro, pero todo ellos presumirán de la fortaleza de nuestro sistema judicial. Vamos, hay euforia. La subvención a las autopistas de peaje al borde la quiebra, que ningún español en su sano juicio pidió que se construyeran, también reforzará nuestra red vial. Que es otra cosa de la que podemos presumir hasta en las bodas de los amigos. ¿Y tú por qué peaje has venido? Alcanzada la cumbre del neoliberalismo descubrimos, para nuestro pasmo, que el Estado no solo no tiene que desaparecer, sino que además está obligado a pagar las facturas de las empresas con problemas, mientras renuncia a sus servicios sociales. Es el cuento de Caperucita, pero con la inocente niña con colmillos afilados.

Y luego está el Metro. Algo debimos sospechar cuando el tratamiento mediático a la acción de protesta subversiva consistente en pulsar los frenos en varias estaciones simultáneas e interrumpir el servicio durante cinco minutos fue similar al de un ataque nuclear. Incluida la detención tardía de los sospechosos, para la que se procedió, como en las grandes ocasiones, a avisar a fotógrafos de prensa y cámaras de noticiarios que inmortalizaran la redada en todo su dramatismo. Alguno de los detenidos incluso participa en formaciones musicales de ritmo sincopado bajo nombres malsonantes, algo que junto a dejarse crecer rastas te emparenta de facto con la familia Manson.

Los espectadores, algo perplejos, asumieron que todo valía por preservar la joya de la corona. El metro de Madrid, del que no hay vecino que no se sienta orgulloso, tuvo en su día hasta canal de televisión y se rumoreó que en un futuro no muy lejano conectaría directo con Sotogrande, en Cádiz. Tal era nuestra euforia subterránea. Pero en la hora del ahorro, la reducción de horario se suma a la subida trimestral del precio. Cerrará a medianoche, en una medida exquisita que vuelve a golpear a la clase trabajadora, que es quien se está llevando todos los palos en este relato.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_