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OBITUARIO

Richard Adler, premiado compositor de Broadway

Sus obras son un emblema musical de los años cincuenta en EE UU

Carolina García
Richard Adler con su mujer, la actriz Sally Ann Howes, en 1961.
Richard Adler con su mujer, la actriz Sally Ann Howes, en 1961.AP

El Happy Birthday, mister president que le cantó Marylin Monroe a John F. Kennedy en la celebración de su cumpleaños en el Madison Square Garden en 1962 fue el momento que lanzó definitivamente a Richard Adler, productor y encargado del espectáculo, a la fama mundial. Este compositor, autor además de las bandas sonoras de grandes musicales como The Pajama Game y Damn Yankees, obras ganadoras de varios premios Tony, representadas en más de 1.000 ocasiones y cuyas canciones se convirtieron en grandes iconos de principios de la década de los cincuenta, falleció el 21 de junio a los 90 años.

Nacido en Manhattan en 1921, su padre fue un prestigioso maestro y concertista de piano. Aunque de niño desdeñó la tradición familiar —cada vez que un alumno llegaba a su casa, él abría la puerta bate en mano y le llamada marica—, su progenitor se dio cuenta enseguida de sus cualidades. Adler era un gran aficionado a escribir poemas, por lo que su padre convenció a un amigo, un estudiante de Aaron Copland —autor especializado en música clásica y en bandas sonoras de películas—, para poner música a una de las creaciones de su hijo. El resultado de la cooperación encauzó a Adler hacia la carrera musical. Años más tarde se graduó en la universidad de Carolina del Norte y combatió en el Pacífico durante la II Guerra Mundial.

En 1950 conoció al que sería su compañero de andanzas por los teatros de Broadway, el célebre y malogrado compositor Jerry Ross. Ambos formaron un sólido tándem artístico y una de sus creaciones, Rags to riches, alcanzó el número uno en las listas de éxitos de Estados Unidos. Cinco años después, ambos consiguieron espectaculares triunfos con canciones como las de sus musicales The Pajama Game y Damn Yankees. Estas obras fueron adaptadas al cine en los años 1957 y 1958 y ganaron dos premios Tony cada una, en las categorías de mejor musical y mejor composición y letra; reconocimientos que convirtieron a ambos artistas en el equipo musical más cotizado de la época. En 2001, algunas de las melodías de estas obras fueron recuperadas para el musical Fosse.

Su fama fue efímera. A los pocos meses de llegar a la cumbre, Ross (29 años) murió a causa de una patología pulmonar. Un acontecimiento fue devastador para Adler. “Estaba destrozado”, aseguró en el programa de la emisora de radio NPR, Fresh Air, en 2006. “Todavía me duele la desaparición de mi amigo”, añadió. Tras este triste episodio, Adler elaboró muy pocos temas más para Broadway, dedicándose sobre todo a la composición de sinfonías y de jingles publicitarios (uno de los más famosos fue el que elaboró para la marca Hertz). En ese momento también surgió su inquietud por la producción. Uno de sus mayores logros internacionales en este campo fue la celebración del cumpleaños del presidente Kennedy en 1962, inmortalizado en la memoria colectiva gracias a la sensual interpretación del Happy birthday que Marylin Monroe dedicara al presidente estadounidense.

En solitario, compuso la música y escribió la letra de gran parte de las canciones del musical sobre África Kwamina. Esta obra fue representada unas 32 veces en 1961 y también fue nominada a un premio Tony. Su último musical original representado en los escenarios de Broadway, basado en la obra de Shakespeare Noche de Reyes, data de 1976.

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Sobre la firma

Carolina García
La coordinadora y redactora de Mamas & Papas está especializada en temas de crianza, salud y psicología, y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es autora de 'Más amor y menos química' (Aguilar) y 'Sesenta y tantos' (Ediciones CEAC). Es licenciada en Psicología, Máster en Psicooncología y Máster en Periodismo de EL PAÍS.

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