Fuego cruzado de ideas y baile
Un centenar de coreógrafos y artistas toman durante diez días La Casa Encendida de Madrid Celebran una década del festival multidisciplinar In-Presentable, que se despide este año
Fue hace casi una década, en 2003, cuando un grupo de coreógrafos capitaneados por Juan Domínguez mostraron en La Casa Encendida de Madrid cómo la danza contemporánea se acercaba cada vez más despojada de prejuicios y fronteras a otros campos de la creación y la experimentación artística. Aquel primer contacto fue el embrión de In-Presentable, el festival que desde entonces cada mes de junio acoge el trabajo y las obras de coreógrafos preocupados por algo más que el cuerpo y que hoy arranca su traca final con un programa teñido de rosa (color oficial) y caos (color obligado).
Domínguez, comisario desde entonces, decidió hace un par de años que el ciclo debía cerrarse a los diez años. Es decir, ahora. Para ello, La Casa Encendida tira literalmente la casa por la ventana para ceder todo su espacio (salas de exposiciones, aulas, auditorio…) a este fin de fiesta que convocará durante dos semanas a 100 artistas-coreógrafos llegados de todo el mundo. “Somos más un encuentro que un festival”, explica Domínguez sobre un programa que incluye películas, performances, conferencias, instalaciones de vídeo, presentaciones de libros… todos, eso sí, alrededor de las artes escénicas y de su capacidad para interpretar el mundo.
Durante dos semanas, los artistas trabajarán codo con codo para luego confrontar sus ideas con el público. Por las mañanas: talleres y tormentas de ideas. Por la tarde: los resultados abiertos al público. Todo gratis. Y todo, en una puesta apunto final, quedará resumido no solo en la película que rodará una de las participantes sino en la convocatoria final en el patio de la Casa en el que bajo el título de Blackmarket se dispondrán 40 mesas para 40 artistas dispuestos compartir su conocimiento con el espectador que lo solicite. Mercado libre de ideas para un mundo sediento de movimiento y esperanza.
Para todo esto quizá podría servir de pista el texto que en 2010 marcaba la convocatoria de este festival “sin etiquetas”: “Durante doce días veinte propuestas nos ubicarán y desubicarán, dejándonos viajar, encontrar, percibir, salir, preguntar, ficcionar, ser espontáneos, analizar, recordar, experimentar, mirar, opinar, curiosear, documentar, perder el tiempo, desagradar, verificar, intimar, quedarnos mudos, desistematizar, pasar, profundizar, perderse, jugar o pensar en otra cosa”.
“La Casa Encendida nos ha permitido estos años crear un contexto de investigación y creación. Ahora solo queda pendiente para nosotros transforma todo esto en una tipo de actividad nueva, en un laboratorio de investigación puro y duro, lo que ya no tiene sentido es seguir con este formato, por eso hace dos años decidimos cerrar etapa. Desgraciadamente, ha coincidido con el caos que ahora mismo vivimos”, señala Domínguez.
Paradójicamente, ese “caos” hace crecer el interés de esta edición final de In-Presentable. La mayoría de los artistas extranjeros que llegarán a Madrid tienen claro que quieren hablar del presente de España. “Este año, al contrario que otros, los artistas presentarán lo que quieran. Todo el mundo está muy preocupado por lo que ocurre aquí ahora, muchos artistas quieren trasladar su práctica a lo local, así que los talleres de la mañana estarán muy enfocados hacia nuestro presente”. Domínguez tiene claro el papel del artista que le interesa: “No vamos a solucionar el mundo pero vamos a formar parte de la construcción de la realidad”
Babelia
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