“El sistema ha fallado. Lo que ha pasado es un gran robo”
El 'boss' responde a preguntas sobre política y la situación de EE UU antes de su concierto en Sevilla
Aún siendo un simple ensayo, los acordes de su Fender Squire sonaban ayer rabiosos, como si anticipasen la carga emocional de las respuestas que, en su doble condición de icono global del rock y de ciudadano norteamericano, iba a conceder al medio centenar de periodistas congregados en el Estadio Olímpico La Cartuja de Sevilla por el comienzo de su gira europea. El grito al aire de We take care of our own hería mucho más que en su versión en el disco. Y Death to my hometown era un puñetazo en el estómago. Se notaba: Bruce Springsteen está indignado.
“Se ha visto que el sistema ha fallado”, dijo ayer Springsteen, sentado sobre el escenario, sin quitarse sus gafas de sol, mientras atendía a las preguntas de los periodistas. “Desde 2009, la gente ha visto que su vida se ha derrumbado y no es algo que haya sucedido de repente. Es algo que se estaba gestando en el interior de Estados Unidos”, añadió. A mediados de año, Springsteen publicó Wrecking Ball, un álbum donde, a través de un entusiasta folk coral y tímidas experimentaciones con el soul y el rap, el músico de Nueva Jersey se postuló para ser el cronista sentimental de la América anónima en tiempos de crisis, aquella que, como canta en Death to my hometown, ha sido víctima de “los buitres avariciosos de Wall Street”. Hoy, lo presenta en Sevilla, para luego pasar, entre mayo y junio, en España, por las Palmas de Gran Canaria, Barcelona, San Sebastián y Madrid.
La expectación por verle en nuestro país siempre rompe todos los termómetros, siendo una de esas privilegiadas estrellas musicales capaces de colgar el cartel de no hay billetes en estadios, aunque en esta ocasión ha sorprendido que varias miles de entradas no se han vendido aún, según fuentes de Doctor Music que creen, pese a todo, que es pronto para hacer cifras. Las entradas más baratas cuestan 65 euros y, según la ubicación, se acercan a los 100 euros. Con todo, Springsteen quiere defender su discurso.
“Hay una necesidad imperante en Estados Unidos de una conversación nacional”, aseguró con gesto serio. “Cada vez hay posiciones más extremas, y esto se ve claramente con la irrupción del Tea Party, que utiliza una estrategia muy efectiva, llevando el discurso nacional más a la derecha”, sentenció. Conocedor como nadie de la mística del rock, Springsteen ha abordado siempre los sentimientos en sus canciones desde el sentido de la responsabilidad. Ahora, siente que su país necesita una regeneración mucho más profunda que las simples palabras de los políticos. “La gente de Ocuppy Wall Street tiene que entrar en el debate nacional”, afirmó refiriéndose a los movimientos de protesta ciudadana que se han originado en varias ciudades estadounidenses como consecuencia de la crisis. “Pero no solo eso. Hay que regular más la economía, la sociedad se rige por un conjunto de normas y por el concepto de solidaridad entre todos. No vale un discurso liberal como se ha demostrado. Lo que ha habido es un gran robo y la gente está enfadada”, añadió
Durante muchos años, no han sido pocos los que han acusado a Springsteen de ser ambiguo en temas de política, más cuando el presidente republicano Ronald Reagan quiso a mediados de los ochenta apropiarse su canción Born in the U.S.A. para su discurso patriótico, cosa que molestó muchísimo al cantante, que tuvo que recordar que su composición, número uno en Estados Unidos, hablaba de cómo su país abandonaba a su suerte a los veteranos de la guerra de Vietman. Springsteen siempre ha apelado a que sus canciones hablen por sí solas, pero en 2004 dio un paso histórico en su carrera al pedir el voto por el demócrata John Kerry y liderar una campaña de músicos contra George W. Bush. Mucho más célebre fue, sin embargo, su apoyo al actual presidente, Barack Obama, por entonces un candidato a la Casa Blanca. Pero el idilio ya pasó. “Obama es una figura importante, respeto su modo de conducir el país pero hay tres o cuatro cosas que no me han gustado”, dijo el cantante, quien dio la bienvenida a la victoria del socialista Hollande en las recientes elecciones francesas. “Pero lo importante que quiero transmitir es que la historia se repite. No tengo, sinceramente, las respuestas a esta crisis económica. Pero intento formularme preguntas que sean compartidas, universales, como hice en los setenta”.
Babelia
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