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“Intentamos demoler la mierda de ‘Dragones y Mazmorras”

Phil Anselmo rememora 'Vulgar display of power', el elepé más importante de Pantera. El álbum, que cumple 20 años, redibujó el 'heavy metal' mundial

Anselmo (segundo por la izquierda) con los miembros de Pantera en 1992
Anselmo (segundo por la izquierda) con los miembros de Pantera en 1992J. Giron

Tenía el cuello más ancho que la cabeza. Rapado y lleno de tatuajes, en 1992 el aspecto del cantante de Pantera, Phil Anselmo (Nueva Orleans, 1968), era cualquier cosa menos tranquilizador. En febrero de aquel 1992 la caricatura de sí mismo en que se había convertido el heavy metal en EE UU (las melenas cardadas, las mallas flúor, la voz en falsete) terminó por venirse abajo: llegaba a las tiendas Vulgar Display of Power, una colección de sonidos extremos que redibujó el metal: doble platino en Estados Unidos, permaneció 77 semanas en el top 200 del Billboard y, para algunos, supuso la creación de un pujante subgénero: el groove metal. Ese puñetazo celebró en febrero su 20º aniversario y el próximo día 15 volverá en una edición de lujo que Warner lanza a través de su sello Rhino. Por eso el temible y legendario Anselmo se pone al teléfono.

Con una voz de ultratumba, de articulación muy lenta, da una noticia. Tiene un disco en solitario listo al 99%. Se titulará Philip H. Anselmo y versa “sobre la condición humana”. “Debería llamarse canciones escritas en el dormitorio. Hay mucho de las luchas que he tenido que afrontar en los últimos 15 años: tanta operación, tanta cirugía y tantos contratiempos físicos causados por destrozarme sobre el escenario. Sobre eso trata el disco, pero que cada cual adopte las canciones como quiera y se las aplique a sí mismo, seguro que en algo se identifica y el que no lo consiga… bueno, ese es su puto problema”. Otra noticia: el otro gran proyecto paralelo de Anselmo, el de la banda Down, está ultimando un epé.

La furia avasalladora que llevó al Anselmo a parir primero Cowboys from hell (1990) y luego el Vulgar display of power sigue intacta: “En 1992, cualquier cosa desde Black Flag o Agnostic Front me interesaba. Lo importante entonces y ahora era para mí dejar hablar a la música, pero en aquella época, en 1988 y 1989, todo el mundo estaba preocupado por la imagen. Yo no quería que me definieran por un puto corte de pelo. Hoy en día mi actitud está todavía más consagrada al hardcore, y al underground, me interesa todo lo que hagan las bandas más jóvenes, siempre que sea extremo".

Hace 20 años Anselmo decidió aplicarse a una sana tarea: “Estaba intentado demoler todo el tinglado del heavy metal: la mierda satánica y de Dragones y Mazmorras… No soy un intelectual y el Vulgar no era un disco intelectual, pero quería que las letras fueran verdad; una verdad cotidiana, algo que realmente pudiera apelar a la condición humana, a las vidas de la gente”.

No solo su mensaje, también su sonido marcó un hito. “Era el segundo álbum que [el productor] Terry Date grabó con nosotros [el primero fue Cowboys from hell]. A principios de los 90 la producción de heavy metal estaba en un momento decisivo y nosotros gracias a Terry nos pusimos en cabeza".

Una seña de identidad de Pantera era la práctica ausencia de guitarras rítmicas bajo los solos: “Estábamos muy influidos por Van Halen y esa es una banda de un solo guitarrista. Además, así el sonido se iba a parecer a como íbamos a sonar en vivo. Queríamos que la gente oyera algo realista”.

No quiero ofender a nadie, pero no me digas que tu puto dios es el único dios

En cuanto a lo que lograron con Vulgar display of power… El vocalista es tajante: “Estamos otra vez en la puta casilla de salida. De nuevo todo es imagen: todo el mundo es satánico y se viste como en Halloween…”. Anselmo no esconde su orgullo por aquel disco y admite algo que no le gustará a su discográfica, que Piss, la canción inédita que en su día estuvo a punto de formar parte del Vulgar y que acompaña a la redición de aniversario, no da la talla: “Es un corte de rock demasiado simple”.

Tras la irrupción de aquel pedacito de historia del heavy metal vendrían las giras eternas, la fama planetaria, discos como Far beyond driven (1994), The great southern trendkill (1996) y Reiventing the Steel (2000). Pero todo había empezado a torcerse en 1995, cuando Anselmo cae en la adicción a la heroína. Los proyectos paralelos empiezan a aflorar al tiempo que las desavenencias. El mazazo final para Pantera es el asesinato a tiros y sobre el escenario del guitarrista Dimebag Darrell en 2004, mientras tocaba con su banda Damageplan.

Anselmo ha conseguido sobreponerse a todo aquello y volver a la realidad con los ojos abiertos. “Me interesa la política, la economía… y me preocupan estas religiones que se centran en su moralidad, en cómo debería ser el mundo y si no estás de acuerdo te retuercen el brazo. No quiero ofender a nadie, pero no me digas que tu puto dios es el único dios”. “Solo creo que en el esfuerzo individual para superar cualquier problema que tengas delante. Lo que me mueve a levantarme de la cama, a buscar inspiración, es saber que hay un mañana, una oportunidad de poner un pie delante de otro y mejorarme a mí mismo”.

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