David Weiss, lo ordinario convertido en arte
Como integrante del dúo Fischli & Weiss erauno de los más reconocidos creadores contemporáneos
Eran Fischli & Weiss, o sus alter ego Rata y Oso, uno de los más longevos y famosos dúos de artistas contemporáneos. David Weiss, nacido en Zúrich en 1946, lo ha roto al morir el pasado 27 de abril tras padecer un cáncer. Un proceso rápido, detectado el pasado mes de septiembre, y que ha sorprendido por su intempestivo desenlace. En este caso, la mitad de algo posiblemente represente la desaparición del todo. Porque —ahora se puede pensar— un trabajo como el del dúo Fischli & Weiss tiene menos sentido, hace menos gracia, pierde ese equilibrio entre absurda ligereza y doble sentido, si proviene de una sola persona. O quizá eso es lo primero que uno piensa ante este trágico fin del dúo.
David Weiss le sacaba unos seis años a Fischli. Hijo de un maestro religioso, Weiss fue buen dibujante desde niño y un precoz coleccionista de todo tipo de objetos. Un adolescente que soñaba en paisajes lejanos con un atlas en la mano. Recibió educación artística y en los años sesenta se fue a Estados Unidos a vivir a fondo la cultura jipi. En el camino de vuelta pasó por Cuba, Tánger, Túnez y varios lugares de Europa antes de volver a Suiza y abrir una tienda de comida macrobiótica. Se unió a la escena artística underground y punk de Zúrich. Conoció a Fischli y la amistad los hizo cómplices, socios. Hizo de los dos un solo talento.
El viaje es algo muy presente en la obra del dúo, como en su trabajo Aeropuertos (1990), una multitud de imágenes tópicas o singulares, banales, kitsh, deliberadamente aburridas. Porque, digámoslo de una vez, la esencia de Fischli & Weiss era causar el desconcierto en el espectador con sus audaces nimiedades. Sea en sus vídeos en los que aparecían disfrazados con unos desastrados trajes de Oso y Rata, creando situaciones surrealistas o simplemente absurdas (como en el vídeo The Least Resistance, de 1981, o la exposición ¿Son los animales personas? en el Palacio de Cristal del Retiro madrileño en 2009); o en otro tipo de piezas, como la serie Suddendly this Overview, decenas de pequeñas esculturas de yeso que representaban escenas cumbre de la infrahistoria, el vacío entre lo importante y lo ordinario, como la que representa a Mick Jagger y Brian Jones caminando abrazados y contentos después de haber compuesto la reconocida canción Satisfaction.
La pieza que les valió el reconocimiento internacional, después de trabajar juntos desde 1979, fue el filme The way things go (1987). Un rudimentario mecanismo sin sentido, realizado por objetos cotidianos o inservibles puestos en movimiento mediante la mecánica dinámica de Rube Goldberg. Una vela quema un hilo, que hace caer una bolita que corre por un cerco y activa una báscula, etcétera. En 2003 ganaron el León de Oro de la Bienal de Venecia por Questions, cerca de mil diapositivas con preguntas manuscritas, dilemas entre la inocencia y la sabiduría. En 2006 la Tate Modern les dedicó una amplia retrospectiva. Su celebración de lo más normal y cotidiano, sin ser pretenciosos o pretenderse trascendentes, les valió un lugar relevante en el panorama del arte contemporáneo. También el rechazo e irritación entre los escépticos. Humor, inteligencia, sencillez, capacidad de sorprender. Algo de todo eso se ha perdido con el adiós de David Weiss.
Causaban el desconcierto en el espectador con sus audaces nimiedades
Babelia
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