Carine 'la incombustible' Roitfeld

Quedarse sin trabajo con 57 años supone para muchos enterrar definitivamente su carrera profesional. Pero Carine Roitfeld, directora de Vogue Francia desde 2001 hasta 2011 y una de las figuras más poderosas de la industria de la moda, tiene madera de ave fénix. Desde su polémica y misteriosa salida de la influyente cabecera gala vuelca toda su experiencia, fama e influencia en una nueva marca: ella misma.

 A falta de ofertas para coordinar una publicación de prestigio, ha creado la suya propia, CR. Y ayer anunció que lanzará una línea de maquillaje en colaboración con la firma MAC e inspirada en su muy reconocible identidad estética. A saber: ojos ahumados, piel bronceada y labios color carne. Un proyecto que viene a reforzar aún más su condición de prescriptora en cuestiones de estilo y confirma el valor comercial de su propia personalidad.

El espíritu teocéntrico articula también su nuevo proyecto editorial bautizado, como no podría ser de otra forma, con sus iniciales, CR. Se trata de una publicación bianual que celebra la moda tanto a través de talentos consagrados como de nuevas promesas, y cuyo primer número se publicará el próximo septiembre. “Carine es una de las editoras más talentosas de la industria. Merece una plataforma editorial donde expresarse y estoy muy satisfecho de ser yo quien se la facilite”, declaraba a WWD, Stephen Gan. El fundador de Fashion Media, la compañía que publicará el magazine, adelanta uno de los jugosos contenidos que también llegarán a una web: varios retrátos inéditos de Patti Smith vestida con espuma realizados por Bruce Webber.

Está más de moda que nunca. En un año ha publicado dos libros

Este "proyecto personal", según aclara Rotfield en WWD, no busca competir con su antigua casa, Vogue. "He pasado página. Es hora de hacer algo fresco y nuevo para mi y para los lectores", explica.

Y para conseguirlo, promete "encontrar nuevas formas de ser irreverente". Un cualidad elevada a la categoría de sello personal que le ha valido los mayores éxitos y fracasos de su carrera. En 1995 Roitfeld creó, junto al fotógrafo Mario Testino y al diseñador Tom Ford, las sexuales campañas publicitarias que convirtieron a Gucci en la marca de moda y al porno-chic en la tendencia que marcaría el lustro siguiente.

Fue también de la mano de Ford, cuando su gusto por la provocación indignó a gran parte de la opinión pública y desató la polémica. En diciembre de 2010, ambos publicaron un reportaje protagonizado por niñas maquilladas y vestidas como sensuales mujeres adultas. "No me fui por eso [de Vogue]. Siempre dije que estaría allí diez años. Había cubierto una etapa. Lo ideal hubiese sido cerrarla dos meses antes, en el 90º aniversario. Pero el día a día siempre te puede y lo fui posponiendo", declaraba a este periódico el pasado octubre.

Fuera como fuese, Roitfeld no agachó la cabeza ni se quedó en casa esperando a que sonase el teléfono. Nueve meses después de su salida de Vogue presentaba Irreverent, un libro donde mezcla sus trabajos como estilista con fotografías familiares. Un proyecto que gira de nuevo en torno a su universo personal y para el que ha contado con la colaboración de Sofia Coppola, Martin Margiela, Juliette Greco o Cathy Horyn, crítica de The New York Times. La industria de la moda lejos de darle la espalda, abraza con ansiedad la marca Roitfeld.

Y la mejor prueba de ello es la frenética agenda de su último año y medio. La francesa ha sido editora invitada para la cadena de grandes almacenes Barneys; dirigido el número de primavera de la revista VMan; firmado un libro sobre la famosa chaqueta Chanel con Karl Lagerfeld; trabajado como "una suerte de musa" para el diseñador de Givenchy, Ricardo Tisci, y protagonizado un documental de Fabien Constant que se estrenará el año que viene. Así, más famosa que nunca, Roitfeld ha conseguido renacer convertida en su producto de mayor tirada.