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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El Fundi, un torero cabal en Las Ventas

El veterano, que sustituía a Curro Díaz, corneado el día antes, da sentido a la tarde de Las Ventas

El que no estaba en el cartel terminó de triunfador. Las Ventas presentaba, inicialmente, un cartel atípico para el Domingo de Resurrección: Curro Díaz, torero de pinturería y sentimiento como maestro de dos ceremonias. Por un lado, la confirmación del salmantino Juan del Álamo, tan poderoso como anodino. Por otro, la alternativa, y esto sí que es extraño para ser la primera plaza del mundo, de Víctor Barrio, un novillero de gran proyección que acaba de convertirse en matador.

La mala fortuna quiso que el teórico padrino, Díaz, resultase corneado justo el día antes de hacer el paseíllo en Las Ventas. Después del Cola-cao, a las nueve y media, la empresa mandó un SMS anunciando a El Fundi como cabeza de cartel, el veterano torero de Fuenlabrada. En el mejor de los casos se enteró de la sustitución ya de madrugada... Con sus más de 20 años en el escalafón superior eso ni se notó cuando cruzó el albero, al abrirse el portón de cuadrillas, con la mano suelta, como si Madrid, la plaza más dura, fuese el patio de su casa. Al final, el veterano dio sentido a la tarde.

PEREDA/ EL FUNDI, DEL ÁLAMO, BARRIO

Toros de José Luis Pereda, correctos de presentación, nobles, aunque algo justos de fuerzas.

José Pedro Prados 'El Fundi': oreja y silencio tras aviso.

Juan del Álamo, que confirmaba la alternativa: silencio tras aviso y silencio.

Víctor Barrio, que tomaba la alternativa: palmas y silencio.

Domingo de Resurrección. Plaza de toros de Madrid, Las Ventas. Más de media plaza cubierta. Al término del paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de Juan Belmonte, 50 años después de su muerte.

Pasó como con la canción de Mecano y los cuartos de Nochevieja, que el primero era el tercero, el tercero, segundo, y al sexto lo estoqueó el primero. Así que hasta el tercero no hubo toreo del bueno, del de verdad, del que solo un torero con aplomo, disposición y conocimiento puede conseguir. El Fundi en el año de su despedida, con dos tardes más contratadas en esta misma plaza puso valor, seco, sin miramientos, ni gestos a la galería para hacerse con la embestida de Huérfano II. Colocándose con naturalidad, citando, dando un toquecito cuando el toro amenazaba con hacer por su cuerpo en lugar de por la muleta, y vaciando la embestida. Tal y como está el toreo parecía magia, pero de la magia potagia, eso de encadenar los pases sin perder pasos y abrochando la tanda con el de pecho. Sin darse importancia, todo limpito. Dio tres tandas y se entregó el tendido. Adornos por la cara, un molinete, enseñar al toro por el pitón izquierdo, por el que iba mucho más cortó y no dudó el diestro en irse tras el estoque.

Hace tiempo que se olvidaron sus rencillas con el tendido 7. Madrid será lo que sea, dura, caprichosa, maniática, pero, por encima de todo tiene memoria y cierto sentido de la justicia. La vuelta al ruedo con una oreja en el esportón tuvo que saberle a gloria bendita, a puro almíbar tras años de lucha y sinsabores dando la cara con los hierros más duro. Madrid dio honor a quien honor merece.

Juan del Álamo desplegó todo el compendio de recursos del toreo moderno, tres y el de pecho mirando al tendido. Conoce el oficio, tiene ambición pero le faltó algo más de entrega, no tanto en las ganas, evidentes, como en los riesgos. Toreó demasiado al hilo, dejando huecos y sin molestar a su lote, bastante flojo.

Barrio, cuya carrera ha ido acompañada de muy buen ambiente en Madrid, puso todo de su parte, incluso pasó por la enfermería tras una fea cogida, parece que sin consecuencias en el toro de su alternativa, por insistir en demasía. Con el que cerró plaza insistió e insistió con un astado que se aplomó muy pronto. La falta de fuerzas acabó con las ilusiones de un torero que merece volver a pisar el coso de la Calle de Alcalá.

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