Simin Daneshvar, reina de la prosa persa
La considerada como primera novelista iraní rompió moldes al hacer de la mujer el centro de su literatura
Irán enterró ayer a Simin Daneshvar, considerada la primera mujer novelista en lengua persa y uno de los rostros más conocidos de la literatura iraní del siglo XX. Nacida en Shiraz, al suroeste del país, en 1921, la futura escritora se educó en un colegio de misioneros ingleses, donde aprendió inglés y entró en contacto con la cultura occidental. Luego estudió lengua y literatura persas en la Universidad de Teherán, en la que más tarde sería profesora de Arte.
A los 27 años, publicó su primer libro, una recopilación de relatos cortos titulada Atash-e jamush [Fuego apagado], que la convirtió en la primera novelista iraní. La que fue considerada “reina de la prosa persa” también sentó un precedente al hacer a la mujer protagonista de la mayor parte de su obra literaria.
Su reconocimiento internacional llegó en 1970 con Savushun (El Cobre Ediciones, 2005), una novela sociohistórica que ha sido traducida a 17 idiomas, entre ellos al español por Joaquín Rodríguez Vargas. En ella, Daneshvar relata la vida de una familia de Shiraz bajo la ocupación aliada durante la II Guerra Mundial. La historia se narra a través de los ojos de Zari, una joven esposa y madre, que tiene que lidiar con un marido idealista e intransigente que se niega a vender grano a los ingleses, a la vez que trata de compaginar la vida familiar tradicional con la necesidad de una identidad propia.
Savushun es, sin duda, su obra maestra y una de las más leídas y vendidas en Irán. Pero hasta llegar ahí, recorrió un largo camino que se inició cuando tuvo que ponerse a trabajar a la muerte de su padre, en 1941. Forjó sus dotes literarias en la radio, primero, y como columnista y articulista de un periódico local, después. También sacó partido de su buen conocimiento del inglés como traductora.
Al poco de publicar su primer libro y doctorarse, se casó con un controvertido autor y mordaz crítico político de la época, Yalal al Ahmad, lo que le dio acceso a los círculos literarios. Pero la novelista siempre mantuvo su independencia e hizo gala de no interesarse por la política, a pesar de que algunas de sus obras la abordan de lleno. “Siempre he sido Simin Daneshvar. Nunca me he convertido en Simin al Ahmad. Ni siquiera estoy ni he estado de acuerdo con la forma de pensar de Yalal”, llegó a declarar.
Daneshvar quedó viuda cuando Al Ahmad murió de repente a los 48 años, en 1969. No habían tenido hijos, algo sobre lo que ambos reflexionaron en libros separados. Pasados 10 años, con la revolución, la autora se jubiló de su trabajo en la Universidad y se concentró en la literatura. Escribió entonces Ghorub-e Yalal [El atardecer de Yalal] sobre la personalidad y obra de su difunto marido. También una trilogía, cuya última parte aún no ha sido publicada.
A sus 90 años, una gripe agravó la semana pasada sus problemas de corazón hasta acabar con su vida el viernes. Su tumba, en la sección de los artistas del cementerio de Behesht-e Zahra de Teherán, se convertirá sin duda en un lugar de peregrinación para sus lectores más devotos.
Babelia
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