Whitney Houston busca su último descanso en su Nueva Jersey natal
Los resultados de la autopsia se mantendrán en secreto hasta que se reciban los informes del departamento de toxicología y la policía así lo considere adecuado
Mientras su música suena más fuerte y clara, el cuerpo de Whitney Houston busca su último descanso en la tierra que vio nacer a la cantante, su Nueva Jersey natal. Así lo confirmó la funeraria Whigham, encargada por la familia de los preparativos de una ceremonia que tendrá lugar el próximo sábado, ahora que la autopsia ha concluido. Ed Winter, al frente del departamento forense, insistió en que los resultados se mantendrán en secreto hasta que se reciban los informes del departamento de toxicología, y mientras la policía lo considere adecuado. Es una práctica habitual en casos en los que la fama del finado o las circunstancias que rodean el caso así lo recomiendan.
Sin embargo, son cada vez más las informaciones no oficiales que apuntan a la posibilidad de un infarto o a que Houston murió ahogada en la bañera de su habitación en el hotel Beverly Hilton tras una reacción a los medicamentos que estaba tomando. La página web TMZ asegura que en la habitación de Houston la policía solo encontró unos analgésicos de ibuprofeno, el popular antidepresivo Xanax y un antibacterial con el que se estaba tratando una infección de garganta. Las mismas fuentes indicaron que no había rastros de sustancias ilegales. En cambio, las diversas declaraciones sobre las horas anteriores a su muerte son algo más caóticas, con Houston errática, dando volteretas por el hotel con el pelo chorreando agua. La artista había vuelto a pasar por un centro de rehabilitación en mayo.
El domingo, la hija de Houston, Bobbi Kristina, tuvo que ser ingresada en el centro médico Cedars Sinai "histérica, exhausta e inconsolable", indicó un portavoz de la familia. Vástaga del también cantante Bobby Brown, la joven de 18 años se había convertido en la persona que estuvo al cuidado de su madre durante las horas más bajas. Ayer Brown canceló su gira con New Edition y viajó a Los Ángeles para acompañar a su hija y, según sus propias palabras, “superar esta tragedia como una familia”.
Las muestras de condolencia siguen llegando de todas partes por una muerte demasiado temprana y, pese a los continuos problemas de la estrella, inesperada. Mientras en Nueva Jersey las banderas ondean a media asta en el instituto donde estudió o en la iglesia donde formó parte de su primer coro, la serie de televisión Glee le prepara un último regalo de San Valentín y Oprah Winfrey ultima un especial de dos horas en su honor. Como es habitual, el fallecimiento también se ha convertido en un pingüe negocio. Por de pronto, el domingo la 54ª edición de los Grammy obtuvo una audiencia de 39 millones de espectadores, la segunda retrasmisión más vista en la historia de estos premios en una era en la que luchan por encontrar su público. El plato fuerte de la gala fue el sentido e improvisado homenaje a la “hermana caída” —como la describió el rapero LL Cool J— y una última interpretación de Jennifer Hudson del tema I will always love you.
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