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Leonor Watling: “En España se suceden las barbaridades y no pasa nada”

La actriz estrena hoy ‘Lo mejor de Eva’, un 'thriller' de Mariano Barroso en el que comparte protagonismo con Miguel Ángel Silvestre

Gregorio Belinchón
La actriz Leonor Watling.
La actriz Leonor Watling.ÁLVARO GARCÍA

Al final de la conversación, y con Leonor Watling rechazando que alguien de la distribuidora de Lo mejor de Eva le lleve a su casa, a menos de cinco minutos a pie del lugar de la entrevista, la artista madrileña saca su carcajada y apunta otro posible reportaje: "Estaría bien Los amigos de Leonor”. Con ese sarcasmo se refiere a toda la gente que le dijo que a qué se metía a cantante, a aquellos a quienes les pueda enfadar que critique a Anonymous, a cualquiera que se tome a mal sus reflexiones. No ha debido de ser fácil liderar Marlango, mezclar música y cine, y, mientras, compartir en casa “profesiones de riesgos” con su pareja, el músico Jorge Drexler, con quien tiene dos hijos, de tres años y medio y seis meses. “No seremos ricos, desde luego”. Y menos aún encarnando a juezas en la pantalla, en un tiempo en que los magistrados se devoran entre ellos.

Curiosidad: su personaje se parece mucho en su sobriedad en el vestir y en el maquillaje a la jueza Chacón de No habrá paz para los malvados. “Son papeles jugosos, porque tienen un gran poder y lo ejercen diariamente sobre otros. Yo he conocido otras magistradas muy distintas. La suerte que tuve es que pude estar al lado de una jueza en su día a día en Plaza de Castilla y era la alegría de la huerta. Lo que sí me contaron varias es que los principios son duros, porque apruebas la oposición y te envían a una ciudad pequeña. La sociedad española es machista, y se protegen aparentado ser una dureza que no poseen”.

En Lo mejor de Eva, la magistrada del título es efectivamente todo apariencia, un personaje que Mariano Barroso sumerge en mitad de un thriller con tensión erótica vía Miguel Ángel Silvestre y corrupción. “Es una película que solo se puede hacer ahora, en el que podíamos haber intercambiado los roles sin problema… aunque es cierto que cómo se vuelve loca una mujer y se desbarata, y cómo lo hace un hombre”. Watling arrasa en ese desbaratamiento: no es un asunto erótico, es que Eva está enamorada de quien no debe. “La niña se va detrás de ese gigoló, efectivamente. Los matices estaban en el guion, y Mariano Barroso lo apuntaló en el rodaje. Mariano dirige muy muy bien a los actores, le gusta, no como otros. Recuerdo a Vicente Aranda, que es de léete el guion y no me hagas preguntas. Coixet por ejemplo, dirige mucho más en las pruebas de selección, y luego ya en el plató te deja más libre. Estoy convencida que si hubiera hecho casting no me hubieran dado nunca este papel, porque no hubieran visto en él”.

Solo una vez calla Watling, en concreto cuando se le pregunta: ¿A quién se le ocurrió proponer a los Goya ya pasados la película y no esperaron su carrera comercial? Al final, se arranca: “No cometo la osadía de pensar en mí… pero ya solo la fotografía debería haber tenido su sitio en esa ceremonia”.

De vuelta a los jueces, a todo lo que rodea a Baltasar Garzón, Watling no se corta: “La realidad actual supera al cine. Yo creo en mantener la ficción dentro de la ficción. Metemos un personaje explosivo en el sitio en el que sea más peligroso: un lugar de poder, un juzgado. No estoy seguro que se hable mucho más de la justicia. Sí creo que la película describe un estado actual de las cosas: no pasa nada. En España se suceden las barbaridades y no pasa nada. Igual ocurre en otros países, en otras artes, en otros oficios. Haces una película mala y no pasa nada. Arrías velas, te recoges, piensas en porqué haces cosas –en mi caso por hacerlas bien con la que gente con la que quieres-. En los ochenta, si estabas en esa línea, encontrabas el éxito; ahora no, todo se diluye en el mar de esa tranquilidad, en la que no pasa nada tanto para bien como para mal. Actualmente estamos entre paralizados y sorprendidos. Por ejemplo, entiendo que haya descargas ilegales, porque cómo le vas a decir a un chaval que eso está mal si luego un banquero en Nueva York hace tres barbaridades y no pasa nada: hunde la economía mundial y se lleva un bonus a casa. ¿Cómo vamos a creer en la justicia pequeña si la grande está descabalada?”.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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