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El Circo busca su esplendor perdido

El Estado incrementa las ayudas al sector circense en un 55% hasta los 732.000 euros Una macroexposición anticipa la creación en Albacete de un Museo Nacional sobre esta variedad escénica Será el primero público de Europa

GARCÍA CORDERO

Entre los siglos XVII y XIX se mantenía la costumbre de considerar el circo como un género de variedades que en ningún caso era para niños. En el siglo XX esta tradición fue abriéndose decididamente a la incorporación de niños entre los espectadores, hasta el punto de que Arturo Castilla y Feijoo, dos de los grandes revitalizadores de este género en la España de la segunda mitad del siglo XX, establecieron la moda de ofrecer una programación especial y continua, concretamente en el Circo Price de Madrid, de manera que se convirtiera es un espectáculo familiar en el periodo vacacional de la infancia.

Pero el Price desapareció, y de los sesenta Teatros-Circo estables que había en España, sólo el de Albacete, creado en 1887, ha mantenido ininterrumpidamente su uso, el mundo del circo dejó de recibir apoyos y se debilitó artísticamente, a pesar del esfuerzo denodado de varias familias circenses, sobre las que recayó la responsabilidad de que no desapareciera el género. Pero con los años las nuevas generaciones de artistas de circo, emanadas desde muchos países, han inoculado savia nueva a este mundo, renovándolo y buscando darle su antiguo esplendor y hoy sólo los desconocedores de una nueva realidad son los que mantienen esa frase manida hace unas décadas de que "el circo está antiguo y casi deprime".

Pero el mérito no es sólo de los adalides de las nuevas tendencias y lenguajes escénicos, sino también de familias, que han sabido soportar la travesía del desierto, sin renunciar a sus principios estéticos, a su nomadismo y a un mundo sobre el que ahora se vuelven muchas miradas buscando y hallando lo que el circo siempre les ha sabido dar: fascinación.

Potenciación del circo

Uno de los pioneros de esta nueva etapa de resurgimiento fue el desaparecido director y actor Adolfo Marsillach, quien siempre sostuvo, desde su etapa como director del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (Inaem) que había que darle todo el apoyo posible al circo. Se creó el Premio Nacional de Circo y en la etapa de César Antonio de Molina, al frente de este ministerio, se decidió crear el Museo Nacional del Circo, con sede en Albacete, en lo que fue el Banco de España en aquella ciudad, con una superficie de 4.175 metros cuadrados que se extenderá a 4.800 metros cuadrados.

Su sucesora en el cargo no sólo no ha dado al traste con ese proyecto, sino que se ha convertido en una defensora del género y el Inaem, al frente del cual se encuentra ahora Félix Palomero, ha aumentado las ayudas al sector de 470.000 euros en 2009 a 732.000 euros en 2010 (un 55,7%). "También es importante el Plan General del Circo", apunta Palomero, "es algo en lo que estamos trabajando especialmente ya que el que existía desde hace décadas se ha quedado obsoleto, porque el panorama ha cambiado mucho y a finales de año esperamos que ya esté en marcha". También habla del interés que hay en impulsar un Código de Buenas Prácticas que pueda trasladarse hasta los municipios para que éstos tengan relaciones empáticas con el mundo del circo, sobre todo en cuestión de licencias, tasas, etcétera.

Imaginar el circo

Coincidiendo con el IV Festival Internacional de Circo de Albacete, recientemente clausurado, se ha inaugurado en el Museo Municipal de la ciudad, la exposición Imaginando el circo, una muestra de materiales procedentes de las colecciones estatales en los que se aborda el género circense.

"Aquí lo que se anunció en su día fue la creación de un museo del que no hay colección, y lo que se ha hecho este año ha sido un estudio de todos los fondos que sobre el circo tiene el estado distribuidos por distintos museos, de manera que se empezara la captación de piezas", señala Andrés Peláez, director del Museo Nacional del Teatro y comisario de la exposición junto a Isabel Quintana.

El caso es que lo que demuestra esta exposición, a modo de anteproyecto de lo que será en su día la muestra permanente ya que sólo han cabido 201 piezas, es que los fondos del Estado son amplios y más que suficientes para levantar un museo, que además sería único en el mundo: "No existe ninguno de carácter público y España sería pionera en este sentido", apunta Peláez.

El apoyo se hizo patente con la presencia en Albacete de González-Sinde y Palomero, en la inauguración de la exposición y del festival circense, donde la ministra mostró especial interés por un género que en su día investigó en profundidad y de manera rigurosa para escribir el guión de La luna de los feriantes, película de Pedro Olea sobre el mundo del circo, que no se llegó a rodar.

La muestra recorre en cinco apartados todo lo referente al mundo del circo, desde los orígenes, que en el caso de España se datan en el siglo XVII con alguna noticia de una cómica y volatinera, María Felipa la Titiritera, que en el 1600 trabajaba en Valencia, hasta los trajes de Paco Delgado para la película de Álex de la Iglesia, Balada triste de trompeta.

Además hay mucho material de carteles, la publicidad del circo, su nomadismo (se ha reproducido un carromato, antecedente de las caravanas circenses; ya que la itinerancia para el circo es fundamental) y todo tipo de documentales y materiales sobre trapecistas, payasos, magia, animales artistas, gimnastas y malabaristas, entre otras especialidades.

Cierra la exposición un apartado dedicado a la relación del circo con el cine y el teatro, que ha sido mucha y fructífera. "No sólo porque el cine o el teatro han recogido temas circenses, sino porque a veces se sitúa la acción en un circo, como hizo el escenógrafo y figurinista Pedro Moreno en No hay burlas con el amor, para la Compañía Nacional de Teatro Clásico", concluye Peláez.

En todos los apartados se ha tenido en cuenta el reflejo del circo en la pintura. En España quienes más atención han prestado al circo han sido Picasso, Maruja Mallo, Gutierrez Solana, Francisco Mateos, Benjamín Palencia.... De todos ellos hay obras en la muestra que denota el interés de estos creadores por el circo.

"En la pintura de Picasso el circo simbolizaba la paz y la alegría y muchos de los personajes del Guernica que aparecen desesperados y rotos, los encontramos en los personajes circenses del Picasso más alegre", apunta Peláez quien ha captado el material no sólo en el Museo Nacional del Teatro, sino en otros grandes archivos históricos de la Administración como la Biblioteca Nacional, Museo del Traje C.I.P.E., Museo Nacional Reina Sofía, Filmoteca Nacional en Nodos y fondos particulares como los de Arturo Castilla y Feijoo.

Desde lo que será el Museo Nacional de Circo, cuya apertura se sabrá cuando esté adjudicado el proyecto, se abordarán necesidades de almacén, restauración, catalogación de colecciones y publicaciones científicas, difusión, archivo, colecciones, biblioteca, videoteca, sala de cine, salas para exposición permanente y temporales, oficinas y un espacio-circo para la realización de actuaciones en vivo.

Un festival con favoritos

La exposición Imaginando el circo se ha hecho coincidir con la celebración del Festival Internacional de Circo de Albacete, que atrae a gran parte de la profesión relacionada con este género estos días ya que es el único que se celebra a concurso de los que hay en España. De ahí que la selección sea cuidada e importante, ya que se programan en él artistas y números que son susceptibles de destacar internacionalmente, algo de lo que se han ocupado especialmente los responsables de la edición de este año, los conocidos Hermanos Álvarez, que han traído a artistas reconocidos con el fin de situar a este festival entre los mejores de Europa. Los Álvarez, Miguel, Inés y Antonio, son la octava generación de la familia Álvarez, formada por malabarista, ciclistas, payasos, equilibristas y antipodistas muy conocidos internacionalmente.

Es el caso de esta edición que finalizó ayer con el fallo del jurado, compuesto por personas de prestigio dentro de este mundo, que decidieron otorgar el Premio de Oro al grupo proveniente de Rusia, Los Puzanov, una de las mejores troupes de báscula del mundo, ; el Premio de Plata a los trapecistas brasileños Flying Regio y el Premio de Bronce al dúo polaco Vector, que se hizo también con el premio del público, lo cual no es de extrañar ya que su número de equilibrismo es realmente destacable.

Aunque también lo era el número de cuerda floja de Alex Weibel, realmente sorprendente y sobre todo, diferente. Coincidiendo con este evento también se dio a conocer en Albacete la Asociación de Empresas de Circo de Creación (Aecc) constituida por seis importantes compañías de circo del territorio estatal: Asaco Producciones (Extremadura), Circ Bover (Islas Baleares), Circ Cric (Cataluña), Circo Gran Fele (Comunidad Valenciana), Escarlata Circus (Cataluña) y Rolabola Teatro (Andalucía).

Nace en base al reconocimiento de las raíces históricas de un arte milenario y la necesidad de investigación y creación de nuevos lenguajes, en pro de "un circo sin puertas, un circo sin límites".

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