Hondo 'quejío' por Moraíto Chico
Cincuenta flamencos despiden en Madrid al guitarrista fallecido en agosto.- Miguel Poveda, Carmen Linares o Tomatito rinden tributo al maestro jerezano
Lleno total y con la reventa funcionando a precios desorbitados. Aficionados llegados desde Granda, Roma y Marsella, abarrotaron esta noche el teatro Coliseum de Madrid, en la primera de las dos galas previstas para homenajear a Moraíto Chico, el guitarrista fallecido el pasado agosto de un cáncer. Cada uno se enfrenta a las grandes pérdidas como puede. El universo jondo lo suele hacer de riguroso luto, pero acompañado de palmas y bulerías. Los artistas parecían dispuestos a darlo todo, ante un público entregado y entendido. Arrancó la gala Miguel Poveda, que fundió siguiriyas con bulerías y hasta con algo de copla, para cantarle al guitarrista que le enseñó Jerez y su música. Moraíto Chico anoche fue Moraíto Grande por derecho propio, y así lo disfrutó el público. A los artistas se les había avisado que no podían pasar más de 10 minutos en el escenario, y todos fueron cumpliendo con lo acordado. Vicente Soto, Duquende, Marina Heredia, Antonio Carmona, Arcángel, Diego el Cigala... Tras las actuaciones individuales arrancaron los Roqueros Canasteros, una formación en la que militan Diego Carrasco, Raimundo Amador, Jorge Pardo y Tino di Geraldo, y con ellos la bronca subió unos cuantos decibelios.
Paco de Lucía mandó una nota disculpando su ausencia
Como remate a una larga noche, en la que brilló el duende, cerraron el homenaje los cuadros de Jerez, con los artistas de la ciudad donde se asienta la dinastía de Los Moraos. Y el teatro se vino abajo con ellos. Los "arsa" "olé" y "vámonos", resonaban en la caldeada sala. Juan Carlos, empleado de papelería en paro, definió la gala con un símil taurino: "Como si torearan Curro Romero y Manolete juntos". A su lado el conserje Paco Martín daba por buenos los 60 euros gastados en la entrada. "Todo lo que sea de Jerez, la cuna del cante y del baile, merece la pena". Y la misma pasión, en un grupo de aficionados llegados en coche desde esa ciudad esa misma tarde, para ver al Torta desmadrarse.
Pese a que estaba anunciado Paco de Lucía, poco amigo de este tipo de eventos y gran admirador del toque único del músico, mandó una nota disculpando su ausencia. "El maestro no puede venir, está con calentura. ¡De verdad que se ha puesto malo!". El guitarrista Diego del Morao, hijo del homenajeado y gran promesa del toque, explicaba a propios y extraños la ausencia en el último momento del "maestro" Paco de Lucía, protagonista a su pesar, mientras en el escenario ensayaban los primeros artistas. Guardado en un bolsillo del vaquero, en un papel arrugado, llevaba la lista con el orden de aparición en el escenario de los artistas. "Lo que sé hacer es tocar y malamente", les contestaba entre bastidores el hijo del homenajeado a los que le pedían aclaraciones sobre algún aspecto de la organización de un evento en el que estaba prevista la participación desinteresada de más de 50 músicos de primera fila. Como portavoz de la familia, Diego expresaba la gratitud infinita ante semejante muestra de generosidad. "Todo esto es para ayudar a mi madre", decía emocionado entre bastidores.
Haciendo escuela
"No más de 10 minutos por músico, tiene que ser una pincelada", contaba Arcángel que, en ese mismo momento, confirmaba que sería Manuel Parrilla el guitarrista que le acompañaría al toque. "El flamenco tiene su propio lenguaje y esta será una noche de muchas bulerías, pero la soleá es el cante con el que me siento más cómodo. Ese será mi particular homenaje a un buen amigo y mejor compañero". Entre el humo de los cigarrillos y los abrazos por los reencuentros, Raimundo Amador aclaraba que no pudo estar en la cita de Jerez porque le pilló fuera, pero que no podía faltar al homenaje de anoche. "Mi padre, que en paz descanse, siempre decía que como tocaba Manuel de Morao, el tío de Moraíto Chico, ninguno. Jerez tiene una escuela increíble, como la tiene Morón y Sevilla, pero entre nosotros no hay celos. Todo lo contrario".
Para el concierto de anoche se vendieron 1.500 entradas y otras tantas para el del viernes, de entre 50 y 60 euros. De entre la comisión organizadora destacan los nombres de Cigala Music y Juan Verdú. Como arranque de la gala, presentada por Gomaespuma, estaba prevista la proyección de un vídeo, un mano a mano del toque de Jerez entre Moraíto Chico y su hijo mayor, al que muchos consideran su heredero y uno de los guitarristas flamencos más importantes del siglo XXI.
Dicen que en Jerez mucha gente no asume que ha muerto. Viajaba tanto con las galas que los amigos prefieren pensar que se encuentra en una de sus giras muy largas por América. Manuel Moreno Junquera (Jerez, 1956-2011), heredero de una dinastía de músicos gitanos asentados en el barrio jerezano de Santiago, representaba una de las más genuinas escuelas de toque. El sonido, el tiempo y el compás de su guitarra le hicieron poseedor de una forma de acompañar que ha hecho escuela.
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