Rancheras con tinte gitano
Artistas como Diego el Cigala, 'Sorderita' y Remedios Amaya reinterpretan en clave flamenca 14 canciones de la música tradicional mexicana en 'México Flamenco'
Quizás no cueste demasiado imaginarse a Diego el Cigala con un sombrero cantando una ranchera junto a un grupo de mariachis. Lo que no cuesta nada es visualizarle haciendo lo que acostumbra desde hace décadas: cantar flamenco. Uniendo los dos elementos se obtiene Vámonos, primer sencillo de México Flamenco, un disco en el que varios cantaores reinterpretan 14 piezas tradicionales de la música mexicana. A la venta en las tiendas desde noviembre, el álbum ya se puede adquirir también en su versión digital.
En Vámonos, El Cigala comparte micrófono con el venezolano Óscar de León. Y ambos cantan acompañados por la guitarra de Diego del Morao, astro naciente del flamenco e hijo del fallecido Moraíto Chico. "La clave de este proyecto es la calidad de los artistas implicados", explica Del Morao sobre la razón por la que se sumó al carro de México Flamenco.
El guitarrista andaluz (Jerez, 1979) se refiere a cantaores como José Soto Sorderita, Remedios Amaya, Enrique Heredia Negri y Moncho. Sus voces dan un tinte gitano a las canciones de artistas mexicanos como Agustín Lara, Vicente Fernández y José Alfredo Jiménez.
"La ranchera tiene un ritmo muy parecido a la bulería. Son canciones que para nosotros son familiares", asegura Diego del Morao. La pasión es otro hilo que ata los dos lados del charco: "Hay artistas mexicanos que casi lloran al cantar". Y, más allá de hablar el mismo idioma, flamencos y rancheros tienen en común también la lengua musical: "Las letras suelen tratar de amor y desamor, de sentimientos".
La semana pasada el guitarrista estuvo en el homenaje que se celebró en Madrid a la memoria de su padre, Moraíto Chico, fallecido el pasado agosto de un cáncer. Allí se reunieron pesos pesados y promesas del cante jondo. Para Del Morao, el futuro del género mira inevitablemente hacia su pasado: "Lo importante es saber de dónde venimos, dónde nació el flamenco. El reconocimiento como patrimonio inmaterial de la humanidad por parte de la Unesco es sobre todo un homenaje a los padres del cante".
Aun así, los jóvenes tienen el "deber" de evolucionar, según Del Morao. "Uno toca y canta como es. Los flamencos de hace tiempo hablaban de la fatiga también porque trabajaban en los campos", explica el guitarrista. Hoy cogen aviones y llenan estadios. Y, por un día, hasta se disfrazan de mariachis.
Babelia
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