El artista urbano JR también 'ocupa' Wall Street

El artista urbano JR, probablemente el más conocido en Francia y al que muchos consideran heredero de Banksy, ha decidido involucrarse con el movimiento Occupy Wall Street. JR recibió este año el prestigioso premio TED al mejor artista lo que le supuso contar con 100.000 dólares (72.000 euros) y todo el apoyo necesario para llevar a cabo un proyecto. Lo tituló Inside Out Proyect y trataba de realizar una acción global ayudado por Internet y colaboradores de todo el mundo. Simplemente había que enviarle una fotografía de retrato en blanco y negro sobre un fondo neutro y el artista devolvía por correo un poster gigante de esta fotografía. El único compromiso que debía aceptar quien quisiera participar era pegar ese cartel en un lugar representativo de su ciudad y documentarlo con una foto o un vídeo de la acción que se le devolvería al artista a golpe de correo electrónico.

Después de que el movimiento de protesta que nació el 15 de mayo en Madrid se extendiera a todo el mundo, JR descubrió que parte de su proyecto que significaba una toma de conciencia en todo el planeta a través de sus retratos, se condensaba en estas manifestaciones. Así que decidió irse al corazón financiero de Estados Unidos y epicentro del terremoto de la crisis mundial, para agrandar él mismo su propuesta. Uno de los lemas de los manifestantes estadounidenses han sido "yo soy el 99%" el porcentaje de gente que se ve afectada por la codicia y avaricia de un 1%. "Hemos creado 99 retratos de personas que están involucradas en el movimiento y lo que hacen por conseguir un mundo mejor", afirma el artista.

A esta ramificación de su proyecto primigenio, JR lo ha denominado Occupy Inside Out y lo define como "un esfuerzo para documentar a la gente detrás del movimiento de ocupación y para compartir sus historias; una oportunidad de ofrecer un retrato positive de la cara del cambio". Christine Lee, una pediatra de 31 años, es una de las personas documentadas por JR. Su mensaje es claro: "La América a la que inmigraron mis padres no era un lugar en el que reinase la desigualdad económica, ni un lugar en el que el Gobierno estuviera manejado por corporaciones económicas que ignoran las necesidades de un 99% de la población. Nuestros hijos se merecen educación, sanidad y la justa oportunidad de vivir una vida no basada en la deuda".