"Mis canciones no van a cambiar el mundo pero acompañan"

"He necesitado bastante tiempo para poder vivir lo que he querido explicar ahora". Estas palabras delicadas y maduras son de Feliu Ventura (Xàtiva, 1976) que está girando con su último disco bajo el brazo Música y lletra (Propaganda pel Fet), un álbum que hace honor al título. El lirismo que impregna las composiciones de Ventura es evidente y acogedor, con un sonido trabajado y envolvente, tal y como demostrará esta noche en el Auditori de Barcelona. Lleva cinco años sin sacar un disco -Alfabets de futur- y cuenta que "quizás en este tiempo he estado más ocupado en sobrevivir". Habla de la crisis, durante la entrevista y en sus canciones. Con una constante sonrisilla irónica y cálida, Ventura dice que "la música siempre está en crisis, los músicos están con salarios de los años ochenta".

Además, critica las normativas de civismo de varias ciudades, también Barcelona, en que se regula "el nivel de ruido de los locales, en lugar del volumen de la música, eso ya indica que no facilitan las actuaciones en directo precisamente". El disco que presenta este autor multipremiado ofrece unas composiciones de calado, con una producción fluida, con instrumentos que han cruzado el Atlántico, con un cariño que rezuma en la manera en que Feliu Ventura acaricia una guitarra.

No le molesta que le tachen de cantautor: "Canto las canciones de las que soy autor", apunta con una sonrisa. Recuerda que el músico tiene una función social, una actitud intelectual a la que no se puede renunciar. Ventura no es de los que pide, es de los que exhorta: "Tenemos que aprender a preguntar, las preguntas hay que hacerlas aunque sepamos las respuestas, es una cuestión de responsabilidad", mantiene mientras remueve su cortado con suavidad. Esa inquietud aparece en canciones como 'Torn de preguntes' o 'Els guants de la metàfora'. El intérpreto valenciano lamenta que "la canción es un génereo híbrido entre palabra y música, y no se respeta".

¿Cómo encara las canciones? "Soy de los que dudan, abrazo la duda metódica", matiza, que no abandona la sonrisa en ningún momento de la entrevista. Aunque reivindique la función del artista, reconoce su papel: "mis canciones no van a cambiar el mundo pero acompañarán a la gente, al mundo", apunta.

Otro elemento que destaca en la trayectoria de Feliu Ventura es la reivindicación, ¿social o política? "Por acción o por omisión todos hacemos política", responde el músico de Xàtiva que dice usar el humor siempre que puede para señalar lo desdeñable y no ser criticado aunque señala que "el humor se hace con función ideológica".

Además, el País Valenciano parece que da para mucho, aunque Ventura se resista a ceñirse solo a a esa realidad. Se ríe cuando dice que "el cuento de la canción El nus de la corbata no va por Paco Camps [ex presidente de la Generalitat valenciana] si no que es un homenaje a Hans Christian Andersen, se cumplen 136 años de su muerte y el cuento del Emperador Desnudo". Eso dice Ventura, pero versos como "Mireu com va l'emperador sembla un demòcrata normal" parecen dardos afilados. Por otro lado, conviene en que "es un buen momento para la música valenciana: Obrint Pas, Pau Alabajos,...".

"A parte de la situación política que se vive en el País Valenciano, el arte valenciano es una manera valenciana de ver el mundo, la 'cremá' de las fallas es un gran ejemplo", reivindica Ventura. Con un poco de acritud, el cantautor de Xàtiva censura el paternalismo que a nivel cultural existe desde Cataluña hacia Valencia. Además, Ventura profundiza sobre una nueva tendencia: "Cansa dar explicaciones sobre lo que pasa en Valencia, sobre todo porque la gente del área metropolitana de Barcelona se está volviendo más ignorante de su entorno a pesar de que vivimos en el mundo de la intercomunicación. Eso no pasa en lo que se denomina 'comarcas'. "

Es imposible que no aparezca el nombre de Lluís Llach en una conversación con Feliu Ventura, desde que en 2005 se juntaran para realizar un disco conjunto en directo Que no s'apague la llum (Claus Records y Propaganda pel Fet). "A través de él [Llach] he conocido a muchos poetas, culturas, sonidos, espectáculos. Soy un polizón en sus ojos. Como todos los grandes es una persona dispuesta a aprender", sostiene Ventura.

Más allá de la música y de sus letras, la reivindicación corroe a este cantautor en buen punto de madurez, y dispara: "Valencianos y catalanes tenemos un problema: el Estado español que impide que nos relacionemos, solo hay que ver las carreteras o el Corredor Mediterráneo". No esconde sus creencias políticas y también tiene discurso sobre la crisis cuando asegura que "hoy en día lo sabemos todo de economía, porque los culpables de la crisis se han esforzado mucho en explicarnos como nos han perjudicado". ¿Tiene alguna receta? Es modesto, pero apuesta por "actuar con lógica: si devuelves el piso no deberías seguir pagando al banco, y así con todo" y agrega que "también con la política cultural. No se puede querer tener una cultura nacional cuando los músicos no tienen para comer". Y por si no había disparado suficiente cierra la entrevista señalando que "la gestión de los derechos de autor debería ser pública".