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José Tomás ya sonríe

Corta tres orejas en Nîmes y sale a hombros por la puerta de los cónsules

Eran las 11.30 de la mañana. Y llovía. Y la plaza no era un redondel, sino una elipse. Y tampoco era España, sino Francia. Objetivamente no había nada en el ambiente para que surgiera el embrujo en condiciones tan poco taurinas. Ni García Lorca hubiera contado aquello de eran las cinco de la tarde, porque en Nîmes hay corridas a las 11.30; ni los correctores de este periódico le hubieran puesto a Joaquín Vidal -maestro, ya ves en qué menesteres estoy- aquello de eran las 17 de la tarde. Pero de entre la lluvia, surgió, serio, ceniciento, hierático, José Tomás. Y con su mano izquierda dio a su segundo toro un natural largo, largo, lento, lento, con el trapo a milímetros de las astas del toro. Aquello no era un pase, era una corrida entera. Y así lo entendió el público francés, que aburrido toda la mañana, le salió del alma, del alma colectiva, un olé tan profundo, tan auténtico, que no hacía falta nada más. Ese natural era gloria bendita, y para qué más.

JANDILLA / CONDE, TOMÁS, DUFFAU

Toros de Jandilla.

Javier Conde: silencio tras aviso y silencio tras aviso.

José Tomás: dos orejas y oreja.

Thomas Duffau: confirma la alternativa. Silencio y dos orejas.

Plaza de toros de Nîmes. Domingo, 18 de septiembre. Lleno

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Fue un pase, no hubo dos, mucho menos una tanda ligada, pero a José Tomás le salió una sonrisa de su cara triste. Y a partir de esa sonrisa de sus labios finos, se atrevió con trincherazos, desplantes y adornos de aquel que está más contento y confiado, más que artista. Le dieron dos orejas en su primero, un toro bravo de Vegahermoso, el más decente de una corrida donde hubo inválidos y mansos de hasta tres ganaderías diferentes. Y cortó otra oreja más en su segundo, pese a que le dieran dos avisos. Pero qué más daba si el público había visto sonreír al maestro, a eso de las 13.45.

La corrida del desayuno se completó con Javier Conde, que duerme al ganado entre tanda y tanda, y el francés Thomas Duffau, que tomó la alternativa con éxito. En el último de la tarde, a eso de las 14.00 horas hizo una faena muy torera, y muy valiente, no falta de calidad. Se llevó también dos orejas. Era el día de Tomás, con o sin hache. Duffau recordará su triunfal alternativa, pero el público se quedará con ese natural, aquel trincherazo o un cambio de mano con los pies clavados; detalles exquisitos y sublimes. Queda pendiente una faena impecable y completa, pero José Tomás ya sonríe.

El diestro madrileño José Tomás sale por la puerta grande tras la corrida de este mediodía en Nîmes (Francia).
El diestro madrileño José Tomás sale por la puerta grande tras la corrida de este mediodía en Nîmes (Francia).JAVIER MARTÍN

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