_
_
_
_

El Hermitage de Ámsterdam acoge a los maestros flamencos de la pintura

Rubens y Van Dyck firman las obras de la Escuela de Amberes expuestas en la sucursal holandesa del museo ruso

La hoy ciudad belga de Amberes fue en los siglos XVI y XVII el imán comercial y artístico de Flandes. Entre sus residentes ilustres figuraron Rubens y Anton van Dyck, que dieron cuerpo a la Escuela flamenca de la pintura. Hasta el próximo 16 de marzo, sus telas y dibujos, y también los de colegas como Jacob Jordaens, podrán verse en el Hermitage de Ámsterdam, la sucursal holandesa del museo ruso de San Petesburgo, que ha cedido un centenar de obras.

La colección de pintura flamenca ahora expuesta fue reunida por la legendaria Catalina la Grande. Su título no da rodeos: Rubens, Van Dyck y Jordaens, pintores flamencos en el Hermitage, 1500-1650. Lo primero que llama la atención es el enorme tamaño de los cuadros. Sobre todo los de Rubens, pintor apadrinado por estadistas poderosos como Felipe IV de España y Carlos I de Inglaterra. El pintor ejerció de diplomático entre las cortes europeas y tuvo un taller en Amberes. Allí, el trabajo se distribuía en tres categorías: las obras pintadas por él en su totalidad; cuadros donde solo el rostro y las manos retratados eran suyos; y las piezas que supervisaba al final. De ahí que se conserven cerca de 1.500 cuadros con su sello en el mundo.

Los 17 colgados en el Hermitage holandés evidencian su habilidad. Un Cristo con la corona de espinas (1612), salido solo de su pincel, y un Descendimiento de la Cruz (1618), ejecutado con ayuda de sus alumnos, tienen grandeza y delicadeza al mismo tiempo. Rubens era un católico ferviente, y la escena del Descendimiento era para el altar mayor de la catedral de Amberes. Tanto gustó la obra que luego se hicieron varias versiones en el taller. La que puede verse ahora es una de esas piezas. Rubens pintó la figura de Cristo y el rostro de la Virgen y dio el toque final. En la mitología también destacó, y en una ocasión, colaboró con otro flamenco famoso, Frans Snyders. La tela se titula La unión de la Tierra y el Agua (1618).

"Rubens tuvo un éxito enorme, y los encargos superaban su capacidad productora. Pero nunca ocultó su modo de trabajo a sus clientes", según Ernst Veen, director del Hermitage holandés. Es más, cuando la tela era toda suya, cobraba más por ella.

Entre sus alumnos, el más aventajado fue Anton van Dyck. El propio Rubens le ayudó a obtener contratos fuera de Flandes. Reconoció su valía, pero temió que pudiera hacerle sombra. Con el tiempo, Van Dyck fue nombrado primer pintor de corte en la Inglaterra de Carlos I. Especializado en retratos, la muestra incluye diez, imponentes en su severidad. Y es que donde Rubens pintaba sonrisas, Van Dyck dejaba un rastro contenido. Según los expertos, parecía analizar el personaje antes de pintarlo. Ello explicaría, tal vez, el recelo en las miradas de Nicolaas Rockox (1621) y de Sir Thomas Wharton (1639).

Entre los 75 cuadros y casi 20 dibujos expuestos en Ámsterdam hay joyas de Jacob Jordaens, otro grande entre los pintores flamencos. En su caso, dominan la alegría y vitalidad de los personajes, como en La fiesta de Cleopatra (1653). "Paradójicamente, Holanda no tiene tantos cuadros flamencos en sus museos como nosotros. Es un gozo haberlos traído", ha dicho Mikhail Piotrovsky, director del Hermitage ruso, al presentar la muestra.

El Museo Hermitage de Ámsterdam exhibe grandes obras de los maestros de pintura de la escuela flamenca. Entre los artistas destacan en la muestra Peter Paul Rubens (1577-1640). Este <i>Descendimiento de la cruz</i> es obra suya y de sus ayudantes en el taller.
El Museo Hermitage de Ámsterdam exhibe grandes obras de los maestros de pintura de la escuela flamenca. Entre los artistas destacan en la muestra Peter Paul Rubens (1577-1640). Este Descendimiento de la cruz es obra suya y de sus ayudantes en el taller.© MUSEO HERMITAGE, SAN PETERSBURGO

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_