La Comic Con busca nuevos héroes entre la nostalgia
Más de 130.000 personas con su entrada en la mano esperan entrar al Centro de Convenciones de San Diego
Las masas son las mismas, más de 130.000 personas con su entrada en la mano al asalto del Centro de Convenciones de San Diego. Y su pinta, igual de estrambótica, un increíble Hulk de pelo naranja brillando sobre el verdor de sus carnes por allí, un travesti ataviado de Wonder Woman por allá y hasta un replicante de Justin Timberlake con esa caja de regalo con lazo cubriendo sus partes pudendas, todos ellos mezclados en una vorágine de cazafantasmas, stormtroopers, y alumnos de Hogwarts. Lo raro es ver alguien normal. Quizá les transforma el entusiasmo con el que llegan a la Meca de los frikis que hasta el domingo congrega a los fans, a la industria y a las estrellas en una única convención conocida desde 1970 como Comic Con.
"La verdad es que a estas alturas se debería de llamar Fantasy Con o Sci-fi Con", describe el realizador Andrew Niccol. "O convención de convenciones", añade su actriz Amanda Seyfried antes de ser superada por el verdadero Timberlake cuando remata con eso de "convención que vale para todo". Totalmente cierto porque los cómics desde hace años no son más que una excusa para venderlo todo desde esta popular plataforma que desde el pasado febrero tiene el cartel de no hay localidades. De hecho Niccol, Seyfried y Timberlake están aquí para vender su nueva película, In Time, una cinta futurista de ciencia ficción que, como muchas otras de las películas o series de televisión presentes en la Comic Con, tienen poco que ver con los cómics.
"Hemos pasado de ser un acto donde el 98 por ciento eran tebeos y todos nos reuníamos en el sótano del hotel más barato de la ciudad a convertir San Diego, durante cuatro días, en el centro de la cultura popular. Una transformación de acto miope a multicultural", explicó a este periódico uno de los autores de cómics más importantes del mercado actual, Todd McFarlane. "Todo el mundo debería venir aquí al menos una vez en su vida y seguro que encuentra algo que le gusta", añadió antes de que la leyenda del cómic y detrás del nacimiento de superhéroes como Spider-Man o Iron Man, Stan Lee, apostillara con humor eso de que "al menos te gustarán las chicas con poca ropa".
La multiculturalidad de la que habla McFarlane se apellida Hollywood, industria que durante la última década ha encontrado en la Comic Con inspiración y público para sus obras. "En más de una ocasión he contratado a gente que he conocido aquí para trabajar en mis películas ", aseguró Guillermo del Toro, aprovechando su paso por este foro para vender su última producción, Don't be afraid of the dark. Y Jon Favreau, el hombre que con Iron Man enfebreció a esta audiencia en años anteriores dice estarles tan agradecido que este año ha programado el estreno mundial de su última película, Cowboys & Aliens, en esta ciudad fronteriza coincidiendo con la celebración de la Comic Con. "Es una película que nació aquí y aquí está", anunció a su público.
La Comic Con ausente en Hollywood
Hollywood lleva vendiendo aquí sus productos desde que hace 35 años a otro visionario llamado George Lucas se le ocurrió utilizar este foro de frikis para lanzar esa locura personal llamada La guerra de las galaxias. Ahora le toca a su amigo y compañero de carrera, Steven Spielberg, hacer su debut en ese Hall H para dar a conocer su Tintín delante de una audiencia de 6.000 personas y otras tantas entradas de blog, twitter, facebook y cualquier otro medio en la red social.
No es una labor fácil ni para este veterano de 64 años, el rey de reyes de Hollywood. La Comic Con congrega a una audiencia pasional pero que no se casa con nadie. De ahí que los estudios se empiecen a replantear su estrategia y este año se han detectado grandes ausencias del mayor pase público de Hollywood. Ni Warner, ni Disney ni los estudios Marvel, padres de las principales películas de superhéroes, presentan nada en esta ocasión. "Como diría mi padre, si no tienes nada que decir no digas nada", les defiende Erik Feig, presidente de producción de la compañía Summit Entertaiment. Este sello está de bonanza, un año más provocando las colas más largas de público de la convención para no perderse una nueva comparecencia de los chicos de la saga Crepúsculo, en este caso la primera entrega del último capítulo de esta fiebre literaria, Breaking Dawn. Pero como aseguró a este diario Kevin Feige, directivo de Marvel, a ellos les "es difícil superar la presentación del pasado año" cuando congregaron en el Hall H a todos los superhéroes que para el 2012 protagonizarán la esperada película The Avengers. Para Disney es un problema económico dado que el estudio prefiere guardarse sus lanzamientos para el control de su propia convención, esa llamada D23 que se celebrará por segunda vez del 19 al 21 de agosto. Y Warner asegura que nunca ha presentado ninguno de los Batman con anterioridad y está claro que este año no piensa romper su tradición.
Cualquiera que sea la excusa, el absentismo de estos grandes estudios ha dado que pensar en Hollywood. ¿Quizá la plataforma de la Comic Con no sea tan buena? "Como dice Spielberg, uno no sabe lo que tiene hasta que te lo dice la audiencia", asegura Favreau. Incluso en la era de la piratería rampante, lo que menos preocupa en la Comic Con es una grabación furtiva. Más les concierne el sentimiento de que la audiencia del Hall H se puede emocionar con películas como Watchmen o Scott Pilgrim, ambas recibidas años atrás entre vítores y entusiasmo para fracasar posteriormente en la taquilla con el mismo estrépito. Y en otros casos los estudios culpan del escaso brío con el que llegaron a los cines películas como Green Lantern o Sucker Punch a la gélida recepción que tuvieron en ese Hall H que crea leyendas o destruye mitos.
En última instancia lo que piense o deje de pensar Hollywood le importa poco al friki de a pié que disfruta de sus cuatro días de fama entre los suyos, sacándose fotos con estrellas o imitadores por igual, aunque los disfraces de estos últimos estén hechos de cartulina y la forma física deje mucho que desear. Y el hueco dejado por unos es la oportunidad de otros. Los estudios Fox cabalgan esta edición con toda su fuerza y la de esa nueva entrega del Planeta de los simios que es Rise of the Planet of the Apes además de presentar las primeros conceptos de Prometheus, esa historia de origen en la que trabaja Ridley Scott para dar forma a su nuevo Alien, ahora en 3D.
"Si hay alguien que sabe darle poder a una mujer, ese es Ridley", defendió una esbelta Charlize Theron que emula en esta cinta a su ídolo de toda la vida, la teniente Ellen Ripley (que interpretó Sigourney Weaver). Francis Coppola, otro rostro poco habitual en la Comic Con, ha aprovechado este año de dudas de otros para hacer su entrada en un foro por el que sólo pasó en una ocasión con Drácula. "Recuerdo la experiencia con cariño y no quiero perder esta oportunidad de volver aquí con Twixt", declaró el realizador en un comunicado a la espera de dar a conocer entre esta peculiar audiencia el último trabajo de un autor que realizó sus principales obras antes de que muchos de los asistentes a esta convención hubieran nacido. Alguien con tantos años como esa triste caja de tebeos que recibe a las hordas que acuden a la convención con el cartel de "se venden cómics".
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