Jodie Foster: "No hay mejor director que un actor"
La actriz, ahora directora, presenta su 'El castor', película protagonizada por Mel Gibson
De escándalos sabe un rato. Y de cómo mantener la calma y la boca cerrada cuando se te echan encima. Fue una de las primeras lecciones que aprendió Jodie Foster en su precoz carrera, cuando su nombre se vio mezclado de manera fortuita en el intento de asesinato contra el entonces presidente Ronald Reagan en 1981. Veinte años más tarde la estrella de Taxi driver, cuatro veces candidata al Oscar y ganadora de sendas estatuillas con El silencio de los corderos y Acusada vuelve a vivir en medio del escándalo: la actriz más respetada de Hollywood, modelo de las nuevas generaciones, aparece unida en la pantalla a la figura más repudiada de la industria, Mel Gibson. Y de manera voluntaria. Una mezcla del ying y el yang que se titula El castor, estrenada el pasado viernes en España, y que le da a Gibson, el intérprete al que nadie quiere contratar, el mejor papel en años, el de un hombre en plena crisis incapaz de comunicarse con el mundo que le rodea. Esa es la premisa del nuevo trabajo de Foster, a sus 48 años directora, actriz y la mejor amiga que uno puede tener en Hollywood.
Pregunta: Si le dan a elegir entre directora o actriz, ¿qué apelativo prefiere?
Respuesta: Ambos. Todo. No hay mejor escuela de cine que hacer cine. En cualquier capacidad y para lo que quieras aprender. Llevo 45 años en la industria y como actriz he trabajado con los mejores lo que me ha dado la oportunidad de preguntarles de todo como directora. Intentando durante todos estos años comprender la narración cinematográfica. Y mi conclusión es que al final no hay mejor director que un actor, alguien que puede disfrutar de primera mano la mejor escuela de cine. ¿No te parece?
P: ¿Incluye ahí a su compañero de rodaje y amigo, el también actor y director Mel Gibson?
R: Mel es un realizador maravilloso y tiene mucho que decir como director. Sin necesidad de seguir actuando. No necesita ponerse el maquillaje. Ni tiene que ser o comportarse como una estrella. A ello le animaré en lo posible. Sobre todo como director más que en cualquier otra cosa.
P: ¿Ve esa como su salida del agujero en el que está sumido?
R: No sé de lo que quieres hablar pero sé de su talento, que es extraordinario y que encontrará su mejor forma de expresión. Conozco su mejor cara, su lado más hermoso, cada vez que hace cine. Un gran compañero y una gran persona. No hay nadie tan querido entre aquellos con los que ha trabajado. Y te lo dirá cualquiera. Pero también es alguien que primero tendrá que poner su casa en orden y sé que tiene claras sus prioridades, su propia salud, su responsabilidad con su familia y sus hijos. El cine es el último de sus problemas.
P: ¿Y en su caso? ¿Cuáles son sus prioridades? ¿Cómo mantiene ese equilibrio tan admirado entre fama, talento y familia?
R: Es una batalla diaria. Diría que mi fórmula es precisamente ese día a día, no dejarlo en manos de otros. Lidiar con tus padres, con tus hijos, con tu trabajo, con todas tus responsabilidades, eso es al final lo que te hace quien eres y te permite sobrevivir en esta industria manteniendo la cabeza en los hombros.
P: Pese a su fama como actriz, esta es su tercera película en 15 años como directora.
R: Todas ellas son películas independientes y personales con trazos comunes que hablan de la soledad y del miedo a estar solos por mucho que te guste disfrutar de esa soledad. Que hablan de la familia y de nuestro miedo a parecernos a nuestros padres. Que hablan de una crisis espiritual como la que todos vivimos cada cinco años, que hablan de depresión aunque sea un tema que la mayor parte de la gente prefiere evitar. No tengo ningún interés en hacer una comedia aunque exista humor en mis películas. Las comedias románticas me dan alergia así que no las hago. Y tampoco hago Tron ni sería capaz de hacerlo. Necesito vivir y entender cada uno de mis personajes para contar su historia. Y no pasa nada. Si te fijas en otros directores que hacen películas como las que yo hago tienen suerte si dirigen tres. Ahí tienes a Sofía Coppola.
R: ¿Cambiarán las cosas con la invasión de nuevas tecnologías? Son muchos los que hablan de una democratización del cine.
P: ¿Por qué tendría que ser así? También hay cada día más mujeres en puestos de responsabilidad en Hollywood y no mejora la presencia de mujeres realizadoras en las pantallas. Las grandes superproducciones existirán siempre, los grandes taquillazos del verano seguirán ahí. Y la industria seguirá invirtiendo 80 millones de dólares en comedias románticas iluminadas desde el techo y sin ninguna gracia donde es imposible entender a dónde ha ido el dinero. La tecnología puede ofrecer cosas maravillosas pero depende en qué. Avatar es insufrible en 2D mientras que en 3D es fantástica, otras películas como Alicia en el país de las maravillas no necesitan esa inversión. Al revés. De todas formas como me gusta ser optimista siempre veo un rayo de esperanza en la industria cuando buenas películas como Distrito 9 o El discurso del rey funcionan como lo han hecho.
Babelia
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