Una noche de flamenco y nostalgia
La XV edición de los Premios de la música homenajea al género declarado patrimonio de la humanidad y se rinde al recuerdo de Enrique Morente
Cinco son los fundamentos del flamenco: cajón, guitarra, baile, cante y Enrique Morente. O al menos eso cree la Academia de las artes y las ciencias de la música, que justo a ese género y a unos de sus mayores intérpretes ha dedicado esta noche la XV edición de los Premios de la Música, que entrega anualmente a los artistas más votados por los propios miembros de la institución. Recientemente declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, el flamenco y cada uno de sus pilares han protagonizado actuaciones, homenajes y galardones de la gala del Teatro Arteria Coliseum de Madrid, presentada por el periodista Toni Garrido.
Así, cajones y percusiones abrieron la noche y fueron la constante que introducía cada invitado que subía al escenario. Y baile y cante se unieron, en una de las performances más emotivas, gracias a la contribución de dos grandes intérpretes del flamenco. La cantaora Carmen Linares acompañó con su voz la proyección de un vídeo de una actuación de la fallecida bailadora Carmen Amaya. A las imágenes de Amaya y al cante de Linares se sumaron el baile en vivo de Belén López y las notas del pianoforte de Iván González. Antes, Linares ya había recogido el premio Toda la vida a su trayectoria artística. Y también se había llevado una ovación. "Ha sido un año de luces y sombras para el flamenco, pero aquí estamos, siguiendo adelante", aseguró, conmocionada, la cantante.
El quinto pilar en cambio tuvo su apoteosis cuando Estrella Morente, hija de Enrique, recogió el galardón a título póstumo que su padre ganó por el mejor álbum de flamenco, Morente+Flamenco, dos palabras que fueron sinónimos hasta hace unos meses. Hubo lágrimas, aplausos y miradas hacia el cielo. "Estamos muy orgullosos de este maravilloso premio", afirmó la hija de Morente en referencia a toda su familia. "En nuestra casa mi padre era la música. Desayunaba con ella, se acostaba con la música, era horroroso. Hasta a la hora de comer, no desconectaba", dijo, con una sonrisa emocionada.
Estrella Morente volvió a subir al escenario del teatro para interpretar una solemne Caza al Alcance, guiada por el pianista Michael Nyman y su pequeña orquesta, en un nuevo homenaje a su padre. Enrique Morente fue recordado también por la aplastante mayoría de los 28 premiados, por el director de la Academia de la música, Eduardo Batista ("no podemos aceptar que no está") y por un vídeo de sus actuaciones. Su nombre y su enorme talento parecieron ocupar del principio al final el teatro Coliseum.
En las tres horas de gala también hubo tiempo para las guitarras y sus artistas. De homenajear el instrumento con el que llevan toda la vida bajo el brazo se encargaron sobre todo los veteranos. Arrancó la serie un vídeo de Entre dos aguas de Paco de Lucia: unos cinco minutos con doce guitarras y un ritmo contagioso. Ya casi al final de la gala, el guitarrista Rosendo, premio al mejor álbum en la mano, por A veces cuesta llegar al estribillo, aseguró que su trabajo es posible gracias a su hijo Rodrigo y a todo su equipo. Suyo fue también el premio al mejor álbum rock. "Se lo merecería todos los años", sostuvo Alaska, quien le entregó el segundo galardón. Tras tres años presentando la gala, la cantante solo acudió para introducir cuatro de los premiados y, entre ellos, su "grupo favorito", los Planetas, autores del mejor álbum de rock alternativo, Una ópera egipcia.
Otro lobo de mar de la guitarra, Joan Manuel Serrat, también recogió dos galardones: a la mejor canción por Hijo de la luz y de la sombra y a la mejor producción audiovisual por 18 minipelículas. Tras recoger el primero (que fue también el último de la gala), Serrat quiso ser breve, "así nos vamos todos a dormir". "Un trabajo nunca es obra de nadie en solitario y yo contaba con la extraordinaria colaboración de Miguel Hernández [coautor de la canción]", terció.
En una noche flamenca, Isabel Pantoja también tuvo cierto protagonismo dentro y fuera del teatro, antes y durante la gala. Por ella preguntaban algunos de los curiosos que se habían reunido en la Gran Vía madrileña para asistir a la llegada y al desfile de premiados e invitados. "¿Ya ha entrado? Vaya...", decían decepcionados. Pantoja se llevó el premio de Honor. "Estoy muy feliz de tener en mis manos este trofeo que tanto he añorado. Quiero dedicarlo sobre todas las cosas del mundo a mi público", agradeció el galardón Pantoja, después de citar también a toda su familia y en particular a su madre.
Entre tantos homenajes, la Academia no se olvidó de sí misma. Dos vídeos resumieron galardonados y actuaciones de 15 años de premios de la música. Del Cigala a Ricky Martin, pasando por Miguel Bosé y Raphael, algunas de las caras más famosas de la música en lengua castellana desfilaron por la grande pantalla.
El presidente de la Academia, Batista, afirmó que precisamente ese y otros vídeos proyectados demostraban la riqueza musical española: "Pese a distintas sensibilidades y distintos idiomas, finalmente nos entendemos todos. Es como si el arte hiciera de sanador de todas las heridas". Sin embargo él mismo reconoció que hay heridas que difícilmente son sanables. Por eso, Batista quiso levantar una "oleada de cariño" hacia la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, cuyo hermano falleció ayer debido a un accidente con su moto.
Pocas sorpresas
"Estas noches suelen ser muy sosas, ojalá que haya una sorpresa", decía el cantante Fito (premiado con su grupo por el mejor vídeo musical, Tarde o temprano) antes de que empezara la ceremonia. Tarea difícil, en una gala cuyos ganadores se conocen con semanas de antelación. Quizás algo sorprendente, en un contexto glamuroso y fiestero, fue el arranque del discurso del director artístico del evento, Javier Limón: "Estamos aquí con nuestros premios, pero no podemos olvidarnos de que entre tanto hay mucha gente, muchos jóvenes, aquí en la puerta del Sol y en otras calles y plazas de España".
Y una segunda sorpresa se la llevó Albert Hammond, autor, intérprete y productor de algunas de las canciones más conocidas de los últimos 50 años de música española, cuando, tras recibir el premio latino de honor, su hijo y su mujer aparecieron en el escenario con una tarta para desearle feliz cumpleaños.
Babelia
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