Cuando matar a un lince se pagaba a 12 pesetas

El escritor Jorge Molina ha presentado Doñana, Todo era Nuevo y Salvaje, una novela en la que narra la historia del hoy Parque Nacional y en la que intercala la biografía de Jose Luis Valverde, el Quijote de Doñana, como lo ha calificado el autor durante el encuentro celebrado en la reserva onubense.

En el mismo acceso a la reserva de la Biosfera, corazón del Parque Nacional, Molina recuerda al aclamado "padre de Doñana", José Luis Valverde: "él quería hacer el camino sinuoso para darle naturalidad, pero no podía meter las máquinas durante mucho tiempo, por lo que se hizo recto. Se lamentaba diciendo que era la mayor herida que le hizo al parque, pero era necesaria".

Para alcanzar la declaración de Parque Nacional en 1969, "el que veía claro adonde había que llegar era Valverde", resume el autor de la obra, editada por la Fundación José Manuel Lara.

El coordinador de Cultura científica del CSIC y director del Banco de Imágenes de Doñana, Héctor Garrido, recuerda -también en la presentación- como en una ocasión, Valverde "pintó con el dedo un mapa en la orilla del mar con marea baja, como si estuviera explicando una batalla", para narrar el desarrollo del Parque.

Mucho de lucha tuvo la constitución de la Reserva según el relato de Molina, una historia coral que comienza al terminar la Guerra Civil y llega a 1970, salvaje por las distintas motivaciones de más de un centenar de personajes reales, y que abarcaban desde sobrevivir al paludismo a convertir Doñana en el mayor arrozal de Europa.

"Valverde, sin nombre, sin carrera, comienza entonces a buscar apoyos para que no sea también Doñana una zona arrocera o una plantación de eucaliptos, como estaba ocurriendo en todo el litoral onubense", explica el autor.

Entonces, "la única persona consciente de lo que hoy llamaríamos aspecto medioambiental de la zona era él, junto con dos o tres ornitólogos. Los demás lo consideran simplemente un personaje exótico y de trato encantador", explica el autor, que ejemplifica la ausencia de conciencia medioambental al recordar que entonces, "matar un lince se pagaba a 12 pesetas".

Este Quijote que vislumbró el Doñana actual contaba también con su Sancho Panza: Menegildo, "un personaje hasta ahora anónimo, uno de tantos marineros naufragados en tierra" y "en el que Valverde vio a un aliado", relata Molina.

"Antes no había sistema de captura de aves. Valverde le decía a Menegildo si tenía que coger el tercer pollo de un águila imperial, porque sólo se pueden alimentar a dos e iba a morir de hambre. Y él se subía al alcornoque arriesgando su vida", cuenta el autor.

El "caballero andante" de Doñana fue, en definitiva, como resume Jorge Molina, "una persona que hace cosas extraordinarias sin darle la menor importancia".